Galicia es un templo del buen comer. Son muchos los lugares del territorio gallego a los que uno puede ir a disfrutar de una buena comida, aunque si lo que quieres es sorprender a tu familia o grupo de amigos, quizás deberías plantearte reservar mesa en el restaurante Porto dos Barcos, ubicado en la parroquia de Viladesuso, en el municipio de Oia (Pontevedra).
Del mar a la mesa. Esa es la filosofía de Porto dos Barcos. Juan Enrique y su padre Quique Carneiro son los responsables de este espacio único, en donde los amantes del buen comer pueden deleitarse con productos de una calidad indiscutible en un entorno incomparable con las mejores vistas al mar.
El buen hacer de Porto dos Barcos ha traspasado fronteras y la Guía Michelin habla maravillas de este restaurante. "Destaca por su maravilloso emplazamiento entre la carretera y el océano, con la marea batiendo sobre las rocas a sus pues".
"En el comedor, de líneas clásicas y con una gran cristalera que permite contemplar el Atlántico, podrá degustar una cocina gallega de producto de esas que solo se pueden disfrutar en estas latitudes, pues la calidad de sus pescados y mariscos es excepcional", asegura.
El tamaño sí importa en Porto dos Barcos y aquí los bivalvos y crustáceos son de tamaño XL. Los percebes, berberechos o almeja fina tienen un tamaño "impresionante", mientras que los bogavantes y las langostas pueden llegar a pesar hasta cinco kilos.
La cocina de Porto dos Barcos, sencilla y tradicional, busca realzar el sabor natural de cada pieza. "Recetas de la abuela Emilia, como la empanada de mejillones con chorizo o la tortilla de pulpo son especialidades de la casa", aunque tampoco pueden faltar en la comanda pescados finos a la plancha o al horno, como la Palometa roja o el rodaballo.
Para hacer de una comida una experiencia inolvidable, Porto dos Barcos dispone de una cuidada selección de más de 200 vinos, mayoritariamente nacionales en la que no faltan los mejores vinos gallegos para un maridaje perfecto.
Oia, un tesoro del Baixo Miño
El restaurante de Juan Enrique y Quinque se ubica en un entorno incomparable en la comarca del Baixo Miño. El municipio de Oia -con alrededor de 3.000 habitantes- limita al norte con Baiona, al este con Tomiño y al sur con O Rosa. Es conocido por su monasterio, construido a mediados del siglo XII, aunque también es un lugar estupendo para realizar rutas de senderismo.
El paisaje de montaña del interior contrasta con las zonas de costa rocosa. Pasear por el entorno de la pequeña parroquia de Mougás o por la Senda del Pozo do Arco son algunas de las alternativas que ofrece el municipio de Oia.
La hoja de ruta de cualquier turista también debería incluir una visita a los murales realizados por el reconocido artista venezolano Flix. Estos están localizados en diferentes emplazamientos del municipio: bajo el puente de la carretera general, junto al acceso al Monasterio, el colegio público de Oia, en las gradas del campo de fútbol...