No importa las veces que Leiva venga a Vigo, porque su visita es un llenazo asegurado en el parque de Castrelos. Anoche fue la constatación de que es posible crear un ambiente mágico y unir a miles de personas con tan solo una voz, una guitarra y un repertorio lleno de sinceridad.
Las entradas para ver al cantante madrileño desde pista estaban completamente agotadas. Aunque en un primer momento no colgó el cartel de sold out, las entradas sobrantes puestas a la venta durante la propia mañana del concierto fueron adjudicadas con velocidad.
En total, de acuerdo con los datos que compartió el alcalde, Abel Caballero, se congregaron alrededor de 60.000 personas para disfrutar de la inconfundible voz rasgada de Leiva. Las gradas de Castrelos, los emplazamientos gratuitos del auditorio, estaban repletas de público desde horas antes de comenzar.
El concierto duró casi dos horas y sonaron una veintena de canciones. No faltaron los éxitos de su último disco, Cuando te muerdes el labio, ni tampoco los del álbum con el que conquistó Vigo en 2019, Nuclear. Un Leiva maduro, con experiencia de sobra en el escenario, que supo cuándo tocar los nostálgicos temas de su etapa con Pereza para acabar de conquistar al público.
Además, el cantante hizo un homenaje al vigués Iván Ferreiro con el tema El equilibrio es imposible, canción original del grupo Los Piratas. No faltaron las linternas de los móviles encendidas al compás, sustituyendo lo que en su día eran mecheros. Lo que no cambia es la emoción de la legión de fans de Leiva cuando lo escuchan en directo.