Laura Solla (Ourense, 1993) estaba "medio dormida" cuando recibió la llamada de Robert Grima, uno de los jefes de Live Nation España -promotores de conciertos con artistas de talla internacional-, que le ofreció tocar junto a Coldplay. En aquel momento, esta ourensana de nacimiento que creció en Pontevedra, no supo si seguía soñando: "No me lo creía. Pensé, ¡esto es surrealista!", recuerda. La alegría, sin embargo, fue contenida, pues no recibió la confirmación sobre su participación hasta dos semanas antes del primer concierto en el Cidade de Coímbra (Portugal). Ahí comenzó la aventura.
Durante esos 14 días y robándole horas al sueño, Laura ensayó con el lap steel guitar, una guitarra que se toca tumbada, con slides y "jugando" con el pedal de volumen, el tema Sparks: "No es un instrumento muy popular en España. Sí en Estados Unidos por el estilo country y el blues", explica la ourensana, quien tiene en su casa 17 guitarras, entre ellas, eléctricas, acústicas y algún dobro. "Me dejaron dos lap steel. Uno era de Juan Pérez, un fotógrafo de rock increíble; y para los conciertos con Coldplay me trajeron uno de la marca Duesenberg", añade.
La guitarrista explica que aprendió a tocar este instrumento de forma autodidacta y pidiendo consejo a sus compañeros de profesión: "Es parecido a la guitarra, pero como es con slide hay que tener mucho cuidado con la afinación. Es mucho más delicado", subraya.
Cuatro conciertos, cuatro sold out y 50.000 personas
Laura participó en los cuatro conciertos del Cidade de Coímbra como parte de una de las sorpresas del show. La gallega se subió el miércoles, el jueves, el sábado y el domingo de la pasada semana a un pequeño escenario del mismo recinto para tocar en acústico. "Al principio estaba muy nerviosa, nerviosísima. ¡Atacada! Sobre todo, después de ver el show que hacen. ¡Es increíble!", cuenta Laura. "Es el mejor que vi en mi vida en todo: Montaje, luces… ¡De todo! Tenían más de 200 personas trabajando para ellos. Yo pensaba, en ese momento, que tenía que concentrarme y hacerlo muy bien. Al final todo fluyó", añade.
Antes de la actuación, la guitarrista gallega tuvo oportunidad de ensayar, en un local habilitado dentro del propio estadio, con la banda: "Eran todos súper majos y Chris Martin es una bestia del escenario. ¡Es increíble! Coldplay es una banda que lleva sacando discos desde el año 2.000 y que ha llegado a donde está por su propio mérito y esfuerzo", opina Laura. "Antes de empezar me dijo que lo iba a hacer genial. Durante la actuación todos me sonreían y me decían ‘perfect’", añade todavía emocionada.
Una gira con Aitana que le abrió puertas
Después de tocar con Coldplay, la gallega, que también formó parte del equipo musical en la gira de Aitana, volverá a trabajar con Marilia, de Ella Baila Sola; con Blas Cantó y con Nat Simons. "Creo que el proyecto con Aitana, de más de 30 conciertos, fue lo que más me ayudó a tener todo el trabajo que tengo ahora", reconoce la guitarrista. "Fue un paso muy importante", añade.
A sus 30 años, Laura tiene muchas metas que alcanzar. Asegura que, la más importante, es dar vida a su propio disco: "Hacer mi música es algo que tengo en la cabeza. Tengo muchas canciones mías y necesito grabarlas y sacarlas para encontrar un poco mi centro", concluye.