Al estudiar arquitectura nunca imaginó que acabaría cumpliendo su sueño. Álvaro Maestro, un joven valenciano de 30 años, trabaja desde 2019 en Los Ángeles y ya se codea con algunas de las grandes celebridades de la industria.
Actualmente reside en Santa Bárbara, California, y tiene el corazón dividido profesionalmente entre la arquiectura y el arte: "Dedico prácticamente el 50% de mi tiempo a cada cosa".
En arquitectura, Maestro se dedica a diseñar proyectos. "Es la fase más dinámica y artística, para mí también la más divertida", explica. Es precisamente así como ha conseguido participar en el diseño del hogar de una celebridad ampliamente reconocida a nivel mundial.
Trabaja como autónomo, actuando de director creativo para múltiples proyectos. "Ayudo con la fase inicial del proyecto y luego las empresas lo desarrollan", explica, y esto es algo que le permite "estar involucrado en más trabajos a la vez".
Aunque no está autorizado para decir nombres, Maestro cuenta que algunos de sus clientes son "directores de cine, productores, escritores" e incluso ha formado para de los proyectos de una celebridad empresaria y modelo mundialmente conocida.
En el ámbito artístico, el joven valenciano ha pasado por diversas fases de creación. Sin duda, la más característica es la actual: obras dibujadas en papel a base de píxeles y boli: "Te generan frustraciones de no saber si están cargadas o no", bromea.
Estas piezas representan momentos históricos o culturales, personajes relevantes que Maestro representa pixelados para hacerlos "más abstractos" aunque "sigue siendo reconocible".
La Mona Lisa, representada con píxeles. EE
El vínculo del valenciano con el país americano se forjó cuando él era un adolescente. La primera vez que pisó suelo estadounidense fue con 16 años, cuando llegó para cursar segundo de Bachillerato.
Es una historia curiosa, pues aplicó a escondidas: "Me apunté a empresas que te llevan a estudiar al extranjero, me presenté a los exámenes sin que mi familia lo supiera y me becaron".
Luego volvió a Valencia, donde comenzó la carrera de Arquitectura en la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), aunque estaba loco por volver a cruzar el charco. Por ello, aprovechó para cursar un año del grado en Philadelphia. Concretamente, en la prestigiosa Universidad de Pensilvania, donde fue el único alumno becado de la UPV.
Pero a Maestro no le enamoró únicamente el país, sino que durante su intercambio escolar conoció a la que hoy en día es su mujer. Al acabar la universidad vivieron juntos durante un par de años en Valencia, pero no tardaron en tomar la decisión de mudarse a Santa Bárbara.
Uno de los proyectos arquitectónicos de Maestro. EE
Al principio no fue fácil, pues conseguir el permiso de residencia en Estados Unidos requiere un tiempo de trámites. "Hasta que conseguí la Green Card tuve que estar volviendo a España cada tres meses, aunque fuese durante un día", recuerda.
Como estaba tramitando los papeles, Maestro no podía trabajar, por lo que decidió sumergirse en el mundo del arte. "Me decían lo típico, que con el arte no puedes ganar dinero, pero como no podía trabajar empecé a hacerlo por disfrute", destaca.
Conforme pasó el tiempo fue tomándoselo "más en serio". Tanto, que para cuando consiguió tener todos los papeles en regla ya había tomado forma su proyecto, e incluso coló alguna de sus obras en exhibiciones.
Ahora ese proyecto se ha hecho todavía más grande, y Maestro está a punto de celebrar su primera exhibición en solitario. Será en abril, en Washington, y con ella pretende dar a conocer su arte "en solitario".
Son muchos los proyectos en los que Maestro ha estado involucrado y, a juzgar por su juventud, todavía tiene una gran trayectoria por delante. Pero también tiene un gran anhelo por su tierra, Valencia.
Escultura de la Venus de Milo pixelada. EE
"Me encantaría volver, me encanta Valencia y la echo muchísimo de menos", confiesa. Aunque tiene el corazón dividido:"Es verdad que económicamente aquí veo mucho más fácil conseguir despegar, aunque a lo mejor es porque no me he sabido mover tan bien en España".
Pero por el momento está centrado en seguir cumpliendo objetivos. "Tengo muchas cosas pendientes por conseguir, y siento que acabo de empezar", confiesa. Entre otras cosas, destaca algunas relacionadas con su ciudad: "Me gustaría colaborar con la Fundación Sorolla, crear alguna escultura para Valencia o diseñar una falla municipal".
La importancia de 'manifestar'
Cuando Maestro finalizó su año de estudios en Philadelphia, se trasladó a Dinamarca para trabajar en una empresa que "admiraba": "Tenía en la mesita de noche el libro de BIG, la empresa de Dinamarca, y me lo estudiaba una y otra vez porque me encantaba lo que hacían".
"Yo bromeaba diciendo que iba a trabajar con ellos, y cuando acabé el curso de universidad ya me habían contratado", destaca Maestro. Gracias a ello pudo contribuir, por ejemplo, en el diseño de las Galerías Lafayette de París.
Galerías Lafayette. EE
"Intento proyectar lo que me gustaría que pasara, creo que si te imaginas donde quieres llegar no dejas de buscar un camino que por lo menos te acerque al objetivo", subraya.
Maestro se considera "positivo y optimista", y siempre piensa "que las cosas van a ir bien". Esta actitud, sumada al "trabajo duro" es lo que le ha permitido lograr sus sueños. Y lo que le queda.