El Carlos Mazón más de centro aflora en el aniversario de su victoria, con Vox en segundo plano

El pacto exprés con los de Santiago Abascal, la presencia en la negociación del condenado por maltrato Carlos Flores Juberías y la asunción del término "violencia intrafamiliar" en lugar de "machista" marcaron los compases iniciales. Pero Mazón, por la vía de los hechos, está recuperando su perfil previo.

Cabe recordar que el dirigente emprendió la carrera electoral autonómica tras gobernar la Diputación de Alicante con Ciudadanos, donde pactó incluso presupuestos con Compromís.

[Diana Morant pedirá a Carlos Mazón en su primera reunión que expulse a Vox del Gobierno valenciano]

Desde el principio de la legislatura ha tratado de recuperar esta senda. Comenzó apartando a Flores Juberías del Gobierno valenciano, donde habría sido el vicepresidente si no se hubiera producido el veto del PP.

Otorgó además al área de Igualdad categoría de Vicepresidencia, con Susana Camarero al frente, experta en la materia. Y pactó la mesa de Les Corts Valencianes con Compromís para otorgar a los nacionalistas una representación que el PSPV-PSOE no accedía a concederles.

Toda acción, sin embargo, parecía poca en un contexto de gran foco mediático por la novedad de Vox en las instituciones valencianas. Los pronunciamientos y acciones de la presidenta del parlamento, Llanos Massó, o del portavoz de Vox, José María Llanos, acapararon muchísima atención en los compases iniciales.

Pero la novedad se fue convirtiendo en costumbre, y Mazón se encuentra ahora en un periodo de mucho mayor sosiego en el que Vox sufre para lograr protagonismo y el PP lo ejerce mediante la acción de Gobierno.

En el centro, Carlos Flores Juberías, el día que anunció el pacto PP-Vox para el Gobierno valenciano del que fue apartado. EE

Es en este campo en el que está aflorando el Carlos Mazón de amplio espectro electoral. Lejos de realizar ajustes, aprobó unos presupuestos expansivos con el mayor montante de la historia de la autonomía.

Además, comenzó su prometida rebaja de impuestos con una mayor reducción de los tributos a las rentas medias y bajas -mediante bonificaciones al IRPF y la bajada del ITP- que a las consideradas más altas -con la supresión de Sucesiones y Donaciones-.

Tampoco aplicó con excesiva contundencia la promesa de eliminar organismos y empresas públicas ineficientes. Hasta la fecha solo ha suprimido seis entidades consideradas "fantasma", aquellas impulsadas por la Generalitat de Ximo Puig que no llegaron a tener actividad.

Sí ha acometido fusiones de firmas operativas, como la de la Agencia Valenciana de Innovación (AVI) con el Instituto Valenciano para la Competitividad Empresarial (Ivace). Pero siempre manteniendo la actividad y sin acometer despidos.

Sindicatos y bomberos

Dos anuncios realizados durante las últimas semanas ahondan en la estrategia de Mazón de ejercer un gobierno moderado para un gran volumen de población.

Por un lado, Mazón firmó el pasado 25 de abril con los sindicatos CSIF, CCOO y UGT un acuerdo en materia de función pública para la presente legislatura. El mismo prevé un calendario de negociación sobre medidas como la implantación de la jornada de 35 horas semanales o la revisión de los programas de teletrabajo, dos medidas que habían sido prometidas por la izquierda a las organizaciones sindicales.

Por otra, en su afán de atender y negociar con todos los colectivos, llegó a un acuerdo con los bomberos forestales el día 23 de abril para realizar un plan de choque que permita estabilizar la plantilla y mejores recursos para los profesionales. Lo alcanzó con agilidad en medio de importantes protestas del colectivo que coincidieron con el grave incendio de Tárbena (Alicante).

Con estas armas atacó el presidente del PP en la última sesión de control a la que se sometió en Les Corts Valencianes, la misma en la que aseveró que "Franco fue un dictador" para desautorizar a su consellera de Justicia de Vox, Elisa Núñez; o en la que exhibió un retrato del poeta republicano Miguel Hernández que el portavoz socialista, José Muñoz, le había entregado en una sesión anterior.

Carlos Mazón exhibe el retrato de Miguel Hernández junto a Vicente Barrera, su vicepresidente de Vox. José Cuéllar / Corts Valencianes

Mazón llega al primer año como presidente autonómico en un escenario mucho más cómodo, en la que el altavoz de su gestión es mucho más potente que la distorsión de Vox, sumida en un segundo plano pese al énfasis de la oposición.

La única victoria reciente del partido de extrema derecha ha sido el desarrollo de la llamada Ley de Concordia en sustitución de la de Memoria Democrática, un texto controvertido que pretende amparar a "todas las víctimas", también las de la Segunda República, y que podría terminar glorificando a figuras del bando Nacional o del Franquismo.

Se trata, en cualquier caso, de un logro de Vox en toda España, desarrollado en varios parlamentos, que en el valenciano el PP ha impulsado en paralelo a otras cuatro leyes para restarle protagonismo. Está por ver además qué efectos reales tiene la nueva ley, ya que las competencias en la materia las ostenta el PP, no Vox.

Más allá de la gestión, Carlos Mazón está aplicando su política de amplio espectro con una intensísima agenda pública para atender a todo tipo de colectivos. Como anécdota, esta misma semana acudió a la exposición que conmemora el 40 aniversario del semanario El Temps.

Se trata de una longeva publicación impulsada por el empresario catalanista Eliseu Climent. La misma se encuentra en el Octubre Centre de Cultura Contemporània (OCCC), edificio que es sede y propiedad de Acció Cultural del País Valencià. Jamás había visitado este inmueble hasta la fecha ningún presidente valenciano del PP.