Valencia

El Instituto Técnico de Materiales y Construcciones (Intemac), el prestigioso organismo encargado del peritaje del edificio arrasado por las llamas en el terrible incendio en el que murieron diez personas el pasado mes de febrero en Valencia, ha concluido que el inmueble tiene su estructura a salvo y podrá ser rehabilitado. Ya lo apuntaba así la primera inspección ocular del organismo, tal y como reveló EL ESPAÑOL.

Así se desprende del comunicado emitido este viernes a los vecinos por parte de la comunidad de propietarios de la calle Rafael Alberti 2 del barrio de Campanar, en el que informan del resultado de los trabajos de peritaje de esta firma, contratada por Mapfre como aseguradora de los residentes.

Intemac realiza seis conclusiones. La primera, la más obvia y conocida: "El fuego ha afectado de forma general a todas las plantas de viviendas del edificio, por encima de la planta segunda". Sin embargo, prosigue en el segundo punto, tal afectación ha sido "muy limitada desde un punto de vista estructural".

"Esta reducida afectación en relación con la magnitud del incendio se debe a que este debió desarrollarse con una ventilación muy significativa, haciendo que, aunque se alcanzaran temperaturas muy elevadas rápidamente, la duración del fuego fuera relativamente reducida. Además, la existencia de falsos techos y aplacados de cartón-yeso en torno a los soportes, ha retrasado la exposición al fuego de muchos elementos", expone el texto.

En el tercer apartado, Intemac subraya que "la estructura vertical (pilares) no presenta daños estructurales debidos al fuego, más allá de algunos pilares, de forma muy superficial".

"Ni siquiera en estos pilares la mínima merma de capacidad que eventualmente pudiera haberse producido tendría trascendencia desde un punto de vista de estructural, por lo que únicamente será necesario llevar a cabo una limpieza superficial de los mismos por motivos cosméticos, si así se considerara necesario", manifiesta.

Saneado de zonas dañadas

En cuarto lugar, los peritos revelan que "en los forjados tampoco existen daños de forma generalizada". "No obstante, existen diferentes zonas, fundamentalmente correspondientes a los ábacos (son las zonas de hormigón armado alrededor de los pilares), en las que se han producido desprendimientos del hormigón, con distintos niveles de afectación, exigiendo el saneado de las zonas dañadas y su reparación", agregan.

"En cuanto a los nervios y vigas -prosigue el quinto punto- los daños son puntuales y generalmente superficiales, no exigiendo reparaciones generalizadas". "Únicamente en algunas vigas (fundamentalmente de las plantas superiores), sería recomendable una reparación superficial, al tiempo que, en ciertos nervios (elementos de hormigón del forjado reticular), será necesaria su reconstrucción", añade.

Y agrega en la misma línea que "hay que aclarar que las reparaciones tanto en ábacos como en nervios serán en zonas muy puntuales, y no implican demoliciones de forjados ni otras actuaciones más relevantes".

Por último, Intemac destaca que "las reparaciones en los distintos elementos que conforman la estructura podrán realizarse sin necesidad de adoptar medidas cautelares, más allá de tener en consideración ciertas precauciones en cuanto a las cargas de la maquinaria a utilizar". "Estas actuaciones deberán ser desarrolladas en todo caso en el correspondiente Proyecto de Ejecución", concluye.