Eugenia Korenkova tiene 26 años y es ucraniana, originaria de Járkov, la segunda ciudad más grande del país. Trabaja como camarera en Casa Ucraniana, un restaurante situado en la céntrica calle Padilla de Valencia que sirve platos típicos del país desde hace nueve meses.
Hace un año que reside con su pareja en Benetússer, un municipio del área metropolitana de la capital del Turia. Se marchó de su tierra para poner un nuevo rumbo a su vida, lejos de la guerra y el ruido de los bombardeos, y junto a otros compatriotas elabora los platos típicos de Ucrania.
Eugenia cuenta que su madre y ella sintieron el bombardeo de cerca. "Escachábamos ruidos, siempre tenía miedo", relata en una entrevista con EL ESPAÑOL. Por suerte, su casa no sufrió ningún daño. Explica que sí que podían salir de casa, pero había decretado un toque de queda y estaba prohibido rebasarlo.
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Su ciudad fue ocupada por las tropas rusas en cuanto estalló la contienda, el 24 de febrero de 2022. "No teníamos comida, ni agua, ni luz", lamenta la joven.
Respecto a la subsistencia, Korenkova explica que era un problema conseguir agua y comida. Todos los supermercados permanecían cerrados. Solo abrían algunos bazares y los vecinos vendían lo que habían cultivado en algunos mercados. Se ayudaban entre todos. Tampoco disponían de teléfono ni comunicación.
Pero a finales de junio de 2022, Ucrania recuperó asentamientos en regiones como Járkov, que fue liberada de las tropas rusas. La situación mejoró, pero Eugenia, motivada por su pareja que ya vivía en Valencia, decidió dejarlo todo hace un año y formar parte de este proyecto.
Ella era contable y vigilante de una tienda. Ahora, aunque trabaja en otro sector totalmente distinto, es camarera y se encuentra "feliz".
Cuenta que su madre sigue viviendo en la ciudad con su gato y suele comunicarse con ella a menudo. Señala, además, que los bombardeos siguen, pero en el lado controlado por el ejército ruso.
La travesía fue larga. Además, vino sola. Viajó durante un día a Lituania, después 72 horas más en coche hasta Valencia, su nueva ciudad.
Casa Ucraniana
Lo de encontrar trabajo en Casa Ucraniana fue pura casualidad. Eugenia Korenkova buscó por internet algún restaurante ucraniano por la zona y se encontró con este nuevo proyecto gastronómico. Está en el número 5 de la calle Padilla, a muy pocos metros del Ayuntamiento de Valencia.
El establecimiento lleva abierto desde hace poco tiempo, apenas nueve meses. Es el único de toda Valencia. "Lo abrieron para la población de Ucrania que reside aquí, después de que estallara la guerra", afirma.
Su jefa Svitlana y una de las cocineras, Irina, son nativas de Bucha, una ciudad cercana a la capital, Kiev. Ellas también se mudaron de país. No solo decidieron abrir un restaurante, también tienen un bar situado en Plaza España.
De los clientes que más frecuentan sus locales, el 60% son ucranianos y el 40% restante son españoles atraídos por la curiosidad de su gastronomía.
"Nos encanta que a la gente le guste nuestra comida y venga aquí", señalan entusiasmadas.
Ofrecen platos típicos, como la patata a la plancha con nata y champiñones, croquetas de setas o de carne o tomate con carne y aceitunas. De postre cocinan creps con queso, creps con manzana o tarta de queso.
Algunos licores que disponen en el restaurante proceden de Ucrania. Korankova explica que tienen entre 27 hasta 40 grados de alcohol y están hechos con diferentes frutas y hierbas.
Eugenia valora positivamente estar viviendo en Valencia. Aunque fue un cambio brusco, lo aceptó rápido y le gusta mucho la cultura de la ciudad: "La vida es mejor", apunta.
Lleva solo un año, pero tiene intención de aprender español y quedarse por mucho tiempo. La ciudad de Valencia les ha dado una nueva oportunidad.