Apenas una hora. Es el tiempo transcurrido entre el anuncio de Santiago Abascal de la ruptura de los Gobiernos autonómicos y el cese de los consellers de Vox publicado vía decreto por el presidente Carlos Mazón en el Diari Oficial de la Generalitat Valenciana (DOGV).
Se trata de un breve y conciso decreto que establece "el cese de José Vicente Barrera Simó, como vicepresidente primero y conseller de Cultura y Deporte; de Elisa María Núñez Sánchez, como consellera de Justicia e Interior, y de José Luis Aguirre Larrauri, como conseller de Agricultura, Ganadería y Pesca".
Lo hace, eso sí, "agradeciéndoles los servicios prestados". El triple cese se fundamenta "de conformidad con lo establecido en el artículo 29.2 del Estatuto de Autonomía de la Comunitat Valenciana y en los artículos 12.1, letra c, 29.1 y 34.2 de la Ley 5/1983, de 30 de diciembre, del Consell", según el escueto escrito.
La marcha fulminante de los tres dirigentes se produce a pesar de que Mazón contempla, en el Gobierno en solitario que anunciará este viernes, que continúen en sus puestos cargos del segundo escalón -directores generales o secretarios autonómicos-.
Con los consellers, en cambio, no ha tenido miramientos. Barrera fue contundente al anunciar que acataría las órdenes de Abascal, pero ni Núñez ni Aguirre se habían pronunciado al respecto.
Este mismo jueves Mazón había reivindicado en el parlamento valenciano la gestión de los tres consellers que, apenas unas horas después, ha procedido a cesar.
Otros 20 altos cargos pueden correr la misma suerte. 23 junto a los consellers. Son las personas empujadas a abandonar el Gobierno Valenciano por la decisión de Abascal de romper la coalición en la autonomía.
Se da la peculiar circunstancia de que la cifra coincide con el número de menores inmigrantes no acompañados -los llamados menas- a los que se ha comprometido a acoger la Comunitat Valenciana, fruto del acuerdo del PP con el Gobierno de Pedro Sánchez.