Valencia
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Yon González está de celebración. El reconocido intérprete de series como El Internado, Las Chicas del Cable o Gran Hotel se alzó recientemente con el premio a mejor actor por su actuación en Beguinas, una serie que destaca por su ambientación histórica.

Ahora tiene la vista puesta en el estreno de la segunda temporada de Memento Mori, pero también le ha dedicado tiempo a una experiencia completamente diferente durante los últimos meses.

Ha realizado una gira por España en el marco de la ruta gastronómica Brugal Dinner and Cocktails Show, y una de las paradas ha sido en Valencia.

Desde niño, ha estado conectado con Valencia, ya que veraneó toda la vida en Cullera con sus padres, hermano y abuelos. Además, sigue teniendo una vivienda, a la que asegura ir habitualmente. "Es un lugar maravilloso", expresó a EL ESPAÑOL.

El espacio Palau Alameda sirvió de escenario de una degustación inspirada en las "Anécdotas Verdaderas" de Yon González. Las vivencias, narradas por el actor, estuvieron maridadas con un ingrediente especial: ron Brugal 1888, y se creó una cena tematizada en tres pases.

Valencia le evoca "cercanía, intimidad, momentos de tranquilidad y familia y de buen comer". Por eso, las mejores anécdotas de González se transformaron en platos y cócteles donde la madera, el ámbar y la caña de azúcar fueron el hilo conductor de la noche. 

Los asistentes pudieron conocer de primera mano algunas de las anécdotas de Yon, mientras exploraban el carácter distintivo de la bebida, de doble envejecimiento en barricas de bourbon y Jerez.

El primer recuerdo de amistad del actor tuvo lugar en una cabaña de madera en las montañas, donde Yon y sus amigos quedaron atrapados durante cinco días. Esta historia sirvió como inspiración para el primer plato, maridado con un cóctel que incluía bitter de bourbon y toques ahumados con virutas de barrica de oloroso.

Uno de los pases gastronómicos que se inspiran en las anécdotas de Yon González. EE

De este modo, la madera, elemento clave de este primer pase, envolvió el ambiente, donde los sonidos rotundos y la iluminación transportaron a los invitados al refugio de montaña junto a Yon.

La segunda anécdota llevó a los invitados al mar, en una experiencia arriesgada que vivió con un amigo en Tarifa, "en mitad del estrecho" porque se le pinchó la cometa, pero que finalizó con una puesta de sol dorada, historia que bañó la sala de un infinito e intenso color ámbar.

El segundo plato se maridó con un nuevo cóctel de Brugal 1888, en el que destacaba su profundo color ámbar, brillante y complejo, y sus notas especiadas y dulces.

Para el postre, la energía de la sala subió con una iluminación y música de mayor intensidad y un menú inspirado en un viaje de Yon a República Dominicana, donde se perdió entre cañaverales de azúcar.

El cóctel, elaborado con este ron, tepache de piña y agua de coco, acompañaba un delicado postre que rendía tributo a la tradición de cinco generaciones de maestros roneros que han mantenido vivo el legado de la marca de origen dominicano.

En Valencia

Una de las anécdotas que tiene en Valencia y que recuerda "con especial cariño", tal y como trasladó a EL ESPAÑOL, son las carreras que hacía con su tío hasta llegar a la boya en las playas de Cullera.

"Sin duda, ha sido toda una experiencia ir descubriendo estos cócteles que iban maridando cada uno de los platos, y por supuesto para mí ha sido doblemente especial, ya que como habéis visto estaban inspirados en mis anécdotas reales con dos de mis mejores amigos. Ver cómo todo se iba transformando, cada detalle de la iluminación, la música, el vestuario, ha sido un regalo", afirmó Yon González.

Tras Sevilla, Bilbao y Valencia, la ruta gastronómica continuó su recorrido por Madrid y Málaga.