Bartolomé Pérez: "Muchos problemas de salud mental se deben a que hemos perdido los límites en la educación"
"Hay una descompensación entre la gravedad del problema y la brutal carencia de medios que hay" / "Para prevenir el suicidio lo que se hacía era simplemente dar un taller" / "Cada servicio de salud mental tendrá un pequeño equipo de psicólogos liberado para las escuelas".
20 mayo, 2024 06:00Bartolomé Pérez es psiquiatra, experto en adicciones y desde hace casi ocho meses es el responsable de la Oficina Autonómica de Salud Mental y Adicciones de la Generalitat Valenciana. Se enfrenta al reto de dotar de recursos una parte de la sanidad que ha sido olvidada durante mucho tiempo y de combatir unas cifras procupantes.
La Comunitat Valenciana es la autonomía con mayor prevalencia registrada de trastornos mentales, la segunda con mayor tasa de casos atendidos por intentos de suicidio y la primera en consumo de alcohol y cannabis.
Los expertos consideran estos datos alarmantes. ¿Comparte esta opinión?
No es que la comparta, es que usé esa palabra en el texto del plan de Salud Mental. Es alarmante que tengamos un 25% de prevalencia registrada de trastorno psiquiátrico, es decir, de personas que están en los registros sanitarios, frente a una media del 15%.
Y si comparamos recursos por tasa de población, estamos los últimos, los penúltimos o los antepenúltimos, según el recurso. Hay una descompensación entre la gravedad del problema y la brutal carencia de medios que hay.
En cuanto al suicidio, por ejemplo, la tasa de intentos autolíticos ha aumentado en nuestro territorio un 10%, frente al descenso del 2% a nivel nacional. ¿Cómo se explica?
Esa cifra, al principio, me llamó mucho la atención, porque tenemos limitaciones, pero hay un factor importante como es el clima. No tiene ni pies ni cabeza que tengamos una tasa de ideación suicida más alta que otras comunidades. Pero es cierto que si no tienes los recursos para atender a la persona, lo normal es que el problema se cronifique.
Solo puedo unirlo un poco a la falta de programas de prevención, que es general, y sobre todo, a la carencia de medios de atención.
¿Van a poner en marcha un plan específico?
Efectivamente. El diseño de este plan ya ha sido encargado a la sociedad científica, pero la cuestión es por qué surge esto. La ideación suicida o el intento de suicidio es la punta del iceberg. Si tú no tienes atención digna a niños, a adolescentes, evidentemente, el riesgo de suicidio se dispara.
Si reforzamos la asistencia, lógicamente, habrá menos riesgos. Lo que no es prevención del suicidio es, por decirlo de alguna forma, hacer un taller de dos horas en la escuela. Eso es, literalmente, una tomadura de pelo. La prevención del suicidio es atender aquellas patologías que tienen una alta probabilidad de que haya intentos de ese tipo.
Habla de que la prevención en las escuelas es fundamental. ¿Cuál es el proyecto del Consell?
Hemos puesto en marcha un programa de prevención escolar, que va a ir de 6 a 16 años, y que está a punto de licitarse. El objetivo es trabajar la promoción de la salud mental, valorando la evidencia científica.
No sirve de nada ir a una persona de 14 o 15 años a decirle que es muy malo suicidarse, hay que desarrollar los factores de afrontamiento, que evitarán o disminuirán el riesgo. No había nada en este sentido.
"Lo que no es prevención del suicidio es, por decirlo de alguna forma, hacer un taller de dos horas en la escuela"
En la prevención ha pasado una cosa muy grave y es que jamás un médico le daría un medicamento a una persona si no tiene estudios científicos que demuestren la eficacia. La prevención ha sido al revés. Incluso ha sido iatrogénica, es decir, ha fomentado muchas veces, sin quererlo, que el problema se incremente.
La Comunitat Valenciana pese a tener el liderazgo en prevalencia, está la cola de recursos. ¿Cuál es la situación que se ha encontrado?
Estamos a la cola de España. Y no son datos de la Generalitat Valenciana, son datos del libro blanco de la Psiquiatría de España. Si sacamos las tasas poblacionales, la Comunitat Valenciana es la más ridícula.
¿Estamos por detrás en todo?
Absolutamente, en todo. Ojo, en un campo como la salud mental, que, si excluyes a Euskadi y alguna comunidad más, ya es la cenicienta del sistema sanitario. Somos como la tapa del tacón del zapato de la Cenicienta.
Por ejemplo, ahora mismo estamos a punto de licitar 18 hospitales de día de infancia y adolescencia. Actualmente, tenemos solo dos. Si hablamos de adultos jóvenes, vamos a sacar otros 18 hospitales de día de adultos. Ahora tenemos 10. También vamos a crear 8 unidades de primeros episodios psicóticos.
En cuanto a las camas para agudos, esta comunidad, con casi 5 millones de habitantes, tiene 19 camas para niños y adolescentes. 19 camas. No sé cómo no se le cae la cara de vergüenza a la población.
Ante esta realidad, ¿cuál es el primer objetivo que se ha marcado?
Lo prioritario es dar una asistencia correcta y digna a la población, cumpliendo unos criterios y con los recursos necesarios. Se dan varias circunstancias bastante llamativas, que hay que considerar.
En primer lugar, hay algo que se olvidó el Gobierno anterior: la obligación de que las unidades docentes, o sea, los hospitales que forman especialistas, tengan recursos. Se publicó en marzo del año 2023 y apenas tenemos tiempo, hasta el año que viene, para cumplirlo. Y si no se cumple con los recursos, nos quedaremos sin formar especialistas.
El otro aspecto importante, y creo que la gente se olvida, es que no hay especialistas. A fecha de hoy, hay 21 plazas de psiquiatras vacantes en la Comunitat Valenciana. Cuando yo veo en los medios que falta un psiquiatra en tal sitio, no es que no haya plazas, es que no hay psiquiatras. Lo mismo con psicólogos clínicos. Ahora mismo hay ocho plazas de vacantes.
¿Cuál es la solución?
No consiste en crear plazas, sino en dotarlas. Pasa en todas las especialidades, pero en salud mental más. Ante la falta de profesionales no hay más que dos opciones. Una, inviable. Lo digo a título personal, que el personal de salud mental cobre salarios dignos. Es absolutamente inconcebible que queramos tener un equipo de primera pagando salarios de regional.
Ese es el gasto público que, a título personal, considero que hay que incrementar. El día que un diputado nacional cobre menos que un médico, nos daremos cuenta de que ese médico nos sirvió para algo. El diputado nacional, no sé, le daba el botoncito, ¿no?
Segundo, disponer de una oferta con un desarrollo profesional interesante. Es decir, si mejoramos la calidad de servicio, dignificamos los espacios, que es algo que nos preocupa bastante, es más posible que venga gente.
¿La pandemia ha ayudado a visibilizar la importancia de la salud mental?
La pandemia es una ventana de oportunidad, que se va a cerrar dentro de unos meses. Además, la lectura simplista es que el problema de la pandemia ya pasó y no. El problema son los jóvenes y los niños que han perdido dos o tres años de socialización, de afrontamiento en situaciones de estrés, de aprendizaje. No aprendizaje de las matemáticas, que eso se puede aprender el año siguiente.
"Somos los últimos en recursos para salud mental, como la tapa del tacón del zapato de la Cenicienta"
No tenemos ni idea a nivel mundial, no solo de España, qué va a pasar con esas generaciones. Es algo así como las personas que vivieron una guerra, no pueden ser igual que los que no la vivieron. No por el trauma en sí, sino por la carencia. Al respecto, lo lógico es que la tasa de intentos de suicidio siga subiendo.
¿Hay ahora más voluntad política de atender la salud mental?
El pan y circo es lo que se prioriza en general en la política. Llegará un momento en que la angustia será menor y volveremos a las vacas flacas.
A mí hay gente que me dice que propongo mucho y que voy muy rápido, pero es que desconfío de que el año que viene haya interés. Y no me estoy refiriendo ni a un gobierno ni al otro, sino a nivel social. O se avanza rápido o retrocederemos.
Han presentado el nuevo Plan de Salud Mental dotado con 724 millones de presupuesto hasta 2027.
Sí, pero no me gusta valorarlo en dinero. Por ejemplo, la primera acción es la más simplona y se va a cumplir en breve. Es que en las revisiones escolares se incluya una detección de depresión en los niños. ¿Cuánto cuesta eso? Cero. ¿Qué valor tiene? Más que todos los millones que queramos.
¿El trabajo coordinado con Educación es fundamental?
Es muy importante. Lo que hemos hecho ha sido escuchar a los maestros, que nos dicen que el problema es que cuando detectan que algo no va bien, tienen que empezar a activar el protocolo del protocolo del protocolo del protocolo protocolizado. Y al final, cuando ya llega el protocolo, es tarde.
Lo que vamos a hacer es que cada servicio de salud mental tenga un pequeño equipo de psicólogos liberado exclusivamente para la escuela. Se van a dedicar a detectar, orientar, intervenir y derivar a los chavales que tengan un problema. El sistema será el siguiente: llamarán y luego ya rellenarán los papeles.
¿Además de este trabajo en las escuelas, cuáles son los objetivos de este plan?
En primer lugar, que la promoción y prevención pase de ser simplemente un cuento y que se ataque desde abajo el problema. Porque ahora mismo la atención de la infancia y la adolescencia es lo que nos está desbordando. La prevención escolar tiene que llegar a ser universal.
Y hay muchas otras medidas importantes. Por ejemplo, la unidad de primeros episodios psicóticos. Es muy importante que no hagamos una salud mental basada en poner un fármaco y ya está. Fármacos que, por cierto, son imprescindibles. Es como una muleta cuando tienes una operación. Sin la muleta te vas a caer, pero la muleta no te va a curar. Hay que intervenir en esas primeras fases de la enfermedad.
¿Se plantea la colaboración público-privada?
Es fundamental. De hecho, esta comunidad está tan mal porque es la única de España donde la ideología ha priorizado las necesidades. Yo soy muy extremista con que los primeros niveles de urgencias, ambulatoria, hospitalización, si es posible, sea público, porque es la puerta de entrada.
"No hay especialistas. Hay 21 plazas de psiquiatras vacantes en la Comunidad Valenciana"
Si nos fijamos en otras comunidades que han sido gobernadas por el PSOE en la última legislatura, como es Aragón o, en coalición, Cantabria, nos damos cuenta de que siempre ha habido una relación público-privada y que donde no ha llegado lo público ha entrado lo privado.
En la Comunitat Valenciana, no. Se ha arrasado simple y llanamente porque se ha priorizado la ideología de dos o tres bandarras, porque no tienen otro nombre, sobre la necesidad de la población. La gente lo que quiere es que se le atienda. Ahora, la colaboración público-privada tiene que ser transparente, con concurrencia pública y controles.
Somos la primera comunidad autónoma en consumo de tranquilizantes, segunda de cannabis y tercera en uso compulsivo de internet en escolares de 12 a 16 años. ¿Qué le pasa a la juventud?
Todas las conductas de riesgo se dan en la adolescencia, es lo lógico. Los jóvenes son más impulsivos, hacen cosas sin pensar. Y la realidad es que la sociedad también cada vez nos lleva más hacia la impulsividad, tanto la sociedad de consumo como el día a día en cualquier cosa.
Me preocupa muchísimo que seamos la comunidad líder en consumo de benzodiazepinas en escolares con y sin receta. Esto nos indica que hay mucho estrés en los adolescentes valencianos y que hay un mercado negro.
Es definitiva, hay algo general que tiene mucho que ver con la impulsividad, pero también influye, en mi opinión, que hemos perdido los límites en la educación.
¿A qué se refiere?
Mi formación ha sido bastante liberal, por tanto, no estoy refiriéndome a la violencia. El ser humano necesita educarse en límites para saber contenerse y para aumentar la tolerancia a la frustración.
El maestro o la maestra es la persona en la que depositamos la educación de nuestros hijos. En el momento en el que yo a las maestras de mis hijas le quito la autoridad, no para que les peguen, sino para que les digan 'esto está mal' es lógico que lo que recibimos como padres sea una bomba.
"Esta comunidad está tan mal porque es la única de España donde la ideología ha priorizado las necesidades"
Muchos de los problemas de salud mental que tenemos tienen que ver con no tener un entrenamiento de tolerancia y frustración. Está relacionado con el sistema educativo, pero en el sentido de sistema formativo del ser humano.
¿Y ahí qué papel juegan los padres y madres?
Es complicado ser padre o madre, pero también hay que recordarles que son sus hijos. No son los hijos del vecino.
Por poner un ejemplo, hace una semana la Conselleria de Educación presentó unos datos. Uno decía que el 8% de los escolares de 9 años tenía dependencia a móviles. Me preguntaron qué me parecía el dato, pero yo lo que me planteo es qué hace un niño de 9 años con un móvil. ¿Cuál es el papel del padre o madre ahí? ¿El riesgo es la sociedad, es el móvil o es el padre o madre?
La oficina además tiene como objetivo luchar contra las drogas y las adicciones.
Con el porcentaje que hay de consumidores de cannabis, con el incremento evidente que hay de episodios psicóticos relacionados con el consumo de cannabis, de anfetamina, de cocaína, este país no ha reaccionado. ¿Tenemos un problema de alcohol? Sí, brutal. ¿De marihuana? Sí, brutal.
¿Se ha normalizado el consumo de estas sustancias?
Se ha tapado descaradamente por los poderes de una forma absolutamente escandalosa. ¿Cuál ha sido la idea de la ministra nada más entrar? No ven ningún desarrollo de nada.
El hecho de que estemos en el ranking, los tres primeros en cada uno de estos problemas, no quiere decir que haya que tirar la toalla. Miedo me da que algún día entren de verdad fuerte el fentanilo y similares.
¿Qué valoración hace de las nuevas adicciones a internet o redes sociales?
El problema no es el aparato, es la impulsividad que hay detrás. Yo vivo envuelto en pantallas y si nos ponemos con el criterio de tres o cuatro horas al día, no soy adicto, soy súper adicto, pero no. El instrumento es el instrumento. Otra cosa son los contenidos y el uso que se le dé.
Por ejemplo, con los videojuegos, cada vez van a ser más adictivos y hay que marcar unos límites. O las redes sociales, en X (antes Twitter) que cada uno ponga su opinión, ahora bien, si se van a usar para insultar hay que decirles a nuestros hijos que tengan cuidado.
El problema no es TikTok, donde hay cosas impresionantes e interesantísimas. El problema es que detrás de todas esas fotos, esos filtros que distorsionan la realidad, está la necesidad de se me valore y eso se llama falta de autoestima y hay que trabajarlo desde los 6 años.