Javier Machi, en su despacho del Colegio de Caminos, Canales y Puertos de la Comunidad Valenciana.

Javier Machi, en su despacho del Colegio de Caminos, Canales y Puertos de la Comunidad Valenciana. Vicent Bosch

Valencia LA DANA DEL SIGLO

El ingeniero que iba a encauzar el barranco del Poyo: "La obra estaba aprobada, pero el Gobierno nunca puso los 240M"

"Con la actuación hecha, el agua habría rebosado el 29-O, pero apenas habría tenido impacto en los núcleos urbanos".

"En el presupuesto entraban siete obras que teníamos previstas para la rambla. Pero el dinero no llegó".

"Me siento frustrado, como todos los ingenieros. No hace falta haber trabajado en Typsa para sentir esa frustración".

Más información: Mazón paraliza la construcción en las zonas inundadas por la DANA hasta que el Gobierno encauce los barrancos

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Cuando Javier Machi se reunió con el general Francisco José Gan Pampols, el vicepresidente nombrado para reconstruir Valencia tras la DANA, este último exhibió un importante documento. Es el mismo que a Machi le quita el sueño desde el pasado 29 de octubre.

"Me quedé sorprendido, porque tenía mi proyecto, el proyecto nuestro, del año 2010, lo tenía encima de la mesa", relata a EL ESPAÑOL.

Se refiere al plan para el encauzamiento del fatídico barranco del Poyo, cuyo desbordamiento provocó el grueso de las 224 muertes y 3 desapariciones en la provincia.

Aquel proyecto lo elaboró la firma de ingeniería civil Typsa, de la que Machi era entonces director. En la actualidad, ya jubilado, Machi es el decano del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de la Comunidad Valenciana.

Nos recibe en su despacho para reflexionar sobre lo ocurrido. Confiesa que se siente "frustrado, como todos los ingenieros". "No hace falta haber trabajado en Typsa para sentir esa frustración", subraya.

—¿Cuánto costaba realizar ese proyecto?

—La obra estaba aprobada. Lo teníamos ganado por 240 millones de euros. Ahí entraban las siete obras que teníamos previstas para la rambla del Poyo y su entorno. Pero el Gobierno nunca puso el dinero.

—¿Esa actuación habría evitado las inundaciones?

—El agua sí habría rebosado con los 3.500 metros cúbicos por segundo que se calculan que llegó a llevar el barranco. Pero apenas habría tenido impacto en los núcleos urbanos. Habría inundado, sobre todo, zonas rurales.

—¿Habría salvado vidas?

—Desde luego. Habría sido una inundación mucho menor, con menor velocidad del agua y menor impacto en las zonas urbanas.

El cielo descargó como nunca el 29 de octubre de 2024. Pudo hacerlo sobre una cuenca preparada para absorber y canalizar el agua. Pero lo hizo sobre un terreno que carecía de la infraestructura hidráulica que habían ideado los expertos para evitar grandes inundaciones.

"Se aprobó en 2010 y logró la declaración de impacto ambiental positiva en 2011, pero se quedó pendiente de hacer", lamenta Machi.

Tanto el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en 2011, como el de Mariano Rajoy, que lidiaron aquellos años con la crisis económica del crack inmobiliario, orillaron el proyecto. También el de Pedro Sánchez desde 2018 hasta la actualidad.

Machi subraya que la responsabilidad de esta inacción presupuestaria es política, y rompe una lanza a favor de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ).

"El competente"

"El que es competente, el que tiene la potestad de poder organizar, gestionar los recursos económicos de las confederaciones hidrográficas y de las grandes obras de actuación, es el ministerio, que va cambiando de nombre. Ahora es el Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco)", subraya.

Según recuerda, "era la Confederación Hidrográfica de Júcar la que había incluso impulsado este trabajo y llevaba desde el año 81 analizando y estudiando estas posibilidades, porque habíamos tenido varios episodios de inundaciones".

"El último fue en el año 2000, con una inundación importante también aquí en la rambla del Poyo. Eso activó todavía más el proceso. Pero distintas circunstancias hicieron que esto se fuera retrasando, entre unas cosas y otras", rememora.

Javier Machi, durante la charla con EL ESPAÑOL.

Javier Machi, durante la charla con EL ESPAÑOL. Vicent Bosch

—¿Puede enumerar las actuaciones que había previstas por los mencionados 240 millones de euros?

Pues había reforestación en la cabecera. En la zona de Buñol y toda aquella área, había bastantes zonas de reforestación. También espacios para la retención de sólidos, tres en total, para impedir que el agua portara materiales sólidos y aumentara el peligro. Después teníamos varios puentes que había que hacer nuevos. Había que rehacer otros, y algunos había que quitarlos y ampliarlos.

Teníamos, como es obvio, que hacer toda la rambla del Poyo hasta más allá de Torrent. Había que hacer todo un corredor verde, mejorar lo que es la canalización actual para que no se saliera.

Y entre Picanya y Paiporta había prevista una salida hacia el río Turia, que es la que derivaba 700 metros cúbicos por segundo. Y luego estaba el barranco de la Saleta, que tiene encima el municipio de Aldaia y el agua pasa por donde puede.

Ahí hicimos varias alternativas: una pequeña derivación hacia el barranco del Poyo y, luego, una canalización por dentro de Aldaia.

Y después, en la zona de confluencia de la rambla del Poyo y el barranco del Gallego, todo eso era una zona de laminación natural, es decir, el agua se desbordaba e inundaba aquello y luego se volvía otra vez a su cauce.

En la zona entre Aldaia y la A7, ahí poníamos un área de laminación importante para reducir los caudales que llegan, que eran más de 200 metros cúbicos. También en la zona de la cabecera de Chiva y más abajo de Buñol.

En resumen, eran actuaciones importantes para materializar canalizaciones y corredores verdes, y luego otras que permitían reducir el nivel de materia en suspensión.

Javier Machi, en su despacho.

Javier Machi, en su despacho. Vicent Bosch

Según Machi, "tan solo algo se hizo". "Pero lo que es la consistencia, que son las derivaciones, pues no se llegaron a hacer", critica.

Un contratiempo añadido que sufrió el proyecto para encauzar el barranco del Poyo fue la Ley de la Huerta impulsada por la Generalitat Valenciana de Ximo Puig. Como informó este periódico, el texto autonómico chocaba con la actuación.

"Hubo una ley valenciana de protección de la Huerta para impedir que se hicieran", lamenta Machi, que considera "lamentable" esta circunstancia porque "se hubiera mitigado muchísimo la situación". "Además, es que estaba ya. El documento ya estaba", se lamenta.