La Cartuja de Ara Christi en El Puig (Valencia)

La Cartuja de Ara Christi en El Puig (Valencia)

Cultura

El espectacular monasterio en el que se ha casado esta fallera mayor de Valencia: perfecto para las bodas más exclusivas

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Tan solo tres de las cinco cartujas que había en la Comunitat Valenciana han conseguido sobrevivir al paso del tiempo. Una de ellas, además, ha dejado atrás su función como monasterio para convertirse en un espacio perfecto para bodas y eventos exclusivos.

Se trata de la Cartuja de Ara Christi, en el municipio valenciano de El Puig. Un espectacular edificio histórico, declarado Bien de Interés Cultural, de casi 3.000 metros cuadrados y un imponente claustro de 5.000.

El edificio con cinco siglos de historia a sus espaldas destaca además de por el claustro, por la cúpula de la iglesia, de color azul típico de la zona mediterránea. Su iglesia cuenta con una gran nave central y seis capillas laterales. 

La emblemática construcción cuenta con dos claustros más pequeños (uno de ellos cubierto), un refectorio, un salón de espejos y un jardín delantero. Permite acoger eventos de hasta 3.000 personas.

Este lugar con mucha historia y belleza, gestionado por Gourmet Catering & Eventos en exclusiva, ha sido elegido por la fallera mayor de Valencia del año 2014, Carmen Sancho de Rosa, para celebrar su boda el pasado fin de semana.

El espacio, desde julio de este año, forma parte de la asociación empresarial Valencia Premium, que reúne bajo un mismo sello la oferta turística más exclusiva de la Comunitat Valenciana, tal y como anunció la empresa que gestiona el espacio.

"Su arquitectura única y emblemática, su accesibilidad desde el centro de la ciudad, sus infraestructuras y dotación tecnológica y la amplia y contrastada experiencia del equipo han logrado superar los requisitos de excelencia", añaden.

En la catuja se celebran, según sus datos, más de 150 eventos cada temporada. Destacan la boda de la campeona del mundo de fútbol Ivana Andrés o la fiesta de Louis Vuitton de la America’s Cup de 2007. También la presentación de la mano de Gwyneth Paltrow de un perfume de Hugo Boss. 

También fue el lugar escogido para su enlace por el concejal del PP en el Ayuntamiento de Valencia, Juan Carlos Caballero, y su pareja, Javier Zamora. Solo en 2023 se celebraron 89 bodas.

Lugar histórico

La Cartuja de Ara Christi fue construida en el siglo XVI por el arquitecto cartujo Fray Antonio Ortiz y bajo la protección de la familia Roig de Valencia.

Se instaló una comunidad de monjes dependientes de la Cartuja de Porta-Coeli, de Serra. Durante un tiempo estuvo en funcionamiento como edificio religioso y por él pasaron muchas comunidades de frailes, monjes y religiosas.

La Cartuja de Ara Christi. EE

La Cartuja de Ara Christi. EE

Según el informe "Las cartujas valencianas y sus personajes históricos" de la Real Academia de Cultura Valenciana, la orden llegó al Reino de Valencia en el año 1772 y durante cuatro siglos se implantó y creció en territorio valenciano hasta fundar cinco cartujas. De ellas, solo tres continúan en pie. 

Una de ellas es la de El Puig, a tan solo 30 minutos del centro de Valencia.

"La historia de Ara Christi empieza el 2 de noviembre de 1582, cuando hace testamento Elena Roig, una dama perteneciente a una familia acomodada de la ciudad de Valencia y viuda del caballero valenciano Gaspar Artés", reza el estudio. 

Una celebración en la cartuja.EE

Una celebración en la cartuja.EE

Elena Roig cuando murió en 1585 dejó unas propiedades que tenía cerca de El Puig a la Orden Cartuja para que fundaran allí un monasterio con el nombre de Nostra Señora de Ara Christi y con la condición de que la nueva casa no dependa de otro monasterio, sino que sea independiente.

"A partir de entonces empieza la vida del nuevo monasterio, no sin complicaciones por la falta de aportaciones económicas y porque la herencia de la fundadora no incluía ninguna renta para el mantenimiento del cenobio", añade el estudio de la entidad cultural.

Por ello, los primeros años de la cartuja fueron duros, marcados por la precariedad económica. Esta situación cambió a partir de 1600 gracias a la herencia de un obispo y a las donaciones de un notario, que permitieron la compra de unas fincas colindantes y la construcción del claustro.

En 1615 se planificó y llevó a cabo la construcción del nuevo monasterio, que se convirtió en "una de las obras más singulares de la arquitectura religiosa valenciana de mediados del siglo XVII por su avanzado repertorio constructivo y por su innovador programa ornamental".

En 1835 la cartuja pasó a manos privadas y en 1996 fue declarada Bien de Interés Cultural, con categoría de monumento.