Puede que una de las peticiones más repetidas a lo largo de la historia en las cartas de Navidad sean los animales. El sueño de casi cualquier niño es tener un perro o un gato que estrujar con besos y abrazos y jugar sin descanso. Sin embargo, desde hace años se intenta concienciar a la sociedad de que las mascotas no son en ningún caso objetos que regalar, sino seres vivos con los que es necesario ser responsable.
De este modo se ha avanzado mucho en las campañas contra la compra de mascotas y se promueve la adoptación, a medida que la sociedad se hace más consciente del derecho al bienestar animal. La Fundación Affinity publica anualmente el estudio Él nunca lo haría, en el que recogen los datos sobre la actividad de las protectoras de España.
En el último informe se plasman los datos del 2020. Las protectoras de animales recibieron a 286.000 ejemplares, de los cuales 162.000 fueron perros y otros 124.000 gatos. Las cifras descienden ligeramente en relación al 2019 y desde la Fundación Affinity opinan que las restricciones de movilidad y las medidas covid crearon un "efecto de barrera temporal" a la llegada de mascotas.
El 49’3% de los perros que terminan en una protectora son adoptados posteriormente. Otro dato significativo sobre los animales que habitan las perreras es que el 55% son adultos y son ellos, a la vez, los que más tiempo pasan en estos lugares a la espera de una nueva familia.
¿Adopción real o capricho?
Comprar un perro no es la opción más ética, por lo que mucha gente decide adoptar. Sin embargo, en las protectoras de animales no siempre aceptan a los nuevos dueños y algunas, incluso, cierran el proceso de adopciones cuando llegan las Navidades.
En Rescue Galicia optan por esa última opción: "En Navidad no damos perros en adopción, lo que hacemos es que, si estás interesado, comenzamos el proceso, dejamos que conozcas al perro, pero hasta pasar las fiestas no los damos", explica Elena, trabajadora del centro. "Si quieres un animal esperas, y si no, es un capricho realmente".
Este año no han puesto en marcha las adopciones, además, porque los perritos que cuidan en este momento son algo complicados. Con todo, Elena sí detecta que normalmente en esta época Rescue Galicia recibe más llamadas de lo habitual.
En la Protectora de Animales de O Morrazo sí que aceptan adopciones en Navidad, pero estudian "con lupa" cada caso para asegurarse de que son decisiones premeditadas y no regalos. Al contrario que en Rescue Galicia, opinan que no se incrementan las llamadas de adopción en estas fechas, sino todo lo contrario; "es una época de mucho estrés para la gente y no adoptan".
Lo que sí perciben es un aumento de abandonos en verano, cuando los cachorros que pudieron ser obsequios navideños comienzan a crecer. En la asociación Os Cadeliños, que no tienen refugio pero tejen una red de casas de acogida para las mascotas, tampoco están en contra de cancelar las adopciones por Navidad.
"Mucha gente aprovecha las vacaciones para pasarse por un refugio o conocer algún animal, por lo que en ese sentido no queremos cerrar las puertas", explica Pilar, de Os Cadeliños. "No aceptamos en ninguna época del año que un animal sea un regalo y además tiene que ser un regalo sabido, no uno sorpresa".
El trabajo de las protectoras
Gracias a centros como Rescue Galicia, la protectora de O Morrazo o Cadeliños, muchas mascotas logran encontrar una nueva familia o disfrutan de unas condiciones mejores mientras esperan a ser adoptados. Son solo algunos ejemplos de la red de asociaciones que luchan por el bienestar animal en la provincia de Pontevedra.
En la protectora de O Morrazo trabajan en la zona de Moaña, Cangas y Bueu y actualmente tienen cerca de 60 perros en sus instalaciones y otros 30 repartidos en casas de acogida. Este año han recogido a muchos ejemplares en edad muy adulta, lo que complica sus adopciones por los elevados costes veterinarios que acarrean.
En Cadeliños cuidan a ocho perritos, que están en casas de acogidas de personas que están en contacto con la asociación a través de redes sociales. En Rescue Galicia, por otro lado, tienen una capacidad reducida y están a cargo de cinco perros.
Todas estas asociaciones sobreviven gracias a la ayuda de voluntarios y buscan financiación a través de rifas, mercadillos y otras acciones solidarias.