El juzgado de Instrucción número 19 de Valencia ha ordenado la formación de un pieza separada para investigar los archivos localizados en siete memorias extraíbles halladas en casa de Don Alfonso López, el canónigo emérito de 85 años de la catedral de Valencia supuestamente asesinado por Miguel, un hombre de origen peruano con el que mantenía relaciones sexuales desde el pasado verano.
Los agentes encontraron el material informático durante los registros practicados en casa del clérigo, propiedad del Arzobispado de Valencia, después de que el portero de la finca encontrara el cuerpo sin vida de la víctima semidesnuda en su habitación.
La Policía ha descubierto uno de esos dispositivos y un teléfono móvil en el interior de una habitación donde Don Alfonso tenía instalada una capilla para rezar en la casa donde vivía en la calle Avellanas 22, según confirmaron a EL ESPAÑOL fuentes conocedoras de la investigación.
Al parecer, los agentes inspeccionaron toda la casa y localizaron un pequeño habitáculo situada junto a su habitación. Esta sala privada estaba cerrada con llave y no se podía acceder. Tras forzar la cerradura, la Policía se encontró con la capilla y el reclinatorio que el sacerdote utilizaba para sus oraciones diarias.
La habitación estaba repleta de imágenes de vírgenes y santos, así como de otros objetos religiosos. Don Alfonso también guardaba en esta habitación reliquias y libros eclesiásticos de diversos autores. Entre todos estos objetos y en el interior de un escritorio, apareció una de las memorias extraíbles y el teléfono que ahora se analizan, según detallaron estas fuentes.
Por el momento, se desconoce qué archivos hay en su interior, pero el juzgado ha ordenado la formación de una pieza separada para analizar el contenido por si guarda relación con el crimen.
El titular del Juzgado de Instrucción 3 de Valencia, en funciones de guardia de incidencias el pasado fin de semana, decretó el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza del detenido por la muerte de un canónigo.
El portero de edificio encontró el cadáver el martes 23 de enero semidesnudo en su cama y con signos de estrangulamiento.
La investigación recoge que don Alfonso mantenía supuestas relaciones sexuales con las personas que conocía por las calles de Valencia, la mayoría jóvenes vulnerables de origen extranjero.
Los jóvenes pasaban varias horas en el interior del domicilio, o incluso varios días, como es el caso de Miguel, el supuesto autor del crimen.
Las pruebas forenses practicadas al cadáver de don Alfonso permitirán observar los cambios producidos por la falta de oxígeno en los tejidos, así como las lesiones específicas que puedan indicar el tipo de asfixia por el que murió.
Además, se realizaron en la vivienda del sacerdote en busca de muestras de ADN, huellas dactilares, fibras, sustancias tóxicas u otros elementos que puedan relacionar a la víctima con el posible autor del crimen.
Condena del Arzobispado
El Arzobispado de Valencia emitió la noche de este miércoles un comunicado en el que lamenta el "profundo dolor" de los hechos que rodean el supuesto estrangulamiento del canónigo.
El comunicado puntualiza que "el secreto de sumario no se ha levantado, y no tenemos información oficial de las noticias que revelan los medios de comunicación". Pero la institución religiosa subraya su "pesar por el escándalo".
"Si lo publicado es verdadero, manifestamos el profundo dolor que nos producen los hechos narrados, que son manifiestamente contrarios a los compromisos de vida sacerdotal, asumidos libremente en el momento de la ordenación, y manifestamos nuestro pesar por el escándalo, el desconcierto y el dolor que causan a todos, muy directamente a los fieles, y especialmente a los miembros del presbiterio".
Este crimen cometido en el corazón histórico de la ciudad ha destapado un escándalo sexual sin precedentes en el cabildo de la catedral de Valencia.
Alfonso López Benito era experto en la "persecución religiosa en España de 1931 a 1939", escribió varios libros sobre ello y fue juez delegado en la canonización de 250 mártires por odio a la fe durante los años de la Guerra Civil.