Valencia
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Emergencias de la Generalitat Valenciana informó mediante email y fax a 52 ayuntamientos desde mediodía de la "alerta hidrológica" del 29 de octubre, que culminó con una brutal riada que se cobró más de 200 víctimas mortales en Valencia. Lo hizo para trasladar a los municipios la información que le proporcionaba la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ).

Así consta en los registros de envío de Emergencias a los que ha tenido acceso EL ESPAÑOL. El primer aviso especial se envió a las 12.15 horas a los municipios del río Magro. El mismo recomendó "no acercarse a las riberas de los ríos y barrancos que puedan estar activos" tras la información recibida por la Confederación Hidrográfica del Júcar del incremento del caudal en el río.

Los municipios receptores fueron Albalat de la Ribera, Alborache, L'Alcúdia, Alfarp, Algemesí, Buñol, Camporrobles, Carlet, Catadau, Caudete de las Fuentes, Corbera, Cullera, Favara, Fortaleny, Fuenterrobles, Guadassuar, Llaurí, Llombai, Macastre, Montserrat, Montroy, Polinyà del Xúquer, Real, Requena, Riola, Siete Aguas, Sinarcas, Sueca, Tavernes de la Valldigna, Turís, Utiel, Yátova y Benicull del Xúquer.

Justo a continuación, a las 12.25, se realizó otro envío masivo. En este caso con la alerta hidrológica en los municipios del barranco del Poyo. Esta rambla, habitualmente seca, fue la que sufrió el gran desbordamiento y causó el grueso de las muertes de la terrible DANA que sufrió la provincia de Valencia.

En aquel momento, el caudal del barranco era absorbido por el mismo. Era de 264 metros cúbicos por segundo, según había constatado la CHJ. El aviso, de nuevo, incitaba a los municipios a "no acercarse a las riberas de los ríos y barrancos que puedan estar activos".

Emergencias, en esta ocasión, lo envió a Alaquàs, Albal, Aldaia, Alfafar, Benetússer, Catarroja, Quart de Poblet, Cheste, Xirivella, Chiva, Godelleta, Loriguilla, Llocnou de la Corona, Massanassa, Paiporta, Picanya, Riba-roja, Sedaví y Torrent. La gran mayoría de estos municipios fueron arrollados por el agua esa misma tarde.

Por la tarde, antes de que se produjera el grave desbordamiento, la Generalitat continuó informando a ayuntamientos. Pero en este caso solo a los municipios bañados por los ríos Magro y Júcar.

Según la documentación consultada, arriba adjunta, les trasladó repetidos envíos a las 17.27, 18.02 y 18.13, con el mismo mensaje. El gran temor era la ruptura de la presa de Forata, que jamás se produjo. El envío, sin embargo, advertía de posibles "desbordamientos generalizados en las áreas próximas al río" y recomendaba "no acercarse a las riberas".

¿Por qué no hubo esa misma tarde envíos masivos del mismo a los municipios del barranco del Poyo? La Generalitat Valenciana se excusa en que la CHJ dejó de informar sobre el galopante crecimiento del caudal del barranco.

15 omisiones

En efecto, como reveló EL ESPAÑOL, la CHJ omitió 15 veces la alerta por escrito a Emergencias que exige su protocolo durante la hora y media clave de la crecida del barranco del Poyo.

La propia CHJ, en el desglose de correos electrónicos de su comunicado del 5 de noviembre, reconoció que no informó por correo electrónico de lo que ocurría en el fatídico barranco del Poyo desde las 15.50 horas, cuando indicó que el caudal había bajado a 28,7 metros cúbicos por segundo.

Solo retomó la comunicación por esta vía a las 18.43 horas, cuando ya era de 1.686. Llegado ese último aviso, la fuerza del agua ya era tal que, solo doce minutos después, destruyó los sistemas de medición.

Los correos masivos enviados desde la mañana del 29 de octubre prueban el contacto de la Generalitat con los municipios, más allá de las llamadas telefónicas que el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, afirmó haber realizado para contactar directamente con alcaldes. Estas llamadas han sido puestas en duda por parte de la oposición.