Diana y Elías comenzaron con este negocio hace ya tres años, pero han tenido que reinventarse tantas veces desde que empezó 2020 que en nada se parece a lo que tenían pensado. "Empezamos como despacho de pan y dulces, y este año empezamos la reforma para hacer la cafetería, pero vino la pandemia y hemos podido reabrir hace un par de meses", cuenta Diana a Treintayseis.
Todo empezó cuando tuvieron a sus hijas, dicen, "porque todo lo que podíamos ofrecerles dulce era una trapallada si no lo hacíamos en casa. No nos damos cuenta pero todo lleva muchísimo azúcar y harinas refinadas, y queríamos cuidar de la salud de nuestras hijas desde pequeñas".
Vegano, sin azúcares y con harinas integrales
Así nació Pumpernickel Artisan Bakery, una panadería en la que todos los productos son veganos, sin azúcares y a partir de masa madre de harinas integrales. Tienen todo tipo de productos, desde los panes más básicos hasta duffins, una mezcla entre muffin y donut que resulta irresistible. Pizzas con queso vegano, empanadillas o tartas son su mayor reclamo, aunque también tienen panes especiales como el integral sin sal "pensado para el baby-led weaning, que introduce poco a poco comidas sólidas a los lactantes".
"Todos nuestros postres se endulzan con dátiles excepto dos, para los que usamos azúcar sin refinar; nuestros panes están hechos con masa madre y harinas integrales, incluso nuestro pan de molde está hecho a partir de cuatro ingredientes básicos. Con esto lo que queremos es ofrecer una alternativa a los productos que venden en los supermercados, que siempre llevan muchos azúcares o incluso productos que perjudican nuestra salud sin que lo sepamos".
En cinco minutos la panadería y la calle están llenas, entre la gente que puede entrar y la que espera pacientemente a que el aforo se lo permita. "Siempre tenemos mucha clientela, la verdad es que nuestros productos gustan mucho", admite Diana, "somos muy transparentes, nuestro modelo de negocio se basa en la honestidad y eso la gente lo agradece".
Desde la calle se puede ver cómo preparan el pan o los dulces, pues todo el despacho es acristalado y la zona del obrador también se puede ver. Así, se ve cómo trabaja una parte muy importante de Pumper: su equipo, "son ocho personas que trabajan con muchísimo cariño y una gran pasión, si todo sale tan bien es culpa suya".
Panadería sostenible
También para estos pontevedreses es importantísimo el medioambiente y que su negocio sea sostenible, por eso todos sus embalajes son 100% reciclados y reciclables y tratan de reducir los desperdicios al mínimo. "Formamos parte de una app que se llama Too good to go que permite que los clientes reserven, por precios muy reducidos, productos que no se vendieron el día anterior y así no tenemos que tirar nada a la basura".
También esta panadería ha sufrido con la pandemia, pero han sabido reinventarse. "Empezamos una reforma a principios de año para hacer la cafetería y la cosa se retrasó por causas ajenas a la empresa, luego vino el Covid y bueno… hasta hace un par de meses no hemos podido volver". Diana dice que han vuelto cargados de energía y de ideas nuevas como, por ejemplo, el servicio delivery o los desayunos a domicilio.
Su servicio de envíos se hace dentro de Pontevedra y en bicicleta, aunque tienen una furgoneta para salvar las distancias más largas. "Lo que mejor nos funciona es el take away: la gente encarga su pedido por teléfono y luego solo tiene que venir a buscarlo".