El presidente Carlos Mazón ha concluido la reestructuración de su gobierno con la destitución de la consellera de Justicia e Interior, Salomé Pradas, señalada por su gestión de una catástrofe que se ha cobrado la vida de más de 200 personas.
Con este cese, que se suma al de Nuria Montes, Mazón concluye la asunción de responsabilidades políticas por la gestión de la DANA por parte de la Generalitat Valenciana. El dirigente admitió en Les Corts Valencianes "errores" por parte de su Gobierno, de los que responsabiliza directamente a la dirigente con su esperado cese.
El Gobierno de España, en cambio, no ha reconocido hasta la fecha error alguno ni ha asumido responsabilidades políticas. Todo a pesar de la cuestionable actuación de la Confederación Hidrográfica del Júcar.
Como reveló EL ESPAÑOL, la CHJ omitió 15 veces la alerta por escrito que exige su protocolo durante la hora y media clave de la crecida del barranco del Poyo, que fue la que provocó el grueso de las muertes.
Salomé Pradas, que había aterrizado en este departamento hace apenas cuatro meses tras la salida de Vox, ha sido duramente criticada por la falta de toma de decisiones durante las primeras horas de la tarde del 29 de octubre.
Como titular de la competencia, Pradas era la responsable de gestionar la emergencia y fue la persona que representó al Gobierno valenciano durante las primeras horas de la reunión del Centro de Coordinación Operativa Integrado (CECOPI), cuando el presidente mantenía una comida con la periodista Maribel Vilaplana para ofrecerle la dirección de À Punt.
Se le ha cuestionado que convocara el CECOPI a las cinco de la tarde, horas después de que municipios como Utiel ya estuvieran anegados por el agua y que se enviara la alerta masiva a la población pasadas las ocho de la tarde, cuando el barranco del Poyo ya se había desbordado y había inundado las poblaciones de L'Horta Sud.
El Gobierno valenciano justifica esta decisión en que el aviso no se envió por este barranco, del que no tuvieron conocimiento, según su versión, debido al mencionado "silencio" de la Confederación Hidrográfica del Júcar, admitido este martes por la ministra Teresa Ribera.
En efecto, el organismo estatal no informó del desbordamiento como exige su protocolo -vía correo electrónico- hasta las 18.43, cuando la tragedia ya estaba servida. Esta información no llegó a la Generalitat por el canal oficial, pero la tragedia estaba siendo advertida por múltiples vías, como la propia retransmisión de la radiotelevisión valenciana À Punt. Pradas tardó en reaccionar.
Además, la propia consellera declaró que no fue hasta las ocho de la tarde cuando tuvo conocimiento de que existía el sistema ES-Alert para alertar vía radio a todos los teléfonos móviles de la gran emergencia, algo de lo que después se desdijo. Desde esas declaraciones, Pradas apenas tuvo protagonismo mediático en la crisis. Su destino político estaba ya escrito.
Sin experiencia
Tanto ella como el secretario autonómico de Emergencias, Emilio Argüeso, apenas tenían experiencia en la gestión de las emergencias, protección civil y extinción de incendios, ya que asumieron el cargo en julio de este año, después de la salida de Vox del Gobierno valenciano.
En julio, Mazón cesó a la entonces consellera, Elisa Núñez, de Vox y a todo su equipo, que llevaba al frente del departamento un año.
Para dirigir la Conselleria eligió a Salomé Pradas, hasta la fecha consellera de Medio Ambiente, Infraestructuras y Territorio.
Pradas es licenciada en Derecho por la Universidad Jaume I de Castellón y abogada. Fue directora general de Medio natural del Gobierno Valenciano hasta 2015, concejala del Ayuntamiento de Castellón y senadora.
En su etapa en el grupo municipal del PP en el Consistorio de Castellón realizó labores relacionadas con servicios sociales y vivienda. En el Senado, ha formado parte de las comisiones de Justicia, de Medioambiente y Cambio Climático y de Empleo y Seguridad Social.
Para el cargo clave en la gestión de las Emergencias, la Secretaría autonómica, Carlos Mazón optó por Emilio Argüeso, guardia civil y policía local de profesión.
Fue uno de los máximos dirigentes de Ciudadanos en la Comunitat Valenciana y tras ser expulsado por colaborar con el PP en el hundimiento del partido, Carlos Mazón lo fichó para su Ejecutivo. Primero como secretario autonómico del Sistema Sociosanitario de la Vicepresidencia segunda y Conselleria de Servicios Sociales, Igualdad y Vivienda y después como jefe de Emergencias.
Nueva Conselleria
Las competencias de Pradas se distribuirán en dos consellerias: una de Emergencias e Interior y otra de Justicia. Para la primera responsabilidad, el jefe del Consell ha escogido al médico Juan Carlos Valderrama Zurián y para la segunda, a la abogada Nuria Martínez Sanchis.
Juan Carlos Valderrama Zurián es doctor en Medicina y Cirugía y actualmente catedrático de la Universitat de Valencia en el departamento de Historia de la Ciencia y Documentación y director del grupo de Información e Investigación Social y Sanitaria (Grupo UISY).
Entre 2014 y 2017 fue subdelegado del Gobierno en la provincia Valencia y con anterioridad había ocupado la subdirección general y jefatura de área de seguridad y formación en la Conselleria de Gobernación y Justicia (2009-2014).
Este departamento, que será clave en el nuevo organigrama, tendrá que revisar y actualizar los protocolos, que según afirmó la propia vicepresidenta y portavoz del Consell, Susana Camarero, en una entrevista en EL ESPAÑOL, fallaron.
Al respecto, tendrá que adecuar el sistema actual de respuesta ante las emergencias al nuevo escenario de catástrofes mucho más virulentas derivado del cambio climático.
El otro cambio en la estructura gubernamental es la creación de una nueva vicepresidencia, de carácter técnico, dedicada exclusivamente a las labores de reconstrucción. Al frente estará el teniente general del Ejército de Tierra Francisco José Gan Pampols.
Gan Pampols, hasta ahora en situación de retiro, lideró parte de la reconstrucción de Afganistán y ha sido director del Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas (CIFAS) y de varias misiones de Naciones Unidas y la OTAN.
Crisis de Gobierno
El presidente ha zanjado, tres semanas después de la DANA, la crisis de gobierno cesando solo a las dos conselleras más cuestionadas. Además de Pradas, anunció el cese de la consellera de Innovación, Industria, Comercio y Turismo, Nuria Montes, a la que sustituirá Marián Cano, presidenta de la patronal del calzado AVECAL.
Montes protagonizó un amargo episodio al dirigirse con vehemencia hacia los familiares de las víctimas que acudían a preguntar por ellos a Feria Valencia, convertida en morgue para recibir los cuerpos de los fallecidos.
Afirmó que no se iba a consentir que los familiares accedieran al recinto y consideró que "donde mejor estaban era esperando en sus casas", unas declaraciones por las que tuvo que pedir disculpas.
A esta polémica se sumó el testimonio de una de sus funcionarias que había perdido a su mujer y a su hija por la riada en el programa de Ana Rosa. Según la mujer, vecina de Benetússer, Montes le había ofrecido un coche oficial para asistir al tanatorio.
Además, como nueva portavoz ha optado por la vicepresidenta y consellera de Servicios Sociales, Igualdad y Vivienda, Susana Camarero, en detrimento de Ruth Merino, titular de Hacienda, Economía y Administración Pública.
Mazón opta así por un perfil más político en un escenario de crisis, en el que será fundamental explicar las decisiones adoptadas por el Ejecutivo valenciano en un momento de discrepancia con el Gobierno de Pedro Sánchez.