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Dani Cuesta, el valenciano retenido junto a su pareja en Singapur, donde habían viajado de luna de miel, por protestar contra el dueño del Valencia Club de Fútbol, Peter Lim, ha roto su silencio.

Ya desde Valencia, ha querido agradecer el apoyo recibido en "estos días tan difíciles", después de que su viaje de recién casados se convirtiera en una pesadilla.

"Gracias gracias y gracias a todos y a cada uno de vosotros por el apoyo mostrado estos días tan difíciles", afirma en sus redes sociales Cuesta. En este sentido, añade: "Necesito tiempo para recuperarme por el daño que he podido hacer a personas muy importantes en mi vida, espero que lo entendáis".

"Primero debo centrarme en lo más importante, por último, si alguien pensaba que este club estaba muerto, solo tienen que ver como ha reaccionado la gente ante este abuso de poder y esta injusticia tan grande que hemos pasado, a pesar de siempre reconocer que el que me equivoque fui solamente YO", señala.

Los hechos sucedieron el pasado 4 de octubre. Dos hombres detuvieron a la pareja, natural de Bétera, en el aeropuerto del país asiático cuando se disponían a coger un avión rumbo a Bali. Les retiraron el pasaporte y les obligaron a permanecer en el hotel durante varios días, sin saber de qué se les acusaba.

Dani Cuesta, valencianista y muy activo en redes sociales en contra del empresario de Singapur, ya avisó de su intención de exhibir en el país asiático la bandera amarilla con el lema "Lim Go Home". 

Cuesta además colocó una pegatina en la puerta de un edificio propiedad del magnate en la que podía leerse 'Lim out'. Fue él mismo quién publicó esas imágenes en sus redes sociales, aunque posteriormente las eliminó.

Amonestación

Tras estos hechos, dos hombres los detuvieron, les retiraron la documentación y les obligaron a regresar al hotel. Fue entonces cuando la embajada española intervino y finalmente todo quedó en una amonestación por participar en una reunión pública sin autorización previa.

Este delito consiste en celebrar una reunión o manifestación sin aviso previo ni permiso para demostrar apoyo u oposición a opiniones o acciones de un tercero o dar publicidad a una campaña.

Cabe recordar que la legislación de Singapur es muy estricta. De hecho, su código penal incluye hasta el castigo físico. 

Hay numerosas normas de conducta y de convivencia y penas para quienes las incumplen. Por ejemplo, está prohibido el consumo de chicles cuando no sea por motivos médicos y es recomendable evitar las muestras públicas de cariño.

Arrojar papeles o colillas al suelo es objeto de fuertes multas y cruzar la calle por un lugar no habilitado para ello puede acarrear una pena de hasta 400 euros.

Vuelta a casa

El pasado jueves, 10 de octubre, la pareja recuperó su documentación y cogió el primer vuelo de regreso a casa.

La familia, en un comunicado, agradeció "a todas aquellas personas e instituciones que se han preocupado" y lamentaron "el ruido generado por otras que ha retrasado, por intereses personales, la resolución de esta pesadilla".

También pidieron que se respetara la intimidad de la familia para "poder volver a la tranquilidad y recuperar la normalidad del día a día".