Pablo Vázquez y Denis Carballás se conocieron estudiando Comunicación Audiovisual en Pontevedra. Juntos, firmaron el documental Cuna de músicos, un recorrido por las últimas cuatro décadas de la música viguesa con los testimonios de sus veteranos protagonistas. A pesar de recoger muy buenas críticas, este trabajo les hizo ver que el fenómeno de la Movida en Vigo marcaba demasiado el imaginario popular.
"La gente se quedaba con la primera parte del documental, con la Movida y los años 80, cuando realmente se centraba en la escena actual. Para romper con esa nostalgia eterna, nos quisimos centrar en el siglo XXI", explica Pablo a Treintayseis. "La Movida ya pasó; es algo histórico, mítico, intocable… porque se le puso un nombre, si no se hablaría de varios grupos y ya", incide y se refiere al "marketing" que rodeó aquella parte de la historia de la música en Vigo y España.
"Hay que pasar página respetando el pasado, pero fijándose en lo que hay ahora y apoyarlo, porque es mejor y más variado", insiste Vázquez para explicar que es con este objetivo con el que nace el libro, "para que la gente que no lo sabe, sepa lo que hay aquí". Una mirada actualizada a un panorama musical que, desde siempre, ha tenido presencia en la ciudad y que, con la pandemia, sufrió un duro desgaste, con las salas cerradas y los aforos limitados.
Apuesta de la editorial Galaxia
Precisamente, la pandemia fue la que le permitió a Pablo comenzar con el proyecto de Son da cidade. "Me vi con más tiempo libre y se me ocurrió la idea de hacer un libro de la música de Vigo en este siglo", en el que él aportaría los textos y Denis las ilustraciones y la maquetación.
Primero, pensaron en autopublicarlo, pero antes se pusieron en contacto con la editorial Galaxia. "Preparamos un dossier y les escribimos; a los pocos días, nos contestaron con un correo para hablar del proyecto". En las reuniones con la editorial, se pulió el proyecto y se añadieron las fotografías. "Fue fácil y sencillo, están apostando mucho por la música bajo la dirección de Francisco Castro", comenta Pablo.
El proceso, eso sí, no fue tan sencillo: partieron de una lista de 400 nombres que quedó reducida a 50, por lo que se quedaron muchos nombres fuera, a sabiendas de que "es imposible ser objetivo". "Es positivo que cada uno pueda hacer una lista de 50 grupos, pero esto no es una biblia ni una enciclopedia", explica ante las mínimas quejas que han recibido por ausencias o presencias en el libro, donde aparecen artistas desde los 60 años hasta los veintipocos, buscando que las nuevas generaciones tengan su espacio.
Para elaborarla, se impusieron unos parámetros, como que se existiesen o se mantengan en activo en este siglo; que sean de Vigo y comarca; que tuviesen publicado, al menos, un trabajo discográfico; y que estuviesen representada una variedad de estilos. En este último caso, se elaboró un apartado especial para estilos más minoritarios como el jazz, el trap o la música electrónica.
"Un paseo por la memoria"
Son da cidade, con prólogo de Pedro Feijoo, donde hace referencia a que la obra "se convertirá en un paseo por la memoria del tiempo que hoy aún está presente" para los más jóvenes y servirá para los más veteranos "para ajustar cuentas con unas cuantas memorias con las que igual ya no contaban", recoge a artistas como Sen Senra, Killer Barbies, Eladio y los Seres Queridos, Carlos Núñez, Iván Ferreiro, Siniestro Total, Kannon, Maryland, Presumido, Kings of the Beach, WÖyza, Ragdog, Margarida Mariño, Moon Cresta, Stoned and Pompeii, Villanueva, Juan Rivas, Santi Araujo o The Soul Jacket.
Preguntado por sus "favoritos", Pablo hace una pequeña selección dentro de los 50 elegidos en la obra: Siniestro Total, de los que destaca no solo una "carrera impoluta", sino su evolución y que hayan puesto a Vigo en el mapa; The Soul Jacket, "la más potente", con un "directo increíble, estilo propio y muy respetados fuera de Galicia"; Eladio y los Seres Queridos; y Basanta, "que solo tiene un disco, pero que me parece fantástico", y de los que destaca su "personalidad".
La selección de Vázquez y Carballás tiene el objetivo de dirigirse no tanto a los muy melómanos, sino a un público menos conocedor de la escena musical viguesa, de ahí que la obra sea visual, con ilustraciones y poco texto, a modo de "un menú degustación de lo que hay para que sigan buscando". "No es cuestión de convertirse en un radical de la música de Vigo, pero aquí hay muchas cosas y siempre puedes encontrar algo que te guste".
Más apoyo para la escena local
Una escena, la viguesa, en la que echa de menos un apoyo más fuerte de las administraciones. Pablo hace referencia al circuito local que se organizó en pandemia, "con poca publicidad, hecho más para salvar el tipo", y reivindica a los artistas y grupos vigueses sobre un gran escenario, como el de Castrelos, siendo una condición para los promotores de conciertos que sea un grupo local el que actúe de telonero. Se fija, por ejemplo, en el concierto que juntará a Hijos de la ruina y Wöyza sobre el escenario de Castrelos.
Sobre el futuro himno del Celta para el Centenario, para el que suena C. Tangana como compositor, Pablo se suma a los que apoyan esta elección, "porque es el artista del momento", además de que otros nombres que se incluyen en las quinielas de los aficionados, "ya tuvieron su momento hace tiempo". "Nos viene bien el marketing; en este caso no es un himno, el Celta ya tiene uno, se trata más bien de una canción", reflexiona.
Este miércoles 25 de mayo será la presentación en La Casa de Arriba a partir de las 20:00 de Son da cidade, un recorrido alejado de la morriña ochentera que pone el foco en la música de hoy de una manera transversal, acogiendo diferentes estilos y generaciones de músicos que resuenan en los escenarios de la ciudad. Una obra que responde a una pregunta: ¿A qué suena Vigo?