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Los exediles de Vox en el Ayuntamiento de Valencia Juanma Badenas y Cecilia Herrero ya parecen adoptar desde este lunes su nueva estrategia de tránsfugas. Ninguno de los dos deja el acta y han amenazado con no ponérselo fácil a María José Catalá (PP) a partir de ahora. 

"La aritmética es la que es, todas las opciones están abiertas”, ha respondido Herrero a la pregunta de si van a mantener como hasta el momento su apoyo a la alcaldesa de la ciudad. 

Herrero ha comparecido en la sala de prensa del consistorio después de que anunciara este domingo en su perfil de la red X que solicitó "la baja voluntaria de militancia" en Vox el pasado miércoles 6 de marzo.

La decisión se produjo tres días después de que el partido expulsara temporalmente al que era su portavoz, Juanma Badenas, quien es también su pareja. Este último lo ha acompañado en primera fila durante la comparecencia. 

Tras la expulsión de Badenas, Catalá tuvo que remodelar el equipo municipal. Algo que seguramente tenga que repetir tras la salida de Herrero de Vox. Ambos, previsiblemente, pasarán ahora al grupo de no adscritos. 

Badenas y Herrero han dicho lo mismo sobre su continuidad. No llegan a afirmar que retienen en acta pero tampoco comunican que la dejan. En la práctica, por tanto, continúan. 

"Haré lo que me dicte mi libertad de conciencia, de acuerdo a mis principios y valores. Por el compromiso con los valencianos, no los voy a abandonar en ningún momento", ha señalado Herrero este lunes. Una manera de comunicar que sigue, por tanto, de concejal

Entre los motivos que ha enumerado para justificar su baja de militancia de Vox se encuentran haber sufrido "mobbing laboral por parte de uno de los asesores del partido" y "burlas", pero también "falta de apoyo legal y personal".

En materia jurídica, en concreto, "ante un proceso penal por una denuncia por delito de odio".

Asimismo también ha denunciado "falta de apoyo e interés ante amenazas sufridas por comentarios realizados en materia inmigración ilegal".

Herrero también ha criticado que el partido no la haya apoyado después de haber sufrido la pintada de una esvastica en la puerta de su propio domicilio junto a mensajes en los que le deseaban la muerte.

La salida de Herrero, sumada a la de Badenas, complica mucho la gobernabilidad de Catalá.

Sin ellos en el equipo de gobierno, el PP y Vox suman 15 ediles, 13 de ellos populares y dos de Vox. Mientras, la oposición de PSPV y Compromís cuenta con 16 representantes. 

La derecha se quedaría en minoría y en una importante debilidad que abre una nueva etapa en el consistorio. Para empezar, porque la continuidad de Catalá queda en manos de dos concejales de Vox. 

A lo que se une que cualquier moción e iniciativa del PP será dura de pelear debido a que para salir adelante tendría que ser pactada o bien con Badenas y Herrero, o bien con la oposición. Incluyendo asuntos tan fundamentales como los presupuestos. 

Nueva crisis

El exportavoz de Vox fue expulsado de manera temporal desde la dirección nacional del partido el 3 de marzo por el presunto amaño de un contrato en favor de la empresa en la que trabaja Javier Cebrián, el marido de la delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, la socialista Pilar Bernabé.

Tras su salida, Catalá se vio obligada a recomponer el equipo de Gobierno. Retiró a Badenas sus responsabilidades -entre ellas la tenencia de alcaldía- y asignó a Cecilia Herrero las competencias de Parques y Jardines

El Ayuntamiento de Valencia es la mayor institución de España en la que Vox forma parte todavía de un gobierno desde que decidió salir de los ejecutivos autonómicos en verano de 2024.