"Él nunca lo haría", rezaba la campaña de 1988 para concienciar sobre el abandono de mascotas en los periodos estivales. Llegaba el verano y los dueños parecían olvidar a esos mejores amigos; abandonados, con familiares a su cargo o solos en sus casas con lo básico para subsistir durante su ausencia. Diez años antes, nacía Ramalladas, un centro de adiestramiento para perros cerca del zoo de A Madroa en Vigo que, poco después, añadió el servicio de hotel canino.
"Estudiaba empresariales y a mis padres no les hizo nada de gracia", comienza Juan Freire, propietario de Ramalladas. "Surgió a través de mi cuñado, que se dedicaba al adiestramiento. Después, continué yo combinando la carrera con la formación específica sobre métodos de educación canina". El siguiente paso, fue el de la creación del hotel para perros. "Surge por la necesidad de los dueños, la mentalidad empieza a cambiar y se abre un nicho de mercado. Empezamos con pocas plazas y ahora tenemos cerca de 100″.
Desayuno, piscinas, parques de juegos
Un hotel para que las vacaciones de dueños y mascotas sean compatibles. Mientras unos descansan en la playa, la piscina o recorren el mundo, los otros pasan el día entre los 14 parques de juegos de hasta 3000m2. Desde la mañana, con desayuno incluido, y con una pausa para comer y descansar. Además, calefacción en invierno y piscinas para perros en verano. Y en todo momento al cargo de profesionales formados: hasta 5 personas se encargan del bienestar de sus huéspedes.
Igual que un campamento de verano, de uno o varios días. "Hay dueños que vienen a pasar unos días y nos dejan a su perro. Si hace malo, pasan el día con él; si no, se van a la playa y lo dejan en nuestras manos". De hecho, uno de los servicios actuales es para aquellos que quieren visitar las Cíes. "Recogemos al perro en el puerto y se lo volvemos a llevar cuando regresan de las islas".
Alejados de "El encantador de perros"
Dos formadores se encargan de la parte educativa y de formación con distintos programas adaptados de forma individual para cada caso. Juan pone en valor el aspecto profesional de su trabajo. "Luchamos contra el intrusismo. Desde hace dos años estamos acreditados para dar certificado de educación y formación canina. Es la FP de nuestra profesión y somos la única en Galicia que la ofrecemos", asegura.
De hecho, la "moda" que instauró el programa "El encantador de perros" es uno de los caballos de batalla en este aspecto. "Las técnicas de César Millán de llevar al perro al límite son de hace 20-30 años. Ahora se educa desde lo positivo, desde la amabilidad con el animal. El problema es que al salir en la televisión, se repite en las casas, y no es lo mejor", concluye el dueño y director de Ramalladas.
Son varios los perros que visitan Ramalladas precisamente para eliminar esas malas costumbres. "Al final, vienen aquí a reparar esas averías. La labor de reeducar después de una mala práctica es mucho más compleja", asegura Juan. "Ahora tenemos aquí perros de gente de Pamplona, de Madrid, de Oporto… acaban acudiendo a nosotros después de probar todo".
Repunte después del confinamiento
La pandemia no sólo nos ha afectado a nosotros, los seres humanos. Los animales han sufrido también el vuelco que ha dado la normalidad en ese proceso hacia una todavía inconclusa "nueva normalidad". Mucha gente decidió con el encierro que tenían tiempo para cuidar de los perros, y con la desescalada han sufrido mucho. "Han pasado de estar todo el día con sus dueños, a no ver coches ni gente por la calle, a estar de nuevo solos y encontrarse con muchos estímulos al salir. Eran perros equilibrados que ahora necesitan tratamiento", comenta Juan.
Otro de los servicios pioneros de Ramalladas es el de las terapias asistidas. Un psicopedagogo, un psicólogo y un técnico son los encargados de la formación para aprovechar a los perros como recurso para la atención y mejora de la calidad de vida de personas en situación de dependencia, fragilidad o con necesidades especiales.