El expresidente de la Generalitat Valenciana y exministro con el PP Eduardo Zaplana aprovechó la última palabra en el juicio del caso Erial que se ha celebrado en Valencia para defender lo que ha mantenido desde que fue detenido.

"No he cometido ninguna ilegalidad ni he tenido dinero en el exterior". Así mismo, aseguró que fue un "honor" para él dedicarse a la vida política "aunque su ejercicio me haya traído aquí", apostilló

Zaplana se enfrenta a una pena de 17 años de prisión, tal y como le reclama el ministerio fiscal, por los delitos de organización criminal, blanqueo de capitales, cohecho, falsedad en documento mercantil y prevaricación administrativa.

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Junto a la pena de prisión le solicita una multa de 40 millones de euros y otras dos más que suman 72.000 y 36.000 euros.

"A lo largo del procedimiento, que ha durado más de ocho años, se ha querido trasladar sobre mí una imagen, una idea de un grupo criminal que usa y abusa de sus relaciones personales", lamentó.

Zaplana y otras 11 personas más han sido juzgadas por el caso Erial, procedimiento en el que se ha investigado el supuesto cobro de más de 10 millones de euros en comisiones derivadas de concesiones de ITV y parques eólicos de la Comunitat Valenciana.

Esta semana fue el fiscal el que abrió los informes y rebajó en dos años la pena solicitada para Zaplana, que pasó de 19 a 17 años al eliminar el delito de falsedad en documento oficial, y retiró la acusación contra tres personas.

Estas tres personas son la exdiputada Elvira Suances, el peluquero P. R. y el empresario Ángel Salas.

También dejó la pena para el expresidente de la Generalitat y de Bancaja, José Luis Olivas, en dos años, similar a la de cuatro conformados que reconocieron los hechos.

En su última palabra, Zaplana, con papeles en la mano, se defendió como "buen amigo" de sus amigos y agregó: "Cuando les he podido hacer un favor lo he hecho sin ningún tipo de contraprestación".

El político lamentó que durante estos días ha sobrevolado en la sala la imagen de que es una persona que se dedica a esconder su actividad o incluso parte de su vida "de una forma casi paranoica ante no sé qué miedo o amenazas que podía tener en el pasado que jamás me preocuparon pero que, visto lo visto, probablemente me tuvieron que preocupar".

"Todos los bienes son los que se analizan en la pericial que aportó mi abogado mientras estaba en prisión y cuando estaba el sumario bajo secreto. No hay más".

Zaplana apuntó que "tras los registros en su domicilio, en sus despachos, tras intervenciones telefónicos, grabaciones en lugares públicos y nueve meses en prisión, digo lo mismo que dije en marzo de 2019 cuando abandoné el centro penitenciario: no he cometido nunca ninguna ilegalidad en mi responsabilidad al frente de la Generalitat Valenciana y no he tenido nunca dinero en el exterior. Lo afirmé entonces y lo reitero".

"Estos días escuchando las pruebas practicadas y los relatos ha sido imposible no recordar los tiempos dedicados a la vida pública y política que casi coinciden en el tiempo con el periodo que he sido investigado en la causa con todo tipo de material, incluso el más privado como mis agendas".

Y agregó en esta línea. "De toda esta larga etapa, los recuerdos gratos superan a los ingratos. Siempre decidí afrontarlos con responsabilidad y la mayor dignidad posible".

"Hoy, en esta etapa tan difícil para mí, sigo manifestando mi gran satisfacción y orgullo por los años de dedicación a la vida pública y a la Presidencia de la Generalitat. Ha sido un honor dedicarme a la vida política, actividad digna donde las haya, aunque su ejercicio me haya traído aquí. De que yo esté aquí no tiene culpa la política", dijo.

"Absolutamente verdad"

Por su parte, García también usó la última palabra para contestar al abogado de Zaplana cuando "desvirtuó" los pactos con la Fiscalía.

"Todo lo que declaré en las dos sesiones es absolutamente verdad. No son interpretaciones ni aseveraciones sobre aspectos que no haya conocido o participado directamente".

"Desgraciadamente participé en una serie de hechos que he reconocido. Quiero estar tranquilo con mi conciencia y que nadie pueda decir que he mentido o que he sido inmoral", subrayó.

Y destacó que la última vez que habló con Zaplana, en su domicilio en presencia de otro acusado, le explicó que había iniciado un proceso de acuerdo de conformidad con la Fiscalía y que como amigo suyo le sugería hacer lo mismo, pero no quiso.

"Le añadí que debía pensar en él, en su familia y en otras personas como Mitsouko o Saturnino, pero nada".

El caso ha quedado visto para sentencia tras siete años de instrucción y casi dos meses de juicio -con un total de 20 sesiones-, puesto que arrancó el pasado 21 de marzo después de dos suspensiones.