Los Reyes consuelan uno a uno a los familiares de la víctimas y la ausencia de Pedro Sánchez decepciona a los valencianos
- Carlos Mazón asumió con serenidad los reproches que le profirieron algunos de los damnificados por la DANA presentes en el funeral de la Catedral.
- Más información: El arzobispo de Valencia pide a los políticos en el funeral por la DANA que "sus diferencias no dañen a los más necesitados"
Fue una cita excepcional con un ausente de excepción. La presencia de los Reyes, tres ministros, decenas de alcaldes y hasta cinco presidentes autonómicos convirtió este lunes, de facto, en un funeral de Estado la misa por los 222 difuntos que provocó la DANA en Valencia el pasado 29 de octubre.
La Catedral de Valencia no recibía un abanico de autoridades similar desde la visita del Papa Benedicto XVI en 2006. Pero en esta ocasión faltó el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez.
Su ausencia fue el foco de la decepción entre los valencianos, del mismo modo que Felipe VI y Letizia fueron objeto de las alabanzas de los presentes, al consolar uno a uno a los familiares. En cambio, el presidente valenciano, Carlos Mazón, acaparó los reproches, si bien los asumió con serenidad.
Decenas de alcaldes de los más de 70 municipios arrollados por el agua acudieron a la misa funeral. Muchos de ellos son socialistas que, en privado, evitan criticar -pero también defender- la decisión de Pedro Sánchez de no acudir a Valencia.
El último acto del día que constaba en su agenda oficial era un encuentro en la Moncloa con el presidente del Comité Paralímpico Internacional, Andrew Parsons, a las 17.00 horas. La misa funeral era a las 19.00 de la tarde en la capital del Turia.
Envió en su representación a la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero; al ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres; y a la ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant. El Gobierno no confirmó hasta bien entrada la mañana que acudirían a la misa.
"Es peor que lo de Paiporta, porque esta vez ni ha venido", subrayaron a EL ESPAÑOL altos cargos del PP presentes en el funeral. Se referían así a la accidentada visita de las autoridades a la zona cero de la DANA a los cinco días de la catástrofe, cuando los presentes cargaron con palos y barro contra la comitiva y el presidente del Gobierno se retiró el primero.
Contacto planificado
Lejos de ausentarse, los Reyes de España planificaron de forma minuciosa su contacto directo con los familiares. Según ha podido contrastar EL ESPAÑOL, Zarzuela trasladó al Arzobispado de Valencia dos peticiones muy concretas: cercanía con las familias y distancia con los políticos.
El plan fue ejecutado a la perfección. Los monarcas no se sentaron en los bancos de la Catedral de Valencia. Contaron con dos sillas específicas para ellos, dispuestas de forma oblicua al altar. También entraron y salieron de forma diferenciada, y solo saludaron a dos autoridades: el presidente valenciano, Carlos Mazón, y la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero.
En cambio, se detuvieron durante 40 minutos al acabar la ceremonia para saludar, uno a uno, a todo aquel que buscó en los monarcas un gesto de afecto. Se separaron para atender a todos los presentes. La reina Letizia se rezagaba más y más en el lento avance de ambos al departir, largo y tendido, con todo aquel que la saludaba.
Fue un tiempo para el consuelo, unos minutos solemnes, solo rotos por pequeños aplausos cuando los Reyes cambiaban de grupo. En el transcurso de estos saludos se produjo un encuentro con el presidente de Mercadona, Juan Roig, y la vicepresidenta de la compañía, Hortensia Herrero, que han realizado aportaciones millonarias a particulares y empresas afectados por las inundaciones.
La serenidad de Mazón
Carlos Mazón, pese a que políticos y familiares estaban en zonas diferenciadas de la Catedral, recibió reproches por parte de algunos familiares al terminar el funeral. Cuando se vaciaba la SEO, se escuchó el alarido de una mujer que gritó "cobardes" a los políticos y preguntó al presidente valenciano si duerme tranquilo. Perdió a su suegra en la riada, según explicó.
Otra mujer le enseñó fríamente una fotografía desde el altar. Era la imagen de un familiar fallecido. A su vez, un hombre se dirigió velozmente al presidente de la Generalitat para entregarle una fotografía con un texto escrito en el dorso.
Fueron instantes de tensión para el mandatario, que los sobrellevó con serenidad. "Fue el único en dar la cara y, en consecuencia, el único en soportar las críticas", argumentó al respecto su entorno.
La ceremonia de homenaje y despedida fue oficiada por el arzobispo de Valencia, Enrique Benavent, que lanzó un claro mensaje contra el enfrentamiento político que se ha producido desde el 29 de octubre entre el Gobierno de España (PSOE) y el de la Generalitat Valenciana (PP).
"En esta Eucaristía le pedimos al Señor que las dificultades no nos lleven a caer en la insolidaridad, que las diferencias no lleguen a convertirse en divisiones, que las perspectivas distintas a la hora de afrontar los problemas no perjudiquen a los más necesitados, que los intereses propios no prevalezcan sobre el bien común", aseveró monseñor Benavent en su homilía.
Los tres mencionados ministros, en ausencia de Sánchez, acompañaron en la primera fila al presidente Mazón. La paz que se dieron este lunes, por invitación protocolaria del arzobispo, se contrapone con lo ocurrido durante las últimas semanas entre ambas instituciones.
Se han producido duros ataques del Gobierno contra la gestión autonómica de la emergencia y réplicas desde la Generalitat por fallos en organismos estatales como la Confederación Hidrográfica del Júcar.
También acudieron a la misa funeral la delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Pilar Bernabé, entre otras autoridades estatales, autonómicas y locales. Entre los alcaldes de las poblaciones inundadas se encontraba la alcaldesa de Valencia, María José Catalá.
Asimismo, asistieron al funeral el presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, que fue la última autoridad en entrar en la Catedral; la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso; el de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla; el de Aragón, Jorge Azcón; y el de Murcia, Fernando López Miras.
La presidenta madrileña fue la última en abandonar la Catedral de Valencia. Cuando los Reyes y todos los demás ya habían marchado, incluido Núñez Feijóo y el resto de presidentes del PP, Ayuso seguía allí departiendo con familiares de los fallecidos.