Un local con 75 años de historia en el centro de Pontevedra y muchas ganas de emprender un proyecto gastronómico en una de las plazas más bonitas de la Boa Vila. Estos son los ingredientes que hicieron falta para la reapertura del Carabela, en la plaza de la Estrella, reformado y modernizado para volver a ofrecerse como espacio gastro-cultural en la ciudad del Lérez.

El grupo Los Carbones, formado por Miguel Álvarez, Salomé Piquenque, Santiago Salgueiro y Pablo Reino, se hizo cargo de este "ruinoso" local hace unos meses y tuvo que "rehacerlo por completo". Este Grupo cuenta con otros establecimientos de Hostelería como Cacao, La Central, La Chida y Pazo de Cores en Santiago y decidieron apostar por este local "porque es un local icónico con un terraza privilegiada".

La oportunidad surgió "de manera casual" y ahora han podido reabrir una cafetería que se encontraron "en estado ruinoso, casi calamitoso, tanto estructuralmente como a nivel de acondicionamiento". "Carabela es uno de los locales más llamativos, versátiles y gastronómicos de la capital", reconoce Miguel Álvarez: "es un lugar que no deja indiferente gracias a su propuesta gastronómica, espacio e interiorismo, y, por supuesto, a su ubicación privilegiada".

Fachada del nuevo Carabela. Foto: Treintayseis

Tras una reforma integral, han logrado recuperar la esencia original del Carabela de mediados del siglo XX para convertirlo "en un Carabela 2.0, modernizado pero con reminiscencias". "No solo hemos mantenido el nombre, sino también el concepto estético, la propuesta gastronómica y algunos guiños al viejo Carabela", explica Miguel, que reconoce que la mayor dificultad era "renovar la cafetería manteniendo su esencia".

Un bistró del siglo XXI

Tras menos de un mes de apertura, Miguel Álvarez reconoce que el público todavía se está adaptando al nuevo local, que ha cambiado mucho "porque estaba casi ruinoso". Además, a nivel de propuesta confiesa que ha habido un enorme cambio porque "ya no es un café-bar, sino que tiene un enfoque gastronómico: los tiempos han cambiado y económicamente no compensa tener una cafetería", explica el empresario.

Nueva carta del Carabela de Pontevedra. Fotos: Cedidas

Nueva carta del Carabela de Pontevedra. Fotos: Cedidas

Nueva carta del Carabela de Pontevedra. Fotos: Cedidas

Nueva carta del Carabela de Pontevedra. Fotos: Cedidas

Esta es la principal razón de que se haya creado una nueva carta, que se ha lanzado precisamente esta semana, "con 24 platos de un restaurante con enfoque social, pensados para compartir: es una propuesta informal" creada por el chef Alberto Lareo. Además del clásico bocadillo de calamares, "que había que conservar", los nuevos dueños han preparado una carta en la que destacan las Gildas, varias recetas de ensaladilla y otros platos perfectos para compartir y comer en grupo.

"La gente hasta ahora ha respondido muy bien, aunque están adecuándose al nuevo concepto, pero cada vez hay mejor acogida y los que han comido allí nos han dado siempre un feedback positivo", reconoce Miguel. "No es fácil cambiar 75 años de historia y darle otro enfoque, la parte más complicada es esa", insiste.

Por eso han conservado "la clásica indumentaria del Carabela" para el personal, con chaquetillas blancas y bordones granates, "que es nuestro color corporativo porque representa bastante a la ciudad de Pontevedra y hay muchos guiños al viejo local". El nuevo gerente asegura que "sigue siendo un local castizo, por lo que entendemos el Carabela como un viaje al pasado con reminiscencias de antes: tiene un enfoque clásico al que hemos intentado dar un carácter moderno, del siglo XXI".

Con este espíritu lanzarán la próxima semana su menú del día y, "si el tiempo lo permite, recuperaremos los sábados y domingos de vermú en la plaza", una de las más concurridas de Pontevedra. "Estamos pendientes de los permisos municipales para la música, pero por ahora habrá vermú y pincho y, muy probablemente, música en directo", dice Miguel Álvarez.

También dentro del local empezarán a exponer a artistas locales, "para recuperar el concepto gastro-cultural del antiguo Carabela" y volver a convertirse en "ese establecimiento icónico de la plaza de la Estrella".