Hay días en los que ni el tiempo ni las ganas acompañan a la hora de hacer un buen plato elaborado. En esas ocasiones, las cartas de los restaurantes o los pedidos de comida rápida se encargan de suplir a nuestras propias manos en la cocina. Pero, ¿a quién no le apetece de vez en cuando una comida un poco más tradicional? La fórmula del take-away se ha popularizado mucho en los últimos años, y hoy en día supone una opción sencilla, económica y deliciosa para aquellas personas que prefieren disfrutar del sabor de una buena comida casera recién hecha.
En O Grove, Cociñamos se hizo eco de este modelo hace ya 7 años. Aunque no ha cumplido ni una década, la realidad es que sus orígenes se remontan a unos años más atrás, al conocido negocio familiar de Panadería Besada. Su actual dueña, Ángeles Besada, trabajaba allí cuando era más joven. "Trabajé en la panadería antes de estudiar. Los fines de semana hacía empanadas, despachaba el pan, en semana santa roscas… en definitiva, lo que era un negocio familiar", recuerda.
Luego la vida le llevó por otros derroteros, lo mismo que al negocio familiar, y se mantuvo alejada de los hornos un largo tiempo. Cuando terminó sus estudios empezó a trabajar en una oficina y fue moviéndose en ese ámbito hasta que la crisis la precipitó al paro. "Tuve que reinventarme", afirma Ángeles. Su hijo había estudiado cocina, y ella, la maña entre fogones la traía de serie. Así que, cuando madre e hijo se lanzaron a la aventura de emprender con su propio negocio, el retomar la panadería como tal no les pareció la mejor opción: "suponía hacer una inversión muy grande, entonces pensamos en las comidas para llevar". El resultado tras muchas pruebas y algunas dudas fue una fusión entre lo mejor de la cocina y la tradición panadera. Así nació Cociñamos. El objetivo era, y sigue siendo, el de llevar el sabor del hogar a todas aquellas personas que no tienen el tiempo o la forma de hacerlo.
El ajetreo en el local, situado en la Rúa do Montiño de Abaixo, 16, se advierte desde primera hora de la mañana. Nada más poner un pie en la puerta, el olor a empanada dorándose en el horno se puede notar en el ambiente. Mientras, en cocinas, el vaivén de los cuchillos y las sartenes empieza a coger ritmo. Los fogones de la casa se trasladan a Cociñamos para acercar la calidad y la tradición de la comida de siempre a sus clientes. "Apostamos sobre todo por una comida casera", asegura su dueña.
En invierno el local mantiene un horario de martes a domingo de 9:00 a 16 horas. Y en verano amplían su jornada para cubrir las cenas de 20:00 a 23:00 horas. "Nosotros todos los días a las 12 sacamos la comida caliente. Llegas y te la llevas, no hace falta encargarla", explica Ángeles. Aún así, recomiendan contactar por teléfono (986 73 30 43 /673 40 47 80) para asegurar el pedido, porque tal y como reconocen: "no todos los días preparamos cada variedad de plato, ni aguantan todos hasta última hora". Y antes del mediodía explican que "puede haber alguna tortilla por encargo, croquetas, empanadas, postres o también ensaladillas".
Salvando un año incierto
Como a muchos negocios este año, las consecuencias del Covid también llamaron a la puerta del tándem formado por Ángeles Besada y su hijo. "Estamos resistiendo como todos, y con la suerte de poder estar abiertos, que aunque me de solo para cubrir gastos yo con eso estoy más que contenta", admite la propietaria.
Desde que empezó la pandemia Besada reconoce haber vivido etapas muy diferentes, con momentos mejores y peores para el negocio. "En marzo estábamos con los ojos vendados, no sabíamos qué iba a pasar, cuánto iba a durar", recuerda. En aquellas semanas la incertidumbre y el miedo eran la constante del día para los dueños de este local. Ellos seguían abiertos pero los clientes se redujeron de forma drástica. La gente se lanzó a preparar panes y hacer repostería, y los días encerrados en casa devolvieron a muchos el tiempo para preparar sus propios platos.
Después, en palabras de Besada, el verano se presentó "muy raro y complicado". Despachaban menús para algún viajero y obreros de la construcción, pero la cadena de consumo que habían formado con otros locales se vio afectada. "Bares que cogían alguna empanada estaban cerrados, barcos que te hacían pedidos no estaban trabajando, tampoco hubo comuniones…", explica Ángeles. "Esto es una cadena que si la cortas lo notamos todos".
Menús diarios para comer como en casa
Por lo general, en Cociñamos los clientes podrán encontrar una oferta bastante amplia y variada. En el local ofrecen menús diarios compuestos por un primero y un segundo plato, pan y postre por solo 8,50 euros. El menú varía cada jornada, aunque "algunos básicos están siempre, como la ensaladilla o el jamón asado", explica Besada. Además, recalca que "son comidas totalmente caseras. La ensaladilla lo único que tiene congelado es el guisante". La alternativa a estos menús variables son los pollos asados con patatas o arroz, también por 8,50 euros y que tienen disponibles todos los días gracias a su indiscutible éxito.
Pero volviendo a los menús, en Cociñamos tienen dos opciones flexibles para elegir solamente entre un primero (3,30 euros) o segundo (6 euros), y un postre por un euro. Dependiendo del día, en la carta mantienen uno o varios platos estrella. Los miércoles, por ejemplo, los dedican al pescado, "siempre fresco", asegura Ángeles. Así los clientes pueden encontrarse con diferentes variedades como lubinas, doradas o merluzas. Los jueves es la fecha señalada de la lasaña, uno de los productos que más triunfa en Cociñamos. "Puede haber lasaña otros días, vamos variando, pero fijo siempre los jueves", aclara su dueña. El sábado echan mano también de los pescados, como el bacalao y la merluza para hacerlos al horno. Y en época de verano, la oferta de estos productos crece y a los ya mencionados se suman otros manjares marinos como los jureles al horno o la caballa. Para los domingos, como sucede en toda buena familia gallega, reservan los platos fuertes como la paella, el churrasco y, ahora en invierno, también los callos. "Son productos que la gente me pide y que aunque a veces quiera cambiar para que no sea siempre lo mismo, al final te siguen reclamando esos productos", explica Besada.
En este caso, la guinda del pastel a los menús la ponen los postres caseros. "El arroz con leche, el flan, las natillas y la mousse de yogur están siempre entre las opciones", añade Besada. A ellos se suman otras delicias que hacen la boca agua con solo verlas, como la tarta de queso al horno, el brownie de nueces o frambuesa, la leche frita (siempre disponible los fines de semana) o el tiramisú.
Los platos por encargo
Fuera del menú también atienden a encargos especiales, la mayoría incluso pueden hacerse en el mismo día. "Los arroces o el bacalao al horno si me los encargan por la mañana es suficiente", aclara Ángeles. Hay otros, como el roti de pavo o ternera con un proceso de elaboración más laborioso y para el cual sería necesario avisar con cierta antelación.
La buena noticia para los tiquismiquis que siempre buscan la tortilla perfecta es que en este local podrán encontrarla con todas las particulares que quieran. "Nosotros no tenemos la tortilla aquí hecha porque la hacemos al gusto del cliente", explica Ángeles. Más grande, más pequeña, con cebolla, sin ella, cuajada o no… "Incluso hay quien quiere echarle queso, chorizo u otros elementos". Esa es la razón por la que para este plato decidieron apostar plenamente por el encargo.
Manteniendo la tradición panadera
En la carta destacan además las empanadas artesanales en sus diferentes variedades: atún, bacalao, zamburiñas, pulpo, carne, o la opción vegana son algunos de los ejemplos. Ángeles Besada no quiso renunciar a esa pequeña parte que heredó del antiguo negocio familiar, por eso comenta orgullosa que quiso "apostar por las empanadas porque era lo que sabía hacer de siempre".
Cada día suelen sacar una buena remesa de este producto, todas del mismo tamaño. Las de atún, bacalao, carne o zamburiñas son las que suelen estar a la orden del día. Otros rellenos requieren un encargo previo, así como la de millo, y lo mismo pasa con las porciones: "si alguien la quiere más grande tiene que encargarla", aclara su dueña. "Pueden hacerlo hasta las 10 de la noche" (también para otros pedidos). Los precios para las empanadas pequeñas van desde los 6,50 euros (atún) hasta los 13 euros en el caso de la de zamburiñas o pulpo. Y cuando estas son del día anterior las venden a precios de media empanada (3,75 euros la más barata).
Lo cierto es que una parte importante de Panadería Besada se mantiene viva en Cociñamos. Todavía reservan una estantería para los panes elaborados por ellos mismos, las empanadillas (de 1,20 a 1,40 euros la unidad) o bollerías como cruasanes o bizcochos. Y también en fechas señaladas ponen todos sus esfuerzos para presentar los dulces típicos de cada ocasión, como las orejas o filloas, ahora en Carnaval, o las roscas de Pascua y Reyes.