El turrón es uno de los dulces más emblemáticos de la Navidad en España y un símbolo gastronómico de estas fiestas. Este dulce, hecho tradicionalmente con almendras, miel y clara de huevo, tiene una larga historia vinculada a la cultura mediterránea y española, lo que explica su relevancia y popularidad en esta época.
El origen del turrón se remonta a la época árabe, cuando ya se elaboraban dulces similares a base de frutos secos y miel en la península ibérica. Durante el Renacimiento, el turrón se consolidó como un dulce navideño en España, especialmente en regiones como Jijona (Alicante), que es famosa por su producción de turrones de alta calidad.
Sin embargo, en Galicia el turrón también es un clásico, sobre todo, en aquellas casas en las que las abuelas lo elaboran de forma casera y artesanal. ¿Quieres saber cuál es el truco que tienen para conseguir un turrón más exquisito que el de supermercado?
El turrón blando o de Jijona es un dulce navideño que también elaboran las abuelas gallegas, quienes suelen aplicar su toque personal adaptando la receta a los ingredientes disponibles y al sabor que les resulta familiar.
Aunque el turrón es una tradición más típica del Levante español, en Galicia, donde las almendras también se producen en pequeñas zonas y se valoran enormemente los dulces caseros, es común que las abuelas lo preparen con mimo en casa.
Para hacer turrón blando en casa necesitarás los siguientes ingredientes principales:
- Almendras tostadas: Se utilizan almendras de calidad, peladas y tostadas, que se trituran hasta formar una pasta.
- Miel: La miel es el endulzante principal y también actúa como un aglutinante natural.
- Azúcar: Se añade para complementar el dulzor de la miel.
- Clara de huevo: Sirve para dar consistencia y unir los ingredientes.
Y en lo que respecta al proceso, es importante seguir los siguientes pasos:
- Las almendras se trituran, pero no demasiado, para que parte de su textura granulada se conserve, dando ese característico toque rústico que recuerdan las abuelas.
- Se prepara un almíbar con la miel y el azúcar calentándolos a fuego lento hasta alcanzar una textura espesa.
- Se incorpora la pasta de almendras al almíbar, mezclando hasta obtener una masa homogénea.
- Finalmente, se añade clara de huevo montada para dar ligereza a la mezcla y se amasa todo cuidadosamente.
- La masa se coloca en moldes rectangulares, presionándola ligeramente para darle forma y eliminar burbujas de aire.
- Se deja reposar en un lugar fresco para que los sabores se asienten y el turrón adquiera su textura característica.
Aunque esta receta sigue el método tradicional, las abuelas gallegas pueden añadir su propia interpretación, como por ejemplo, usar miel local gallega, que tiene un sabor muy particular y aromático, gracias a los brezos y otras flores silvestres.
Además, en ocasiones también incorporan un pequeño toque de licor café o orujo, lo que le da un toque diferenciador y típico de Galicia que no encontramos en otros turrones, sobre todo, en los de supermercado.
Igualmente, en determinadas ocasiones las abuelas gallegas optan por mezclar distintas proporciones de almendra y nueces, si estas últimas están disponibles. En definitiva, este enfoque casero convierte el turrón blando en un producto único que mezcla lo mejor de la tradición levantina con la creatividad y los recursos locales gallegos.