A veces sólo hace falta sumar dos más dos para conseguir un producto de éxito a nivel gastronómico: buen ambiente y buenos platos. Es el caso de La Central Gastro, que desde hace ya unos cuantos años brilla con luz propia ―y no lo decimos por el letrero luminoso de su fachada― en el corazón del Casco Vello de Vigo, en una ubicación privilegiada a los pies de la Plaza da Constitución. En todo este tiempo, el restaurante ha sabido evolucionar y adaptarse a los nuevos tiempos, con una estética totalmente moderna y unos platos capaces de sacar a la luz las técnicas y sabores más explosivos.
Hace seis meses, la carta del restaurante cambió su imagen por completo. A día de hoy, el recetario de La Central invita a cada comensal a transportarse a otros lugares del mundo con sólo saborear sus platos, a través de las sensaciones que generan toda una mezcla de ingredientes y técnicas culinarias llegadas desde diferentes puntos de Europa, América Latina o el sureste asiático. Gran parte de la culpa de esto lo tiene su actual jefe de cocina, Hugo López Medina, un trotamundos gastronómico que supo plasmar toda su experiencia en los actuales platos de La Central.
"Estudié en el Centro Superior de Hostelería de Galicia y al terminar me fui a Cádiz, donde estuve trabajando en El Faro de el Puerto", relata el cocinero. Esa sería la primera de muchas paradas antes de convertirse en la persona al mando entre los fogones de La Central. De Cádiz viajó a Donostia para ocupar durante un año un lugar en Kokotxa, un restaurante con Estrella Michelin. "Después hice varios viajes a Tailandia e hice cursos de cocina tailandesa. Estuve viviendo también dos años en México, trabajando en hoteles allí. Fui jefe de cocina de un restaurante tailandés y otro italiano, y ahora pues estoy aquí".
Una carta 100% renovada
Cuando Hugo López entró a las cocinas de La Central por primera vez, la magia empezó a brotar en forma de recetas inéditas: "nada más llegar al restaurante cambié la carta entera. Ahora mismo tenemos 26 platos, 10 brasas y 5 prostes", relata. Durante su estapa previa como cocinero entre los fogones de diferentes locales repartidos por todo el mundo, el jefe de cocina de La Central fue adquiriendo todo un bagaje culinario que ha terminado por plasmar y reflejar en los platos del restaurante vigués. "Es complicado poner una etiqueta", comienza. "Esto es una mezcla mía. Al final hay un poco de Tailandia, México y también un poquito de cocina italiana", añade.
Todo ello, eso sí, sin olvidarse de la esencia y los mejores productos gallegos. "Trabajamos carnes premium muy buenas: chuletones de vaca gallega, con carne de Gutrei, de Lugo", entre otros manjares del mar y la tierra. De hecho, para este cocinero, el secreto del éxito de la carta y el restaurante reside en la capacidad que tiene la misma para impresionar al cliente a través de platos originales que sólo van a poder disfrutar si visitan La Central Gastro. "Tenemos platos muy gallegos, pero al final, yo considero que está bien experimentar cosas de otros lugares si así puedes sorprender a la gente".
Así, el típico plato de zamburiñas que podemos encontrar en cualquier taberna o restaurante gallego, en La Central se presenta "con una salsa de hibiscus y cecina por encima", en una mezcla de sabores que no deja a nadie indiferente. En un vistazo rápido a la carta virtual del restaurante, estas rarezas culinarias se pueden apreciar en prácticamente todas las recetas. "Tenemos cangrejos de concha blanca con una salsa de perlas de tapioca, con Tom Kha Gai, que es una salsa tailandesa… con kimchi", describe Hugo. De entre todas estas elaboraciones, el jefe de cocina lo tiene claro a la hora de hacer una lista con aquellas que más paladares han conquistado, y que en pocos meses se han convertido en un imprescindible de La Central: "el risotto de setas con trufa es un plato que piden mucho. También el arroz marinero (arroz verde con pulpo crujiente), los tacos o la costilla de barbacoa con mazorcas".
El recetario de postres también sigue la misma línea que la de los primeros platos. Ganache de chocolate blanco, torrija de brioche, cremoso horneado de chocolate (plato picante), crema tostada y quesos gallegos con membrillo son las cinco opciones disponibles actualmente. Y aunque de primeras sus nombres no parecen esconder un exotismo inherente, la letra pequeña saca a la luz todos esos ingredientes extraños que se mezclan en cada postre, como el té matcha, el yuzu, los chiles dulces, una crema de boniato, o el sorbete de guayaba, entre otros. Además de estas delicias dulces, En La Central cuentan también con una importante y amplia vinoteca, con selectas variedades de vinos con Denominación de Origen y procedencias variadas. "El dueño del local es el que se preocupa mucho por esto, también en sus otros restaurantes, el Nero y la Trastienda. Lo de los vinos es algo que le gusta mucho", explica Hugo.
Además, a partir del 20 de septiembre los "Gastro Menús" regresan al restaurante para el placer de sus comensales y cocineros. "Se trata de un menú semanal de lunes a viernes, compuesto por dos primeros, dos segundos y dos postres a elegir", relata López. "Todas las semanas lo cambiamos, en función de lo que me apetezca hacer y lo que tengan los proveedores", confiesa. Esta licencia creativa le permite a este jefe de cocina utilizar los menús como ensayo de prueba-error de cara a la carta fija, y de esa manera trasladar alguna de las recetas como ya le ha pasado en alguna ocasión, según reconoce. "Hay muchas elaboraciones que hacemos para el menú semanal que de repente digo: a lo mejor es un platazo y lo puedo meter en carta más adelante". Una vez en marcha estos menús, a los clientes sólo les queda disfrutar de los platos nuevos, y esperar para ver si alguno de sus favoritos consigue pasar la criba y salir al terreno de juego culinario de La Central.
Diseño moderno y ambiente joven
Con un marcado ambiente moderno, dibujado entre pinceladas boho-chic y vintage, y con una cierta composición industrial envolviendo al local, la decoración de La Central se ha convertido en otro de los grandes aciertos en su búsqueda por la diferenciación. El amplio espacio combina diferentes rincones capaces de atraer a los perfiles de personas más diversos, aunque en general siempre en un rango de edad "bastante joven o de mediana edad", según afirman. "Tenemos entreplanta, vinoteca, comedor, un reservado privado y una terraza enorme… Aquí cabe mucha gente", reconoce el jefe de cocinas. En total, y en circunstancias normales, la capacidad del local ronda los 200 comensales. Un número que les ha permitido maniobrar y estructurarse mejor en épocas en las que las restricciones más duras aparecían en el horizonte de la hostelería: "al final, el ser un espacio grande nos permitió también tener las mesas separadas y mantener el volumen de trabajo".
De hecho, otro de los grandes atractivos de La Central tiene que ver con su cocina, o más bien con su cocina al más puro estilo americano. "La cocina abierta es otra de las cosas que más llama la atención a la gente, y a mi personalmente me parece todo un acierto", manifiesta Hugo. "Trabajamos mucho con woks, las carnes a la brasa…entonces la gente ve el fuego y le gusta. Muchos clientes quieren comer en la entreplanta para ver cómo hacemos las cosas". En cierto modo, este moderno concepto (al menos en Galicia) se ha convertido en un reclamo más a la hora de elegir La Central Gastro como lugar en el que disfrutar de toda una experiencia gastronómica.
Adiós verano: hola, menús y jornadas "gastro"
El verano está llegando a su fin y con ello, la bajada en el volumen de trabajo del restaurante se empieza a notar. Lejos de ser un contratiempo ―ya que en general la clientela se mantiene bastante constante durante todo el año― desde La Central aprovechan estás épocas menos saturadas para dar rienda suelta a su faceta más gastronómica fuera de carta. "Siempre estamos un poco en movimiento en el tema de eventos", explica Hugo. "Ahora en verano no podemos permitirnos tener tantos porque hay un volumen muy grande", agrega. En resumidas cuentas: el verano dice adiós pero los menús especiales y las jornadas "gastro" llegan para ocupar ese vacío post-vacacional.
"Tenemos menús grupales, navideños" y otros especiales, relatan desde La Central. De hecho, las jornadas culinarias son otra de las formas que desde el restaurante han encontrado para dejar volar la imaginación entre fogones. "Dentro de poco vamos a hacer unas jornadas de cerdo ibérico, con unos platos diseñados con secreto, abanico ibérico, carrilleras, carpaccios, baos… en fin, varios fuera de carta", aclara el cocinero. A nivel creativo y profesional, Hugo López reconoce que trabajar en La Central Gastro es todo un lujo. Al fin y al cabo, este singular espacio del Casco Vello vigués brinda la oportunidad a cada uno de sus profesionales en cocinas de "ser uno mismo e innovar". Así se entiende que los platos que presentan consigan sorprender y conquistar el paladar de cientos y cientos de comensales cada nueva temporada.