El PP no solo tiene buenos ejemplos para gobernar Valencia en minoría sin Vox, como el de Gijón, donde la alcaldesa de Foro Asturias acaba de expulsar de su Ejecutivo a los de Santiago Abascal. La formación también tiene la ley de su parte si opta finalmente por no darles entrada en el Gobierno de la capital del Turia.
Fueron precisamente los populares quienes modificaron en diciembre de 2013 la Ley de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local. Este texto, entre otras cuestiones, se anticipó a la fragmentación política que llegaría en 2015 y reforzó las juntas de gobierno para garantizar la acción política de los alcaldes en minoría.
La filosofía es sencilla: cuando un partido gobierna en minoría, el resto tiene una potente herramienta para derrocarlo, como es la moción de censura. Y como la oposición ya cuenta con esta fórmula, el sistema está ideado para evitar el bloqueo en la gestión si no se recurre a la misma.
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Así lo defiende la autora Carmen Alonso Higuera, secretaria general del Ayuntamiento de Cornellà de Llobregat (Barcelona), en su ensayo Gobernar en minoría ayuntamientos fragmentados.
"Cualquier política que tenga por objeto derribar el Gobierno municipal por otra vía que la moción de censura, supondría, en mi opinión, una especie de fraude de la ley y de los principios constitucionales, pues no resulta plausible que, teniendo la oposición la capacidad de derribar un gobierno, ni lo derribe ni lo deje gobernar", expone.
Además del caso reciente de Gijón, la alcaldesa de Valencia, María José Catalá, tiene en la provincia ejemplos de ciudades importantes que fueron gobernadas en minoría. Un caso sonado fue el de Paterna, donde el socialista Juan Antonio Sagredo gobernó por un tiempo con solo 6 concejales de 25. El resultado electoral de 2015 ofreció un triple empate a 6 entre los socialistas, el PP y Compromís.
"La junta de gobierno es un organismo que permite sacar adelante la gestión. Las ordenanzas y aspectos importantes como los nuevos presupuestos solo se pueden aprobar en el pleno y exigen negociación, pero la junta de gobierno es una herramienta muy útil", relata sobre aquella época el propio Sagredo, quien ahora compagina la alcaldía de la ciudad con un escaño en el Senado.
El primer edil recurría también a la argucia política. Negociaba iniciativas con entidades representativas de la sociedad civil y las invitaba a los plenos para que, si el resto de partidos optaba por tumbarlas, tuviera que hacerlo frente a los vecinos que las solicitaban.
"Además, para las grandes ciudades es todavía más sencillo. Nosotros exploramos la posibilidad de que se nos considerara como tal porque nos acercábamos en los parámetros y nos habría permitido una mayor agilidad", agrega preguntado al respecto por EL ESPAÑOL.
El Gobierno de María José Catalá ya ha recurrido la junta de gobierno, donde todos los representantes son del PP, para sacar adelante iniciativas durante sus primeros 100 días en la alcaldía, durante los que se ha resistido a dar entrada a Vox en el Ejecutivo local.
"Gobernabilidad"
En su ensayo, Carmen Alonso Higuera incide en que los legisladores "han apostado por un reforzamiento de la figura presidencial y se han decantado por soluciones que
permitan esta gobernabilidad".
Entre ellas, subraya que "la nueva redacción dada a la Disposición Adicional 16.ª de la LBRL por la Ley 27/2013, de 27 de diciembre, de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local, apoderó a la Junta de Gobierno para adoptar, aunque con carácter excepcional y dando posteriormente cuenta al pleno, determinadas decisiones sobre aspectos de competencia plenaria que en una primera votación no alcancen las mayorías necesarias para prosperar".
Desglosa cuatro asuntos al respecto: "el presupuesto del ejercicio inmediato siguiente, cuando exista uno prorrogado"; "los planes económico-financieros, los planes de reequilibrio y los planes de ajuste"; "los planes de saneamiento o de reducción de deudas"; y "la entrada de la entidad local en los mecanismos extraordinarios de financiación".
"Nunca debe olvidarse que, sin perjuicio de la posibilidad de que la oposición presente enmiendas al presupuesto, su formación es una competencia exclusiva del alcalde", recuerda la autora.
En una entrevista reciente concedida a EL ESPAÑOL, Catalá se pronunció largo y tendido sobre la posible entrada de Vox en su Gobierno. Reconoció que no lo descarta, e indicó al respecto que encontrarse en minoría en el pleno y en las comisiones pesaba en esta reflexión.
Pero la extraña estrategia de Vox para entrar en el Gobierno, que exige su incorporación con vehemencia y ha llegado incluso a faltar al respeto a la alcaldesa, invita a explorar las opciones de mantener un gobierno en minoría, una fórmula menos operativa pero contemplada y amparada por la Ley.