
Carlos Mazón, rodeado por los medios de comunicación, en una imagen reciente. EP / Jorge Gil
Carlos Mazón supera su semana crítica: Feijóo descarta su salida y fía su futuro a una auditoría interna de la reconstrucción
La confesión de que llegó al Cecopi a las 20:28 disparó la preocupación en Génova, pero aún pesan más los riesgos que las ventajas de su relevo.
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Carlos Mazón toma oxígeno. De manera temporal, pero ha conseguido ganar tiempo y superar su semana más crítica tras revelar hace siete días la hora a la que llegó al Cecopi: las 20:28. En su intención clara de resistir, que ha transmitido tanto él como su entorno, ha logrado un apoyo condicionado del presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo. La cuestión ahora es hasta cuándo.
Según ha podido constatar EL ESPAÑOL, pese a la presión, Génova se mantiene en su posición inicial: la de decidir la continuidad de Mazón en función de cómo evolucione la reconstrucción. Sobre la misma, el partido realizará una auditoría interna antes de decidir si mantiene la confianza en el dirigente.
La crisis política, a raíz de la trágica dana del pasado 29 de octubre, con 227 víctimas mortales, se ha disparado dentro del PP durante los últimos días y parecía que el barco zozobraba, hasta el punto de que todo pudiera saltar por los aires con una salida forzada de Mazón.
Pero, al menos por el momento, no ocurrirá. Feijóo no quiere precipitarse y, además, tampoco resulta nada sencilla una operación de estas características por los riesgos para el partido. No se trata solo de la posible dimisión de Mazón, sino de qué pasaría el día después, tal como admiten fuentes del PP nacional.
Nada asegura que pudiera ser investido con facilidad otro presidente de la Generalitat del PP, y la posibilidad de unas elecciones anticipadas, potestad de Mazón, no beneficiaría en nada el partido. Vox tiene un papel fundamental en este asunto, puesto que todo tiene que salir adelante con su apoyo parlamentario en Les Corts.
La tensión que se vive estas jornadas en el seno del PP se debe a un giro en la estrategia de Mazón la semana pasada. Tras asegurar Presidencia en varias ocasiones que Mazón llegó al Cecopi después de las 19:00 de la tarde, Mazón reveló la semana pasada que no llegó hasta las 20:28 horas.
El cambio de versión responde a una estrategia de defensa en el marco de la investigación que dirige el juzgado de Instrucción número 3 de Catarroja, encaminada a dirimir la evitabilidad de las muertes de la dana.
Lo cierto es que la juez, que no puede apuntar directamente al presidente de la Generalitat porque está aforado, sí ha señalado ya a los posibles departamentos responsables de tomar las medidas de precaución hacia la población: el Centro de Coordinación de Emergencias del día de la dana (Cecopi) —dependiente de la Generalitat—, la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) —dependiente del Gobierno central de Pedro Sánchez— y la Conselleria de Emergencias.

Destrucción de la riada en el barranco del Poyo. Efe / Manuel Bruque
Esta estrategia judicial avanzada —ya que una hipotética imputación tardaría todavía en llegar— comporta que Mazón haya sacrificado su credibilidad política de manera consciente. Hasta ahora, había evitado precisar su hora de llegada porque el temor residía en que se le acusara de una llegada tardía mientras se producía la catástrofe.
La decisión de poner el foco en sí mismo ha conducido a que esté pasando por sus horas más bajas, pese a que a lo largo de los últimos meses había logrado transmitir los potentes argumentos que existen sobre la responsabilidad del PSOE en lo sucedido.
Cabe recordar que el PSOE es el partido de un Ejecutivo que ni encauzó ni desvió el barranco desde el Ministerio de Transición Ecológica, pese a que tenía los proyectos aprobados. El que, después, hizo imposibles las obras hidráulicas con la legislación proteccionista —la Ley de la Huerta— que aprobó la Generalitat de Ximo Puig.
Y, finalmente, el partido cuyo Gobierno, en la tarde de la dana, no avisó a la Generalitat de la crecida en el barranco del Poyo desde la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ). Esto último, de hecho, forma parte de la investigación judicial.
La estrategia de Mazón ha disparado la inquietud en Génova, que se encontraba a la espera de cómo evolucionaba la situación. La dirección nacional quiere que Mazón se centre exclusivamente en la reconstrucción, un guion que es probable que cumpla a partir de ahora.
Difícil que repita
La decisión de que no repita como candidato parece en estos momentos difícil de revertir. Y dentro del PP valenciano saben de la dificultad de que se vuelva a presentar. Pero eso no quiere decir que los pasos para un posible relevo tengan que tomarse con precipitación.
Las personas más cercanas a Mazón no mencionan otro escenario que el de su continuidad, aunque otras voces del partido creen que cualquier cosa es posible ya y que hay que estar preparados.
Si llegara el momento de negociar la salida de alguna manera, diversas voces populares inciden en la necesidad de no abrir en canal el partido. Algo que solo se podría conseguir si Mazón y Génova llegan a un acuerdo que agrade a las dos partes. En plazos, en fórmula y en nombres de relevo. Nadie aventura fechas, aunque 2026 podría asomar como el año de tomar decisiones. Ahí ya habrá sobre la mesa ciertos logros de gestión de la reconstrucción cumplidos.
La gran pregunta es si el presidente de la Generalitat seguirá en su puesto hasta entonces. Y la duda surge porque en este asunto, como en todos, hay que mirar también dentro del PP. Mazón nunca ha sido cercano a Feijóo —él fue designado por la anterior dirección nacional del PP, la de Pablo Casado—, aunque sí es cierto que han mantenido una relación cordial.

Mazón y Feijóo, en un acto en Valencia tras la dana. Tarek
Al principio lo apoyó, si bien algunos mensajes como la petición al Gobierno central de que declarara la emergencia nacional no iban en consonancia con los del presidente de la Generalitat, que no contemplaba tal escenario.
Más adelante se vieron algunas fisuras, como cuando Feijóo lo definió como "noqueado". El apoyo público en los últimos días se ha evitado, y el líder gallego rompió el silencio el lunes para sentenciar que respaldaba su continuidad, pero que su Gobierno, al igual que el Ejecutivo central, "no estuvo a la altura" de la catástrofe.
Lo cierto es que, llegada una situación de crisis, Mazón se encuentra sin grandes aliados, y en Génova hay quien azuza para tomar decisiones inmediatas.
La presión está en su punto álgido y, durante estos meses, son múltiples las fuentes populares que se afanan en atribuir maniobras por parte del vicesecretario institucional del PP, Esteban González Pons, contra el presidente de la Generalitat.
Sea como fuere, en Génova, como en cualquier dirección de partido, las opiniones son diversas. Y mientras hay quien entiende que la situación de Mazón ha de resolverse con mayor prontitud, otros admiten los riesgos que supone.
Vox no quiere a Catalá
El principal es Vox. Este partido no votaría a cualquier candidato propuesto por el PP. Y no tienen simpatía por perfiles como el de la alcaldesa de Valencia, María José Catalá.
El nombre de Catalá ha surgido desde el inicio. Se trata del gran referente actual del partido en la Comunitat y la única con grado de conocimiento. Pero se encuentra en estos momentos gobernando en una importante plaza del PP que consiguió recuperar y en la que tiene no pocos problemas con Vox.
Tras la expulsión temporal del portavoz Juanma Badenas de la formación por el presunto amaño de un contrato municipal, el final de esta historia nadie sabe todavía si será una Catalá gobernando en solitario hasta que finalice la legislatura. Que salga del consistorio para marcharse a la Generalitat dejaría desnudo el Ayuntamiento de Valencia con toda la labor negociadora que habría por delante.
A ello se une que Mazón y Catalá no pasan por su mejor momento de relación, al considerar el entorno del primero que no lo apoyó en el inicio de la crisis política de la dana. Así que parece evidente que tampoco sería el nombre que más le gustara al equipo del presidente de la Generalitat si llegara un escenario de negociación con Madrid.
Otro temor de Génova es que, si se le instara a dimitir, Mazón pudiera apretar el botón de las elecciones anticipadas. Pero sería de todo menos deseable para el PP, cuyas encuestas ya fotografían la penalización por el descontento de la dana y también dibujan el crecimiento de Vox. Aun así, en estos sondeos los bloques de derecha e izquierda se mantienen.
Los inconvenientes parecen superar a las ventajas de apartar a Mazón en los análisis que se realizan desde Madrid. Aunque el cambio también presentaría oportunidades, como reenfocar el discurso hacia las responsabilidades del PSOE en la dana.
Por contra, muchos advierten de que una salida de Mazón les penalizaría electoralmente porque la oposición la presentaría como la admisión total de la culpa, mientras los socialistas ni siquiera se han planteado algo semejante con cargos como la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, o el presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), Miguel Polo.