Un total de 172 municipios en la Comunitat Valenciana están en riesgo de despoblación. O lo que es lo mismo, el 31% del total de los pueblos del territorio valenciano, según los datos facilitados por la Agenda Valenciana Antidespoblamiento.

Las consecuencias de la pérdida de habitantes para ellos son dramáticas. La población se envejece, cierran muchos negocios, se abandonan tierras agrícolas y se pierden muchos servicios básicos de forma progresiva.

Las estrategias para no dejarlos morir estos pueblos situados en el interior son múltiples. Desde ofrecer vivienda a un precio mucho más asequible que en las ciudades a garantizar las escuelas rurales, sin olvidarse de publicitar las oportunidades laborales.

Este es el caso de Forcall, un pequeño pueblo del interior de la provincia de Castellón que se ha unido al proyecto Holapueblo. Su objetivo es poner en contacto a personas emprendedoras que desean dar un giro de 180 grados a sus vidas con municipios que quieran y estén en condiciones de acoger nuevos pobladores.

Así lo explica a EL ESPAÑOL el responsable de innovación social de Redeia, Juan Ávila, quien subraya que han ayudado a 160 personas a montar un negocio en un pueblo del interior del país.

"Hacemos un trabajo de orfebrería, cuidando mucho los detalles y atendiendo de forma personalizada cada caso, con un módulo de mentorización para que la idea de negocio madure y sea viable", afirma. 

Holapueblo es un proyecto ideado en 2019 por AlmaNatura e impulsado por Redeia e Ikea con la finalidad de impulsar la repoblación en las áreas rurales de la España vaciada. 

El programa se encarga de unir a los ayuntamientos con necesidades poblacionales con personas que desean poner en marcha un negocio en el medio rural.

"Es fundamental que por parte del Ayuntamiento haya un compromiso de atender a estas personas que toman la decisión de dejar la ciudad para mudarse a un pueblo, donde la mayoría de las veces no tienen raíces", añade el portavoz de Redeia. 

Para la quinta edición, que ya está en marcha, se han seleccionado 35 emprendendedores y 100 municipios, entre los que está Forcall.

Forcall

Es un municipio de 465 habitantes situado en el interior norte de Castellón que pertenece a la comarca del Maestrazgo y limita con la provincia de Teruel. Rodeado de naturaleza, este rincón ha sabido conservar su historia y su patrimonio. De hecho, cuentan con el horno en funcionamiento más antiguo de Europa.

En el pasado, el pueblo vivía principalmente de la ganadería y de la confección de alpargatas de cáñamo.

Con el tiempo, la economía local ha experimentado un cambio importante y la comunidad se ha orientado hacia el comercio, los servicios y la construcción, sectores donde hay oportunidad de encontrar un empleo.

El carnicero del pueblo está próximo a la jubilación y busca a alguien que se encargue de un negocio que es rentable. Además, próximamente el Ayuntamiento sacará cinco puestos de trabajo en la residencia, donde han invertido en los últimos seis años un millón de euros. 

En el ámbito de la construcción y fontanería también hay futuro. Tienen cabida negocios como una carpintería metálica o trabajos relacionados con el hierro, rejas, barandillas, puertas, balcones, cerrajería o instalación de ventanas.

Respecto al turismo local, un negocio que encajaría a la perfección, según la ficha del municipio elaborada por Holapueblo, sería una empresa que ofrezca actividades complementarias a los turistas (como actividades deportivas o de aventura).

Cambiar de vida

El alcalde de la localidad, Santiago Pérez, explica a EL ESPAÑOL que el proyecto Holapueblo encaja perfectamente con los objetivos del Ayuntamiento.

"Se trata de intentar que nuestro pueblo se conozca y que la gente sepa que hay un pueblo en el interior de Castellón que puede ser bueno para un cambio de vida", añade.

Pérez, que es alcalde desde hace 21 años y compagina su labor pública con ser profesor de instituto, tiene claras las virtudes de vivir en el entorno rural. "Ofrecemos sobre todo calidad humana", defiende.

En este sentido, subraya que todos los vecinos se conocen y se ayudan. De hecho, confiesa que cuando hay algún problema en el pueblo por pequeño que sea, su teléfono no para de sonar.

El caso de Forcall, además, es especial, porque tienen todos los servicios públicos básicos cubiertos. Cuentan con una escuela infantil de cero a dos años gratuita, un colegio rural con comedor y un centro de salud abierto 24 horas al día, con un médico de referencia que conoce a todos los vecinos. 

También tienen conexión a internet fibra óptica, una línea de autobús que ofrece un servicio diario, campo de fútbol, polideportivo y una oficina bancaria con cajero automático, entre otros servicios. 

Otro de sus grandes atractivos, tal y como afirma el alcalde, es el precio de la vivienda. En un momento como el actual en el que los alquileres no paran de subir, en esta pequeña localidad es posible encontrar un piso por menos de 500 euros al mes.

Los precios oscilan entre los 250 euros para las viviendas más antiguas y los 450 euros para los inmuebles más nuevos. Además, el Ayuntamiento ha apostado por la vivienda pública para garantizar que haya disponibilidad.

Actualmente, tienen 3 alquileres sociales adjudicados y están ultimando otra vivienda. El precio es de 350 euros al mes por un piso nuevo con cuatro habitaciones. La previsión es construir otras tres más. 

Llama la atención que en los últimos años, la población de Forcall no haya disminuido. La razón, argumenta Pérez, es el cambio de vida que muchos pusieron en práctica después de la pandemia. 

"Se ha podido frenar el éxodo, pero tenemos que seguir creando oportunidades", argumenta. Por ello, continúa dándole vueltas a multitud de proyectos para dinamizar la economía, pero también para que haya ocio y actividades culturales. 

Entre ellos destaca la comunidad energética local y la instalación de placas solares para ahorrar en la factura de la luz o la segunda vida que se le ha dado al horno del pueblo, que ahora imparte talleres y recibe a muchos visitantes.

Holapueblo

En la pasada edición, entre junio de 2023 y mayo de 2024, se mudaron 167 personas y se crearon 42 negocios. Es decir, 68 familias decidieron cambiar de vida y se instalaron en la España despoblada.

Estos nuevos pobladores son sobre todo (en un 71%) parejas españolas de unos 40 años con hijos.

De entre los proyectos puestos en marcha, la mayoría están liderados por mujeres y forman parte del sector servicio. Los bares, alojamientos turísticos, catering para eventos o la confección textil son algunos de los ejemplos.

"El balance es muy positivo", afirma Ávila, quien resalta el proceso que se lleva a cabo con cada uno de los emprendedores. Una vez que se apuntan en su página web, se llevan a cabo entrevistas personales y se seleccionan 35 proyectos todos los años. 

Se pone en marcha un proceso de acompañamiento para estudiar la viabilidad del proyecto.

Al tiempo, también se analizan los pueblos candidatos, para garantizar que cuenten con los servicios necesarios. Se elabora una ficha de cada uno de ellos y empieza el trabajo de intentar unir a estas personas con su destino ideal.

"Es un proceso que requiere tiempo, por eso Holapueblo es un proyecto vivo", señala. ¿Qué lleva a estas personas a querer dar este cambio radical a sus vidas? Según Ávila, quieren tener una vida más tranquila y poder disfrutar de las pequeñas cosas, del tiempo libre o la naturaleza.

"Son conscientes de que para ganar todas estas cosas, tienen que renunciar a otras, pero lo tienen muy claro", añade. En este sentido, afirma que cuando dan el paso, no dan vuelta atrás.