Decía Kate Douglas (1856-1923) que "hay lugares donde uno se queda, y lugares que se quedan en uno". La reconocida novelista y educadora infantil americana se refería con sus palabras al viaje y esa magia especial, que embriaga el alma y transforma el pensamiento, tras regresar de algún destino de cultura y costumbres disímiles. Muchos encontrarán el sentido de aquellas palabras en un pequeño paraíso terrenal enmarcado en el corazón rural de Reboredo, en la vertiente noroccidental de la península de O Grove. Allí, a medio camino entre el mar y la montaña, en un recóndito lugar donde el Atlántico es capaz de vibrar al compás mediterráneo de la dolce far niente y la joie de vivre, el Hotel Mirador Ría de Arosa se alza como un auténtico refugio vacacional para aquellos que buscan un remanso de paz ―de los que pocos quedan― en las entrañas de las Rías Baixas.
Su historia empezó a escribirse hace ya medio siglo, con la puesta en marcha de un típico ultramarinos y taberna gallega que acabararía siendo en el germen directo del Mirador Ría de Arosa. El proyecto de vida de Aurita Castro y Manuel Triñanes evolucionó rápidamente ―de una forma orgánica y natural― desde una casa de comidas a un magnífico hospedaje, convertido hoy por hoy en un referente de los alojamientos sostenibles y pet friendly dentro de la comarca do Salnés. En su capítulo más reciente, es la dupla formada por Álvaro Barral y Miguel Paz la encargada de llevar las riendas de este oasis vacacional en O Grove, donde las manos de Aurita todavía se resisten a abandonar el timón de los fogones. "La base de la cocina es ella ―reconocen ambos propietarios―, una gastronomía tradicional que siempre ha estado ahí, con algunas evoluciones, pero manteniendo la esencia".
En las entrañas de un hotel de esencia atlántica
Un despertar frente a las aguas de la ría de Arousa, un atardecer de postal y la cocina tradicional de Galicia acompañando a la estancia de cada viajero. La realidad es que el Hotel Mirador Ría de Arosa es todo un icono del sector hotelero entregado al placer del huésped. Cada pequeño detalle de su arquitectura y diseño rezuma una perfecta armonía y hedonismo, pues a pesar de llevar medio siglo al pie del cañón, cada nueva temporada supone un soplo de aire fresco para este oasis vacacional en el lugar de Reboredo. "Cada año que pasa intentamos incluir siempre alguna mejora, sobre todo encaminada a que el hotel sea lo más sostenible posible", afirma Álvaro Barral. "Recientemente colocamos placas solares y distintas mejoras en el sistema de climatización (...) También en lo que servimos en carta, en la medida de lo posible tratamos que sea de proximidad. Incluso tenemos una pequeña finca con huerto del que sacamos algunos productos para proveer al hotel", agrega Miguel sobre el firme compromiso del proyecto con el medio.
En la actualidad el alojamiento dispone de 34 habitaciones reformadas, la mayoría de ellas con terraza privada y sus cristaleras abriéndose hacia el mar, casi llegando a abrazar el océano Atlántico. Un lugar mágico que invita a soñar y a desconectar en un entorno natural donde reina la quietud. Lejos del bullicio, pero a la vez tan cerca de todo lo necesario para unas vacaciones de ensueño. Y es que ya lo decía el periodista Eduardo Chamorro: "Lo milagroso es que, aun cuando el hotel está lleno, parece vacío y sin algarabía alguna". En sus instalaciones, los huéspedes del Hotel Mirador Ría de Arosa también encontrarán aparcamiento gratuito (uno enfrente del hotel y otro a unos 75 metros en dirección O Grove), piscina exterior con zona de solárium, así como una fabulosa terraza y restaurante con servicio de cenas y vistas al mar que también pueden disfrutar la clientela ajena al hotel.
"La base de nuestra cocina es el producto. Buenos pescados, mariscos, carnes… Los guisos marineros, por ejemplo, son una de las especialidades", aseguran sus propietarios sobre los platos que tienen cabida en la carta del restaurante. En la terraza por su parte, los visitantes tienen la oportunidad de disfrutar del vermú, tomar unas copas a media tarde y, por supuesto, ser testigos del espectáculo visual del astro rey en su caída sobre el horizonte marino o terrestre de la ría de Arousa, en ocasiones desapareciendo sobre el mar, en ocasiones sobre la propia península de O Grove o del Barbanza. Un escenario único que los propietarios del hotel ofrecen también para la celebración de todo tipo de eventos y celebraciones. "Hemos hecho bodas, aperitivos para grupos grandes e incluso coffee breaks para empresas... Todo lo que el aforo nos permitía", explica Miguel sobre un servicio para el que disponen de menús especiales y cócteles de bienvenida.
Sinergias para una experiencia completa
Al margen de los pequeños lujos y comodidades del establecimiento meco, sus propietarios han querido apostar del mismo modo por la sinergia entre los distintos agentes de la zona para configurar una serie de experiencias a medida de cada viajero. "Trabajamos con un círculo de empresas locales para ofrecer paquetes de actividades que incluyen rutas en barco, rutas a caballo, visitas a bodegas…", aclara Miguel sobre una iniciativa con la que tratan también de alargar la temporada más allá de la Semana Santa y la temporada estival. Unas actividades que además casan a la perfección con el tipo de viajero que suele aterrizar en este rincón de las Rías Baixas: "Nuestro cliente potencial es el que viene aquí buscando una escapada de relax, de desconexión (...) El que viene se queda con ese recuerdo y normalmente repite", apunta Álvaro. Y es que el Hotel Mirador Ría de Arosa se ha convertido, para muchos y por méritos propios, en ese lugar al que siempre querrás regresar.