Empoderar a las mujeres y reivindicar el feminismo con la técnica del bordado es el cometido de Nicole Newman, una artista afrochilena que reside en Valencia. De manera autodidacta, durante la cuarentena, empezó el que ahora es su oficio "por pura casualidad". Bordaba en su tiempo libre y, para ella, suponía "una especie de terapia".
Newman se licenció en arte con especialización en diseño industrial. Más tarde, exploró otras áreas como la orfebrería, momento en el que aprovechó para crear y producir sus propias colecciones de joyas. Lo que jamás pensó es que después de realizar el posgrado, el bordado se convertiría en su profesión, cuenta a EL ESPAÑOL.
A diferencia de la ocupación propia de un "sistema patriarcal", cuando las mujeres "tejían y se bordaban el ajuar" en el pasado; Nicole realiza su tarea como vía de escape en la que puede "expresarse libremente".
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La pandemia le permitió descubrir las posibilidades creativas que otorga el bordado: "Me enamoré y decidí darle un giro a mi futuro profesional y dedicarme a ello al 100%".
Apenas lleva dos años viviendo en Valencia, pero la capital del Turia le ha acogido muy bien. "Me comentaron que era una ciudad más conservadora que Barcelona o Madrid, por eso pensé que me iban a cancelar los diseños. Sin embargo, la gente ha reconocido mi trabajo y la técnica que hay detrás de él comprándolo", recalca agradecida.
Valencia le abrió sus puertas, donde pudo crear su marca y desarrollarse como bordadora profesional. Su perseverancia originó Pécora Craft, una marca y comunidad feminista que se enfoca en la representación y el empoderamiento de las mujeres en el mundo del arte y el diseño.
Newman, también ilustradora textil, empezó reivindicando el espacio de la mujer "latina racializada". Después, llegó a alzar la voz por más colectivos minoritarios. "Necesitamos que nos reconozcan", señala.
Se considera a sí misma una mujer referente del feminismo, pues su intención es visibilizar su cultura, su raza y su etnia. "No tenemos espacio para alzar la voz, ni políticamente, ni siquiera físicamente. Estamos estigmatizados", lamenta la artista.
Pide reconocimiento "a través de la interseccionalidad" y asegura que las dificultades crecen para los artistas afrolatinos.
En su colección de piezas aparecen bordadas partes del cuerpo femenino, como la vulva o los pechos. Nicole pretende "normalizar y naturalizarlos" y dejar a un lado su sexualización.
En su estudio, cerca de los Jardines de Viveros, imparte cursos y talleres de bordado. Y no solo acuden mujeres, también lo hacen hombres, "aunque muchas de las veces sean acompañados".
"Lo bueno del arte contemporáneo es que los errores son parte de la obra; y no hay estructura", afirma como mentora. Tanto es así que un bordado normal básico puede costar hasta ocho horas en realizarse, según la técnica que utiliza. Pero si decide bordar un cojín, entonces puede tardar hasta un mes en coserlo.
Nicole vive del bordado. Además de las clases, tiene puestas a la venta sus piezas. Tampoco rechaza acudir a ferias para realizar talleres, pues le invitó la cervecera Alhambra a participar en uno de sus eventos.
Así, este viernes participa en un mural colectivo en una feria de mujeres emprendedoras de Torrent por el 8-M, Día de la Mujer. Volverá a reapropiarse de los códigos de la feminidad tradicional y a demostrar, con el bordado, su manera más auténtica de expresarse artísticamente.