El Ayuntamiento de Valencia estudia, junto con la Conselleria de Medio Ambiente y la propiedad del hotel Sidi Saler, la posibilidad de reabrir este establecimiento turístico abandonado, ubicado en la Devesa del Saler y cerrado en 2011, en el marco de un proyecto "sostenible tanto económica como ambientalmente".
Según ha señalado el concejal de Urbanismo, Juan Giner, el consistorio ha mantenido reuniones con el Área de Medio Ambiente para analizar qué tipo de proyecto se podría poner en marcha y qué licencia podría tener "con la legislación vigente".
"Está hablado con la propiedad, que está de acuerdo en recuperar la actividad hotelera de una forma sostenible. Actualmente se está estudiando el impacto ambiental que podría suponer esta actividad", ha señalado el edil.
"De todas formas, el estado actual de degradación no es bueno ni para el medioambiente ni para los vecinos del Saler ni la Devesa, y conviene actuar con rapidez", ha agregado el concejal.
Giner ha señalado, como publicó recientemente el diario Levante-EMV, que los vecinos han alertado al Consistorio sobre la presencia de una posible okupación ilegal en las instalaciones del hotel.
En este sentido, el Ayuntamiento se ha puesto en contacto con la propiedad para trasladarles la inquietud de los vecinos y que refuerce la seguridad privada que les consta que la hay.
Sidi Saler
El Hotel Sidi Saler se publicitaba como "uno de los complejos de cinco estrellas más antiguos de España". El edificio contaba con 276 habitaciones repartidas en un total de seis plantas y su ubicación era privilegiada: a escasos diez metros de la playa de El Saler y en pleno Parque Natual de La Albufera.
Las estancias contaban con un baño privado completamente equipado, una gran terraza con vistas al mar Mediterráneo y aparatos de calefacción y aire acondicionado para mantenerla a una temperatura óptima.
Además, el hotel gozaba de unas amplias instalaciones deportivas para que sus clientes pudieran realizar ejercicio, así como un circuito de spa, un gimnasio y un servicio de masajes.
Pero todo quedó abandonado hace ya 13 años y actualmente incumple la ley de Costas, que expone: "A esta situación se ha llegado sin la necesaria coordinación entre la legislación del dominio público marítimo y la del suelo, sin tener en cuenta la interacción tierra-mar, ni la necesidad de establecer medidas que garanticen la conservación de estos espacios singularmente sensibles al deterioro, ni los costes externos a la propia acción ni la rentabilidad o valor social del medio".