Noro

Noro Thais Feijoó- Casa Volar (Cedida) Pontevedra

GastroPontevedra

Noro y el arte de volver a las raíces: la cocina gallega descubre su esencia en Pontevedra

Desde el corazón de la Boa Vila, este encantador restaurante ofrece una carta reducida  pero repleta de sabores que transportan al comensal en un viaje único hacia el alma más auténtica de la gastronomía tradicional

Te podría interesar: Los 17 restaurantes de Pontevedra galardonados y reconocidos por la Guía Michelin 2025

Publicada
Actualizada

El mapa gastronómico de Pontevedra no deja de reinventarse, trazando una ruta de rincones extraordinarios que hacen de la ciudad un refugio de estilo, sabor y buen gusto. Y es que la gastronomía, con esa magia y paradoja, nos invita a escapar de lo cotidiano para reconectar con lo esencial: el placer de compartir, el gozo de saborear. En ese viaje culinario, muchos encuentran su destino en lugares como Noro, un restaurante donde cada detalle parece pensado para deleitar a quienes más que una comida buscan una experiencia para disfrutar con los cinco sentidos.

Con una carta íntima de cocina xeitosa para almas riquiñas, Noro logra un delicado equilibrio entre las raíces de las tradicionales casa de comidas y la sofisticación de la gastronomía más moderna. Desde hace más de un año, el número 3 de la Rúa Padre Luis María Fernández acoge este encantador espacio llamado a convertirse en un importante punto de encuentro y referencia gracias al savoir faire de Julián Dobarro y Fernando Barreiro, dos amigos de toda la vida que han sabido dar vida a una propuesta que promete quedarse en el corazón (y el paladar) de la Boa Vila. 

"En cada conversación, cada reunión con amigos, siempre surgía la idea de montar algo juntos", rememoran Julián y Fernando. "La oportunidad llegó en un momento que a lo mejor no era el mejor para nosotros a nivel personal, porque justo acabábamos de ser papás, pero al final decidimos lanzarnos a la aventura pensando también en mejorar nuestra calidad de vida y en poder conciliar", comparte Julián, quien hace funcionar los engranajes de Noro desde la sala. Mientras, Fernando, al mando de los fogones, resume así la esencia del proyecto: "Queríamos regresar al pasado pero con una vuelta de tuerca. Sin grandes pretensiones, simplemente un buen servicio y platos sencillos, con buen género y calidad".

Tradición y buen gusto

Distintas elaboraciones del restaurante Noro

Distintas elaboraciones del restaurante Noro Thais Feijoó- Casa Volar (Cedida) Pontevedra

Noro es uno de esos restaurantes que siempre invita a volver, porque, cada vez que se regresa, uno parece encontrar nuevos atractivos en él. Ese magnetismo se debe, en gran medida, a su cocina de mercado, que evoluciona al compás de la temporada sin perder el alma que define al proyecto. En su carta, los guiños a la tradición gastronómica gallega se alzan como un pilar fundamental, pasados, eso sí, por el filtro creativo del chef. Entre las propuestas, los bivalvos del día o las croquetas de jamón de cebo ibérico ―una de las raciones clásicas más populares entre la clientela― abren paso a platos que sorprenden por su sencillez bien ejecutada, como la cazuela de pulpo con queso Arzúa-Ulloa, el arroz cremoso de choco de la ría, un exquisitivo secreto de cerdo con arroz y setas portobello o el plato vegetariano por excelencia del local, unos canelones de queso fresco y espinacas que conquistan a todos los públicos. Cada bocado, pensado para honrar la tradición, lleva al comensal a redescubrir Galicia desde una mesa que siempre tiene algo nuevo que contar. 

"Nos gusta mantener una línea en nuestra cocina", explican los propietarios de Noro. "Al final, yo tengo dos manos y él tiene dos manos, pero lo importante es que lo que saquemos sea resultón y, sobre todo, que esté bueno, aunque sea sencillo. Luego, si podemos darle una pequeña vuelta, mejor", afirma Fernando, que como ejemplo menciona una de sus últimas sugerencias fuera de carta: "El otro día hicimos unos huevos a baja temperatura con patatas y migas. Un plato sencillo, sabroso, con un toque diferente, que puede gustar a todos los públicos". Lo que está claro es que en Noro no faltan los sabores de base ni el respeto absoluto por el producto, aunque después su cocinero construya sobre ellos una propuesta fresca y renovada. 

Entre un cautivador juego de sabores y texturas, la experiencia culinaria en Noro alcanza su punto álgido al llegar la sobremesa, de la mano de un buen café y unos postres caseros que hacen las delicias de los paladares más golosos. Desde un clásico e irresistible arroz con leche hasta la explosión de sabores pensada para los fanáticos de la galleta Lotus, cada bocado dulce se convierte en el final perfecto para cerrar la comida o velada con una nota memorable. Un proyecto, sin duda, en el que hasta el último detalle se mira con lupa para que los comensales que prueban: "repitan y recomienden". 

En lo que se refiere a la carta de vinos, Julián reconoce que más allá del esqueleto, las botellas van cambiando cada poco tiempo. "Es un mundo que me apasiona, y ahora mismo contamos con entre 25 y 30 referencias distintas", aclara el propietario sobre un apéndice del restaurante que complementa este viaje culinario desde las entrañas de Pontevedra. Esa cuidada selección de vinos, confeccionada también para maridar a la perfección con cada plato, actúa como un verdadero broche de oro: manjares líquidos que realzan los contrastes y matices de cada receta, convirtiendo cada visita a Noro en una experiencia redonda de principio a fin.