La Generalitat Valenciana solicitó a los ayuntamientos afectados por los ríos Magro y Júcar "evacuaciones preventivas de la población".
Esta orden se correspondió con las severas advertencias previas que recibió de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) por el riesgo de ruptura de la presa de Forata.
Así lo acredita la relación de correos electrónicos enviados la tarde del 29 de octubre por parte de Emergencias de la Generalitat Valenciana, a la que ha tenido acceso EL ESPAÑOL.
Se trata de un contundente aviso que jamás llegó a los municipios del barranco del Poyo, donde sí se produjo el brutal desbordamiento que se cobró el grueso de las más de 200 muertes causadas por la DANA.
¿La razón? Según la Generalitat, que mientras la CHJ le daba cumplida cuenta por correo del riesgo de ruptura de la presa de Forata, incurrió, en cambio, en un "apagón informativo" en lo que refería al barranco del Poyo.
Fue un envío masivo por mail y fax a 19 ayuntamientos remitido a las 18.13 horas con el mensaje que acompaña a estas líneas.
El aviso masivo se corresponde con los constantes avisos que remitió aquella tarde la CHJ a la Generalitat Valenciana sobre la situación de la presa de Forata.
El gran embalse captaba toda la atención, y requirió comunicaciones por correo de la CHJ a Emergencias a las 17.26, las 17.52 y las 18.05 horas. Fueron siempre anticipatorias, sobre un riesgo futuro que nunca se materializó.
En cambio, en el barranco del Poyo, la terrible riada era ya una realidad sin que la CHJ notificara a Emergencias.
Como se aprecia en la relación de correos compartida por la propia confederación expuso el 5 de noviembre, sobre el Poyo no informó nada entre las 15.50 horas, cuando el caudal había bajado a 28,7 metros cúbicos por segundo, y las 18.43 horas, cuando ya era un tsunami de 1.686 metros cúbicos por segundo. Poco después el agua destruyó los sistemas de medición.
Con esta práctica, tal y como reveló EL ESPAÑOL, la CHJ omitió 15 veces la alerta por escrito a Emergencias que exige su protocolo. El mismo determina que la CHJ ha de avisar a emergencias siempre que detecte un caudal superior a 150 metros cúbicos por segundo. Esto ocurrió durante la hora y media clave de la crecida del barranco del Poyo.
Durante todo el día, Emergencias rebotó como un espejo los mensajes que recibía de la CHJ. A mediodía informó mediante email y fax a 52 ayuntamientos la "alerta hidrológica".
Así consta en los registros de envío de Emergencias por la mañana. El primer aviso especial se envió a las 12.15 horas a los municipios del río Magro. El mismo recomendó "no acercarse a las riberas de los ríos y barrancos que puedan estar activos" tras la información recibida por la Confederación Hidrográfica del Júcar del incremento del caudal en el río.
Los municipios receptores fueron Albalat de la Ribera, Alborache, L'Alcúdia, Alfarp, Algemesí, Buñol, Camporrobles, Carlet, Catadau, Caudete de las Fuentes, Corbera, Cullera, Favara, Fortaleny, Fuenterrobles, Guadassuar, Llaurí, Llombai, Macastre, Montserrat, Montroy, Polinyà del Xúquer, Real, Requena, Riola, Siete Aguas, Sinarcas, Sueca, Tavernes de la Valldigna, Turís, Utiel, Yátova y Benicull del Xúquer.
Justo a continuación, a las 12.25, se realizó otro envío masivo. En este caso con la alerta hidrológica en los municipios del barranco del Poyo. En aquel momento, el caudal del barranco era absorbido por el mismo. Era de 264 metros cúbicos por segundo, según había constatado la CHJ. El aviso, de nuevo, incitaba a los municipios a "no acercarse a las riberas de los ríos y barrancos que puedan estar activos".
Emergencias, en esta ocasión, lo envió a Alaquàs, Albal, Aldaia, Alfafar, Benetússer, Catarroja, Quart de Poblet, Cheste, Xirivella, Chiva, Godelleta, Loriguilla, Llocnou de la Corona, Massanassa, Paiporta, Picanya, Riba-roja, Sedaví y Torrent. La gran mayoría de estos municipios fueron arrollados por el agua esa misma tarde.
Por la tarde, antes de que se produjera el grave desbordamiento, la Generalitat continuó informando a ayuntamientos. Pero en este caso solo a los municipios bañados por los ríos Magro y Júcar.
Según la documentación consultada, arriba adjunta, les trasladó repetidos envíos a las 17.27, 18.02 y 18.13, con el mismo mensaje. El gran temor era la ruptura de la presa de Forata, que jamás se produjo. El envío, sin embargo, advertía de posibles "desbordamientos generalizados en las áreas próximas al río" y recomendaba "no acercarse a las riberas".