Confirman la prisión permanente para Beatriz, la viuda negra que estranguló a su marido discapacitado
El Supremo descarta que actuara por petición de la víctima y concluye que la crueldad del asesinato no se corresponde con un suicidio asistido.
31 enero, 2024 17:55El Tribunal Supremo (TS) ha confirmado la pena de prisión permanente impuesta a Beatriz, la mujer que asesinó en 2019 a su marido, que padecía una enfermedad degenerativa que le provocaba parálisis; enterró el cuerpo en una fosa cavada en una parcela de Godelleta, en Valencia, y lo cubrió con piedras y sosa cáustica.
Los magistrados rechazaron el argumento de que la acusada actuó por petición de la víctima para llevar acabo un suicidio asistido toda vez que le mató de forma "cruel". El cuerpo de Issac, marido de la condenada, fue hallado en junio de 2020.
La Sala de lo Penal concluyó que "los hechos declarados probados permiten afirmar sin duda alguna" que la mujer "no participó ejecutivamente en el suicidio de su marido, sino que decidió acabar con su vida".
En la sentencia, recogida por Europa Press, el tribunal recalcó "el modo, cruel, en que se causó la muerte". Además, consideró que "el sofisticado plan de ejecución trazado y el modo en que se pretendió deshacer del cadáver" evidencian que tenía una "intención homicida" que se aleja de la "compasión" y el "respeto por la autonomía y la dignidad personal" que caracterizan al suicidio asistido.
Nadie de su entorno podía imaginar que aquella mujer amable y dulce con la que se casó a cambio de cuidados Isaac, un exagente de Policía Local de Catarroja, a 9 kilómetros de Valencia, acabaría cometiendo un terrible crimen y enterrándolo en una finca sin llegar a deshacerse si quiera de la silla de ruedas que utilizaba.
Según estimó la Fiscalía, Beatriz lo enterró en una finca de Godelleta, un municipio situado a unos 50 kilómetros de la casa donde residían, que había alquilado poco antes de los hechos. El tribunal del jurado que juzgó estos hechos afirmó en su veredicto que la acusada le suministró a la víctima una pastilla para que se durmiera, bajo el engaño de que el medicamento era para calmar el dolor.
Con su marido dormido, Beatriz se fue hasta la finca que había alquilado, donde habría abierto una bombona de butano en el coche con el hombre en su interior con la intención de que muriera.
No obstante, como el hombre no falleció, poco después Beatriz le puso un cordón de zapatos alrededor del cuello hasta estrangularle. La investigación determinó que durante el estrangulamiento, Isaac se revolvió contra la acusada y le golpeó en la cara y en el cuerpo para salvar su vida.
A continuación, Beatriz tiró el cadáver de su marido en una fosa del terreno alquilado y lo cubrió con tierra, piedras y productos químicos. Durante meses, la procesada simuló que la víctima seguía con vida y mandaba mensajes desde su teléfono móvil para pedir a la familia que no le buscaran.
"Lo siento mucho, pero no voy a volver a casa. Cuando pase algo os avisarán de inmediato, es decisión mía y solo mía, y debéis respetar mi voluntad". Este es el mensaje que supuestamente escribió Isaac a su mujer cuando desapareció el 1 de diciembre de 2019 tras acompañarlo al barrio valenciano de La Luz.
Beatriz interpuso una denuncia por abandono del hogar y aseguró que lo acompañó para asistir a la fiesta de cumpleaños de un compañero del centro de día para personas con discapacidad al que acudía regularmente. Pero Issac nunca llegó a la celebración.
Seis meses después, en junio de 2020, la Policía Nacional detuvo a Beatriz. Los agentes la siguieron hasta el terreno que había alquilado: una parcela vallada y sin edificación alguna, al final de un camino de una urbanización de Godelleta.
Allí se entrevistaron con sus propietarios y confirmaron las sospechas. Beatriz ni siquiera se deshizo de la silla de ruedas eléctrica que necesitaba su marido para desplazarse y localizaron su cadáver.
Eutanasia en Suiza
Desde el primer momento, la mujer trató de convencer a los investigadores de que la desaparición de su marido había sido voluntaria y de que llevaba un tiempo planteando su deseo de morir por su dolencia irreversible e incurable.
Según consta en las actuaciones, Beatriz declaró que entre junio y julio empezó a buscar información para ir a Suiza y que su marido estaba interesado en la eutanasia. En 2019, en España no estaba legalizada esta práctica y allí podía someterse a su voluntad sin poner en riesgo a sus familiares o amigos.
Además, según explicó, descubrió en el buscador del teléfono móvil de su marido que había estado mirando formas para quitarse la vida. .
Entre esta información que la esposa trasladó a la Policía también aparecían ensayos clínicos, el divorcio después de la muerte o "cómo desaparecer". Incluso puntualizó que pidió a un familiar que trabajaba en una funeraria que le diera presupuesto de cuánto costaba una incineración.
Pero los familiares dudaron de esta versión desde el principio e interpusieron una segunda denuncia por desaparición uno días después, el 5 de diciembre de 2019.
El hijo, condenado
El hijo de Beatriz, entonces menor de edad, ya fue condenado a finales de 2021 por ayudar a su madre a matar a su padrastro.
La Justicia le impuso una pena mínima de dos años de internamiento y la sentencia determinó que el adolescente actuó bajo la falsa creencia de que su madre cumplía con la voluntad de su marido, según la sentencia publicada por Levante-EMV.
El menor convivía con Isaac y Beatriz y, en ocasiones, con los otros dos hijos de la víctima en un piso de la avenida Ausiàs March de Valencia propiedad de Bea. El menor confesó su participación en el enterramiento y dijo que ayudó a su madre porque pensaba que Isaac había solicitado que le practicaran algo parecido a la eutanasia.
La autopsia reveló que Isaac tenía tierra en los pulmones, por lo que todo apunta a que aún estaba con vida cuando lo enterraron. Según declaró el hijo de Beatriz, su madre estaba empeñada en dejar morir a su marido y usó los cordones de sus zapatillas para estrangularlo.