La cocina francesa más tradicional se puede disfrutar en Vigo y en Nigrán gracias a esta crêperie bretona, que se especializa en el plato más conocido de la gastronomía gala: galettes y crêpes. Hace diez años abrían sus puertas con la intención de crear una carta que respetase al máximo las recetas tradicionales y permitiese a los vigueses probar exquisitos platos bretones.
El plato más parecido de nuestra gastronomía podrían ser las ‘filloas’, pues la receta es casi la misma. Lo que cambia es el tipo de trigo con el que se hacen, pues en el caso de las galettes se utiliza trigo sarraceno y el relleno es salado. Esta receta es originaria de la Bretaña francesa y se considera la más representativa de la región, mientras que las crêpes se identifican con todo el país.
Mucho más que crêpes
La carta de este restaurante se centra en ingredientes y recetas bretonas, desde las más tradicionales hasta las combinaciones más atrevidas. Las ensaladas abren el menú y la tabla de quesos franceses merece especial mención, acercando las variedades más representativas del país vecino.
Las galettes son las favoritas de los visitantes de ambas crêperies, no solo porque son el plato estrella, sino porque se pueden probar combinaciones muy originales y que difícilmente se servirán en otros restaurantes. Tanto las tradicionales como las especialidades de la casa están preparadas al momento, elaboradas con mantequilla salada como indica la receta tradicional.
Las crêpes también se presentan con mucha variedad, desde los dulces más sencillos que llevan solo azúcar o miel, hasta elaborados postres como la crêpe tatin, que recuerda a la tradicional tarta del mismo nombre hecha a base de manzana.
Ahora, gracias a la plataforma Dbarrio también hacen envíos a domicilio los fines de semana, aunque mantienen abiertos sus locales en horario de comidas durante toda la semana (de 13 a 17 horas).
Comiendo crêpes en un autobús
El espectacular decorado de los dos locales acompaña la carta para que la experiencia sea completa y, por supuesto, única. En el restaurante de Vigo, en la céntrica calle Urzáiz, se puede comer sentado en un autobús antiguo o en un espectacular Seat 600 de carreras. La barra y la cocina están situadas dentro del autobús, al que se han retirado los asientos para decorar el local.
En el caso de Nigrán, la cocina ocupa el centro del local gracias a una impresionante furgoneta Hanomag Kurier de los años 50. El comensal se encontrará comiendo en un food track en el interior del restaurante. El local se encuentra al inicio del paseo de la playa de Patos, por lo que cuenta con una amplia terraza.
A pesar de que las restricciones han mantenido los locales cerrados, ahora vuelven a estar activos para el turno de comidas, y es sin duda un imprescindible de la ciudad. Cada mesa cuenta además con un mantel de papel y un puñado de lápices de colores, para que los más pequeños puedan dibujar a sus anchas mientras esperan su comida.