Entre los desaparecidos del grave incendio del complejo residencial de Valencia se encuentran un bebé de menos de un mes de vida, un niño de algo más de dos años y sus padres.
Así lo confirman a EL ESPAÑOL fuentes conocedoras del siniestro. En la escuela infantil del mayor de estos niños, en el propio barrio valenciano de Campanar, se ha producido una gran consternación por la ausencia del pequeño la mañana de este viernes, tal y como ha relatado Levante-EMV.
Un dron de los Bomberos divisó la madrugada de este viernes los primeros cadáveres. Se trata de cuatro cuerpos -no identificados- en un balcón del complejo residencial de 15 plantas arrasado este jueves por las llamas en Valencia.
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Esta fue la primera constatación de que hubo víctimas mortales en el siniestro. Si se confirman los peores presagios, los fallecidos pueden superar la decena. Hay, al menos, 14 heridos, siete de ellos bomberos, y no se teme por la vida de ninguno de ellos.
Los efectivos aún no han podido entrar en el edificio y la alcaldesa de Valencia, María José Catalá, ha confirmado que "hay entre nueve y 14 personas no localizadas", aunque esta cifra puede ir variando conforme prosigan las investigaciones, ya que algunos son extranjeros.
Los cuatro fallecidos avistados aún no han sido identificados y se han establecido dos puntos de atención, uno para atender a familiares de personas desaparecidas y otro para ayudar a las personas que lo han perdido todo en el incendio.
Respecto a las personas que resultaron heridas en este siniestro, fueron atendidas 15, de las que sólo permanecen ingresadas seis -cinco de ellas bomberos- pero no corre peligro la vida ninguna de ellas, según ha explicado el president de la Generalitat, Carlos Mazón, quien ha decretado tres días de luto en toda la Comunitat Valenciana. También ha anunciado un decreto, que ya se está coordinando con el Ayuntamiento de Valencia, sobre el establecimiento de medidas económicas para los afectados por el incendio: "Restitución de la vida, de viviendas, de enseres...", ha explicado.
La Policía Nacional, según ha informado la delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Pilar Bernabé, trabaja en el conteo de los vecinos del edificio: "Por el momento tenemos identificadas a 14 personas ilocalizables, cifra que va a variar porque trabajamos en intentar localizar a las personas que podrían quedar. Es un edificio con muchas viviendas, algunas de ellas en las que residían personas de nacionalidad extranjera que son más difíciles de localizar",, ha dicho.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se desplazará este viernes a Valencia para conocer sobre el terreno las tareas que siguen realizando los bomberos.
Gritos desgarradores
Gritos desgarradores procedentes desde el interior estremecieron a los presentes durante toda la tarde. Todos, sin excepción, daban por seguro que habría víctimas mortales, pero no fue confirmada ninguna hasta la madrugada.
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La tragedia, independientemente de la cifra final de fallecidos, pudo haber sido mucho mayor. La minimizó la actuación heroica de Julián, el conserje, que se jugó la vida para salvar la de los demás al avisar puerta por puerta con el incendio ya declarado. También la de los bomberos, que rescataron a dos supervivientes de un balcón cuando ya parecía imposible.
El siniestro consternó este jueves a propietarios y residentes. "¿Cómo ha podido arder de esta manera un edificio de 2008?". Este fue el lamento generalizado en las inmediaciones del complejo de 138 viviendas y 450 vecinos arrasado por las llamas en el barrio valenciano de Campanar. El inmueble lo construyó la promotora Fbex, del empresario Juan Parada.
La clave parece estar en el poliuretano que contenía la fachada y en el intenso viento. Soplaba a unos 20 kilómetros por hora, con rachas de hasta 60.
"Es increíble, era nuevo y ha ardido como una falla", exclamaba otra lugareña. Los vecinos se agolpaban desesperados junto al precinto policial. "He perdido mi casa", "tenía dentro toda mi vida" fueron las frases más repetidas. "Estaba atrapada en su piso y ya no me coge el teléfono", lamentaba entre lágrimas una mujer.
La tarde caía y el fuego se propagaba con celeridad. Valencia al completo, con ceniza en barrios a kilómetros de distancia, fue testigo del incendio, que provocó una inmensa columna de humo negro desplazada por el viento. El 112 movilizó inicialmente a 10 dotaciones de Bomberos municipales, dos SAMU y un SVB.
Las llamas, según las imágenes difundidas en un primer momento, comenzaron en la parte superior de la finca. Se desconoce qué las provocó. Rápidamente, en poco más de una hora, se extendieron a la totalidad del inmueble. Tanto hacia arriba como hacia abajo. Hubo un gran temor de que pudiera colapsar el edificio, pero la estructura resistió. "En principio no hay riesgo de colapso", aseguró en su comparecencia el representante de los bomberos.
Revestimiento de poliuretano
El Colegio de Ingenieros Técnicos de Valencia apuntó directamente al revestimiento de poliuretano del edificio como uno de los posibles factores de propagación del fuego, junto al fuerte viento y las altas temperaturas.
Se unió a esta tesis la vicepresidenta del Colegio de Ingenieros Técnicos Industriales de Valencia, Esther Puchades, que fue la especialista que peritó el complejo.
Algunos vecinos se mostraron contrariados con esta explicación. Argumentaron que, según la información proporcionada cuando lo adquirieron, el revestimiento de la fachada era de un producto denominado alucubond.
Se trata de "un compuesto de aluminio con relleno mineral de difícil inflamación" o incluso "incombustible" -en función de la gama utilizada-. El poliuretano, sin embargo, parecía encontrarse debajo de este revestimiento.
Esther Puchades indicó que el inmueble comenzó a construirse en 2005. El Código Técnico de Edificación del año 2006, modificado en 2017, ya impide este tipo de revestimientos y exige materiales ignífugos para evitar incendios.
Los bomberos se arriesgaron al máximo
Los primeros bomberos que accedieron al edificio incendiado en Valencia aguantaron todo el tiempo que pudieron para alertar a los vecinos que se encontraban en el inmueble cuando se desató el fuego y tuvieron que recibir asistencia psicológica posterior.
Cinco de esos siete bomberos, que resultaron heridos y siguen ingresados en el hospital La Fe, arriesgaron al máximo hasta que se vieron rodeados de llamas, una situación extrema que llevó a uno de ellos a tirarse a una colchoneta dispuesta en el lugar, según han informado fuentes municipales.
Los bomberos lograron llegar hasta el piso 12 del edificio de 14 alturas, que ha quedado totalmente calcinado por el incendio.