La tortuga Hope ha vuelto este martes a su hábitat natural después de que el Oceanográfico de Valencia la rescatara y la cuidara hasta que estuviera totalmente recuperada para volver al mar.
La alcaldesa de Valencia, María José Catalá, y la bióloga y exploradora marina, la doctora Sylvia Earle, fueron las encargadas de soltar a la tortuga marina en la playa de El Parador de El Saler, tras meses de cuidado y tratamiento por los veterinarios en el hospital animal El Arca del Mar.
Se trata de la tortuga 770 que se ha salvado gracias a los cuidados de los técnicos de la Fundación. Hope, además, lleva instalado un dispositivo de seguimiento por satélite que permitirá a la comunidad científica ampliar el conocimiento sobre la biología y su ruta migratoria.
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La alcaldesa María José Catalá valoró que este evento especial marca "un hito importante" en el contexto de la Capitalidad Verde Europea que ostentará la ciudad en 2024. Además, puso en valor que desde el año 2017, el Oceanográfico ha recuperado más de 700 tortugas.
En este sentido, destacó su "compromiso social", para mejorar el cuidado y bienestar de los animales e informar y sensibilizar a toda la sociedad, con la finalidad de mejorar la conservación de las especies y su hábitat natural.
Sylvia Earle, que recibió el premio Princesa de Asturias de la concordia, aseguró que esta suelta es "un símbolo de esperanza para el océano" y explicó que "las tortugas estaban en nuestro planeta años antes que los dinosaurios y seguirán estando si las seguimos cuidando".
La Fundación Oceanogràfic dispone de un servicio de rescate disponible las 24 horas del día, los 365 días del año, para la atención de fauna marina varada y viva en cualquier punto de la Comunitat Valenciana.
La atención a las tortugas marinas enfermas o heridas constituye una de las principales líneas de acción directa emprendida por la entidad. El Arca del Mar es el hospital donde ingresan estos animales para recuperarse gracias a los cuidados del equipo veterinario.
La doctora Sylvia Earle recibió el premio Princesa de Asturias de la concordia en 2018 por su labor como oceanógrafa, investigadora, gestora y docente. Ha dedicado su vida a la exploración, la investigación de los fondos marinos y a la conservación de los océanos.