Desde hace ocho años, el rock no solo se vive, también se aprende en Nigrán (Pontevedra). La escuela Gain Over abrió sus puertas en 2013 para cubrir un hueco que faltaba en la formación musical reglada, la música moderna, y en un territorio donde sí que el rock tiene mucho tirón, pero estaba desnutrida en la parte de docencia.
"Además de sentir mucha afinidad con el Val Miñor, nos dimos cuenta de que en Vigo había conservatorios y otras academias de música, pero por aquí no había un acceso a la formación musical", explica Pablo Prego, uno de los tres socios que pusieron en marcha el proyecto. Fue realmente su hermano David el que tenía la idea desde hacía años de crear una escuela musical. Primero, abandonó la idea por la crisis de 2008, y a pesar de que la situación se mantuvo "complicada", decidió que era "ahora o nunca".
Para ello, contó con su hermano Pablo y con Alejandro Vilas, tercero de esta ecuación musical. "Si buscas una orientación clásica, puedes ir a un conservatorio. Pero la cuestión es que la educación reglada está mal enfocada en este país", asegura Pablo, que pone de ejemplo la Esmae, la Escuela Superior de Música y Artes del Espectáculo de Oporto, con fama mundial, y que pone en liza todos los estilos musicales.
Profesores con recorrido musical
La escuela cuenta con siete profesores para dar los primeros pasos o perfeccionar el manejo de instrumentos como la guitarra, el bajo, el piano o la batería, además de aprender canto o armonía y nociones de producción musical. Todos tienen una cosa en común: son músicos en activo. "Buscamos recorrido musical, no tanto una titulación, porque tener un título te dice que esa persona cumple una serie de pautas, pero quizás no son las que a nosotros nos interesan", concreta Pablo.
En Gain Over, cada uno va a su ritmo y a su estilo. Desde los que quieren tocar canciones de Sabina o Los Secretos, a los que quieren tocar las canciones de Metallica. Es decir, cada alumno toma su rumbo y los profesores se adaptan. "Nos caracteriza una enseñanza libre", dice Pablo, que apunta que el fuerte de la escuela es una vertiente más "lúdica", aunque sus alumnos, más de 500 ya han pasado por sus instalaciones, son de todo tipo.
El rango de edad va desde los 3 años, con asignaturas especializadas con las que van "creando escuela", hasta los mayores. Eso sí, los que ya empiezan a hacer sus pinitos con grupos, pisando escenarios y empezando con conciertos son los que rondan los 17 y 18 años.
De la teoría a la práctica
La oferta es amplia. Están las clases individuales, esas que te permiten conocer el instrumento, saber cómo funciona y aprender a tocarlo; pero también están los "combos". Es decir, juntar a varios alumnos para vivir la experiencia de tocar en grupo: aprender a oír al otro, a saber cuándo entrar, qué pausas hacer… básicamente, tocar en un grupo de música, porque, como dice Pablo, "esto es un deporte de equipo".
Desde el verano pasado, han sumado a su oferta los campamentos de verano. En este caso, mezclados con el surf. "Tenemos relación con las escuelas de la zona y estamos a 100 metros de la playa; además, el surf siempre ha estado muy vinculado con la música". Así se refleja en el Surf&Roll Camp que este año repite experiencia, dedicado a edades entre los 6 y los 14 años, aunque los más pequeños son "los que más disfrutan".
Este viernes, alumnos y profesores participan en el Vive Nigrán, una ocasión perfecta para poner en liza lo aprendido en las aulas. Aunque la Gain Over Band, formada por los profesores, no es la primera vez que se une en el escenario. "Cada uno tiene su propio proyecto musical, pero a los alumnos les gusta vernos tocar, y nos da visibilidad", concluye Pablo. Una banda que han pasado por otros escenarios como el Solpor de Monteferro, Sons do Casco en Baiona e incluso han cruzado la AP-9 para tocar en A Coruña.
Sonarán los acordes este viernes en el Vive Nigrán, pero durante todo el año Gain Over hace escuela en el Val Miñor.