Casa Marco, como su nombre indica, es el proyecto personal de Marco Antonio Pérez do Camiño, un hombre que siempre ha sentido una exuberante curiosidad por el mundo de la cocina. "Desde que tenía unos 11 años, preparaba la comida para mis padres en casa", recuerda con nostalgia, y añade cómo, con aquellos primeros platos, le picó el gusanillo del oficio.
"Yo no tenía ningún conocimiento y, poco a poco, mi madre me fue enseñando", explica. Una de las anécdotas que guarda con más cariño es recordar cómo, siendo tan pequeño, no podía darle la vuelta a la tortilla y tenía que pedir ayuda a la vecina. Sin duda, una historia curiosa de un niño que descubrió su pasión a muy temprana edad.
Aquella curiosidad lo llevó, años más tarde, a empezar a trabajar en una pastelería después del colegio. "Sobre todo limpiaba, pero me fijaba en lo que hacían y me di cuenta de que me gustaba", comenta Marco.
Convencido de que quería convertir su pasión en su modo de vida, fue pasando por diferentes pastelerías y restaurantes en varias ciudades de España para "ir cogiendo rodaje" y aprender de cada experiencia.
Casi dos décadas ofreciendo la mejor gastronomía gallega
Casa Marco
Tras diez años de aprendizaje y experiencia en otros fogones de España, Marco decidió regresar a Vigo, donde los hermanos Víctor y Albino -antiguos propietarios del restaurante Follas Novas- lo esperaban con los brazos abiertos. Así nació Casa Marco, el proyecto de tres profesionales vinculados al mundo de la gastronomía que querían ofrecer a Vigo una alternativa al antiguo restaurante de la Rúa Serafín Avendaño.
"La idea de ellos fue siempre crear un proyecto conjunto entre los tres", explica Marco. Así, hace 17 años surgió Casa Marco, con una carta muy similar a la de Follas Novas. "Al principio nos costó un poco. La gente nos comparaba mucho con Follas Novas", recuerda el cocinero, aunque poco a poco las cosas fueron saliendo bien y el restaurante comenzó a consolidarse.
Una experiencia completa
Casa Marco se presenta como un restaurante sencillo, con una propuesta basada en la cocina tradicional gallega, elaborada con materias primas de primera calidad: carnes, pescados y verduras de origen local. "Nuestra cocina es tradicional, elaborada y tratada con cariño", explica Marco.
Sin embargo, Marco no se conforma solo con ofrecer un buen producto, y asegura que "el cliente también es protagonista". El trato y la experiencia son igual de importantes: "Mi preocupación es todo: que el cliente se sienta cómodo, que lo recibamos bien, que le expliquemos la carta...".
En esencia, Casa Marco se esfuerza por cumplir cuatro promesas a sus clientes: comer bien, comer rico, mantener una buena relación calidad-precio y no hacerles esperar.