El hit 'Purpurina' cumple 15 años y Alberto Gambino reivindica su letra explícita: "La volvería a escribir igual"
El 'single' original acumula 18 millones de reproducciones en YouTube: "Mucha gente piensa que soy un fondo de purpurina rosa".
16 junio, 2024 13:31Purpurina, el tema explícito del cantante valenciano Alberto Gambino que arrasa en discotecas y verbenas desde 2009, acaba de cumplir 15 años. Fue uno de los primeros éxitos de la apuesta, hoy consolidada, por letras sexuales que cosifican a la mujer. Y el artista, preguntado por EL ESPAÑOL sobre cómo ha envejecido su canción, lo tiene claro: "La volvería a escribir igual".
Es una de esas canciones que levantan pasiones solo con sus primeros compases, sospechosamente parecidos al Stand by me de Ben E. King. Apenas se escucha el Sí, it's a Big June, Para toda la peñita, Kung Fumetas, 2009, échale purpurina ahí, la ovación es mayúscula en cualquier sala o pueblo de España.
La letra no deja indiferente a nadie. "Tumbada en mi cama, casi no puedo verte, he bebido demasiado, apenas puedo sostenerme, intuyo que estás buena, no le pongo problema, trae un extintor que el Gambino se quema. Y voy poquito a poco, no te quiero hacer daño, yo la tengo grande, o tú lo tienes pequeño, hablo de tu ****, quiero ser su dueño, y a ver si te depilas, hazte algo de diseño".
El tema es, a su vez, una oda al sexo y a la droga. Buena muestra de ello es su inolvidable estribillo, que en realidad es una parodia, según el autor. "Y es que esa gyal tiene que ser mi gambina, la veo por la calle, adoro cómo camina, quiero lamer su gloss, quiero esnifar su purpurina, y ella es mi adicción, ella es mi cocaína", reza la letra.
"A mí, por ejemplo, me gusta hablar de sexo, siempre desde un punto de vista humorístico, pero intento no utilizar palabras despectivas, y enfocarlo como algo normal, que viene dentro del pack del amor", argumenta Gambino a EL ESPAÑOL.
Su lanzamiento se produjo en un contexto musical distinto. Las letras explícitas eran una excepción entre los grandes éxitos. El tema de Gambino fue la antesala de la canción grotesca con la que arrasan desde hace años estrellas de reggeton o trap.
El autor interpreta al respecto que "las nuevas generaciones tienen menos tabúes y una educación sexual diferente". "Es lógico que tengan menos pudor de tratar ciertos temas y ciertas palabras en las canciones", afirma.
18 millones
Lo extraordinario del bombazo de Purpurina en 2009 es que el cantante la compuso como una gamberrada para "probar el autotune". Luego la incluyó en una especie de "maqueta pirata de versiones" que hizo. Jamás pensó que "se viralizaría".
El single original acumula 18 millones de reproducciones en YouTube. Ni siquiera fue Gambino quien la subió a la plataforma. Hace 14 años colgaron una primera versión cutre, con la letra del tema en color rosa sobre fondo blanco. Lleva casi diez millones de reproducciones. Tres años después, subieron otra de letra negra sobre un fondo de purpurina. Esta contabiliza otros 8 millones de visionados.
El artista independiente es un one-hit wonder de manual. Admite que va a ser siempre "el de la Purpurina" y reivindica la canción sexual "mientras sea una manera de expresarse y no se utilice para ofender".
"Todavía sigo intentando comprender qué tiene Purpurina para que haya transcendido tanto en el tiempo. Nunca ha tenido ningún control sobre ella, funciona por libre. Ni siquiera tiene un videoclip. A día de hoy aún hay mucha gente que piensa que soy un fondo de purpurina rosa", expresa el artista.
De hecho, cuenta que siguió sacando discos, haciendo conciertos y ni siquiera la cantaba en directo. Pero, paralelamente, la canción "sonaba sin parar". Gambino se sigue sorprendiendo de que la gente más joven la conozca y la cante. "Cuando yo la escribí algunos ni habían nacido, es muy curioso", afirma.
Alberto Gambino no tiene ni sabe la receta del éxito, pero considera que el fondo de purpurina rosa pueda haber ayudado a que la gente asociara la canción a "momentos propios y no a un personaje cantándola".
Purpurina, en palabras del propio Gambino, "ni siquiera tiene un patrón rítmico de reguetón". La enmarca en "un ritmo dancehall jamaicano" de la época que sonaba junto a otros temas de reguetón y electrolatino. Sí admite, en cambio, que fue uno de los primeros temas en sonar en discotecas mainstream con ese estilo.
Alberto Gambino no puede obviar que Purpurina le ayudó a ponerlo sobre el mapa musical español. En el año 2019, diez años después, colgó en sus propias plataformas Purpurina, en una versión mejorada y adaptada a los nuevos ritmos y sonidos.
Alberto Gambino nació en Valencia en 1980. Desde los 15 años comenzó a rapear en varios grupos locales y saca a la luz varias maquetas junto a Zock (Cookin’ Soul) a finales de los noventa. En esta época escribió para la revista Rapapolvos y colaboró para su programa de radio.
Pese a que se trata de un one-hit wonder, denominación empleada para los artistas de solo un gran éxito, su trabajo ha sido constante.
Según la biografía del propio artista, Gambino se alió en 2003 con su primo hermano Beatnugets, anteriormente batería del grupo de rock Loop, para sacar su primera referencia en solitario. La maqueta Alberto Gambino aka Sick le permitió incorporarse un año más tarde al sello Coffy Records.
En el 2005 se publicó su primera referencia de estudio Y toda esa mierda, de la mano de Coffy records, y producido íntegramente por Beatnugets, con canciones como La reina de Saba y Escucha mi mierda.
Su rap, cada vez más fusionado con el género dancehall jamaicano, se dirigió tanto a público del hip-hop como a los más eclécticos y seguidores del reggae. Ese mismo año se incorporó a la formación DJ Taktel, un reconocido DJ de Elche y subcampeón de España del DMC en 2006 y 2007.
En 2007 publicó Kungfumetas, la mixtape vol.1, en la que colaboraron Hermano Ele, Yeah Yon y Kinky bwoy, entre otros. Lo consideró un trabajo cargado de "rap, dancehall y mucho sentido del humor".
En julio del 2009 lanzó Versión española, una mixtape de versiones, de descarga gratuita que logró más de 400.000 descargas. Incluía temas como Sigo aquí, con más de dos millones de reproducciones en YouTube, y Purpurina con cerca de seis millones de escuchas.
Tras una larga gira de conciertos, en 2011 regresó con Cocktail de gambas, bajo el sello SFDK Records, que cuenta con colaboraciones de Zatu, Rapsusklei y Swan Fyahbwoy.