Los aperitivos son una parte fundamental de la cultura gastronómica española y varían de una región a otra, aunque muchos de ellos son reconocidos y disfrutados en todo el país.

El momento del aperitivo, que suele tener lugar antes de la comida principal, es una oportunidad para disfrutar de pequeñas porciones de comida acompañadas de una bebida, como una cerveza, un vermut o un vino.

Y en el caso de Galicia, la gastronomía está profundamente influenciada por su proximidad al Atlántico y la calidad de sus productos del mar. Los aperitivos gallegos suelen ser sencillos pero llenos de sabor, destacando por su frescura y autenticidad. Y entre los aperitivos más típicos se encuentra el Queso Tetilla.

El queso de tetilla es uno de los quesos más conocidos de Galicia, con una forma cónica característica. Es suave, cremoso y ligeramente ácido. Se sirve como aperitivo, solo o acompañado de membrillo, pan o nueces. Es perfecto para disfrutar en pequeñas porciones y es muy apreciado tanto en Galicia como en el resto de España.

Se trata de uno de los quesos más icónicos y representativos de Galicia, tanto por su sabor suave como por su peculiar forma cónica que recuerda a una "tetilla" (de ahí su nombre). Es uno de los productos lácteos más conocidos fuera de la región y cuenta con Denominación de Origen Protegida (D.O.P.), lo que garantiza su calidad y origen.

La característica más reconocible del queso de tetilla es su forma cónica o de "tetilla". Tiene una base más ancha y se va estrechando hacia la parte superior, con una forma suave y redondeada. Generalmente, los quesos de tetilla pesan entre 0,5 y 1,5 kg, lo que los hace de tamaño medio.

Su textura es cremosa, suave y ligeramente elástica, lo que lo convierte en un queso fácil de untar o cortar en lonchas finas. Su corteza es fina, de color amarillo pálido, mientras que su interior es más cremoso y blanco o amarillo muy suave.

El sabor del queso de tetilla es muy suave, ligeramente ácido y con un toque mantecoso. Tiene un regusto lácteo que lo hace especialmente apreciado, ya que no resulta ni fuerte ni invasivo, lo que lo convierte en un queso muy versátil que puede agradar a casi todos los paladares. El aroma es también suave y delicado, recordando al olor de la leche fresca con un ligero toque a mantequilla.

El queso de tetilla es muy versátil en la cocina y se puede disfrutar de muchas maneras. Se puede comer de diversas formas. En primer lugar, es perfecto para comerlo solo, como aperitivo o postre, acompañado de pan o frutas como membrillo, higos o nueces.

Queso tetilla.

A menudo se sirve en tapas, cortado en pequeños trozos o acompañado de embutidos, como el jamón serrano o el chorizo. También se puede acompañar con otros tipos de quesos, así como con uvas.

Igualmente, por su textura cremosa y fundente, el queso de tetilla es ideal para hacer fondues o salsas de queso que se pueden acompañar con muchos platos, por ejemplo, con carnes.

De la misma forma, este queso se utiliza también para rellenar pimientos, setas u otras verduras, ya que su sabor suave complementa muy bien otros ingredientes.

Finalmente, en platos gratinados, el queso de tetilla se funde de forma homogénea y da una textura cremosa y suave a recetas como empanadas, pastas o lasaña.

Queso tetilla con uvas.

Además, el queso de tetilla marida perfectamente con vinos blancos gallegos como el Albariño o el Ribeiro, que con sus notas frescas y afrutadas equilibran el sabor mantecoso del queso. También se puede acompañar de vinos tintos jóvenes o cervezas ligeras.