Valencia

Acaban de llegar al piso en el que compartirán alquiler con la aspiración de cualquier joven por mudarse de casa y por explorar una vida nueva. Pero pronto, el golpe de realidad les invade: la firma del contrato de arrendamiento de la vivienda (compartida) parece la peor maldición.

Es la "realidad ficcionada" que las valencianas Marina Donderis, Núria Poveda y Marina Cortón plasman en el corto 'Becarias', nominado a los premios Goya 2024 en la categoría de Mejor cortometraje de animación

En el filme, reciben su primera experiencia como adultas independizadas de manera optimista. Todo empieza con ingenuidad, buen rollo y algunos ahorros. Sin embargo, un kit de supervivencia para adultos, unos ansiolíticos y una taza con una frase motivadora auguran malas vibras.

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La efusividad les acompaña cuando una de las amigas es nombrada empleada del mes y deciden celebrarlo, pero se olvidan de sus nuevas responsabilidades. Este punto de inflexión les llevará a perder el trabajo y a darse cuenta de que deberían haber leído los términos y condiciones del mundo adulto con detenimiento. 

La idea de realizar el cortometraje nace cuando las directoras, también amigas y excompañeras de piso, compartían alquiler y no encontraban trabajo. Saboreaban, en aquel momento, la perversidad del mundo laboral con los jóvenes por su inexperiencia.

En sus propias carnes sufrieron la crítica que ahora lanzan en la producción cinematográfica: "Una juventud condenada al desempleo y la precariedad; la generación más preparada, peor pagados y con menos posibilidades o; nos dedicamos a sobrevivir". 

Vivencias

Las tres jóvenes, promesas de la animación stop motionse conocieron mientras realizaban un curso avanzado en su especialidad y realizaban prácticas. Estas experiencias de vida compartidas que les unieron, les llevaron a crear este cortometraje; 'Becarias'.

Trasladan un mensaje contundente. "No es exactamente el hecho de independizarse, sino independizarse hoy en día con todos los problemas de acceso a la vivienda y salarios bajos que hay", lamentan a EL ESPAÑOL.

Afirman que aunque haya sido una situación que han vivido ellas, podría vivirlo cualquier persona de su generación: "Ojalá no les pase a las que vienen. Es un poco un 'no estás sola hermana', te entendemos y nos parece una mierda también".

Donderis, Poveda y Cortón insisten en que las cosas "tienen que cambiar a mejor". "Si el trabajo dignifica, que se note", reivindican.

Disposición de los personajes y el escenario de 'Becarias' al detalle. EE

La productora valenciana Pangur, especializada en animación stop-motion, ha respaldado el proyecto. Creen que "la principal diferencia" de 'Becarias' es su "frescura".  Como dato curioso, Donderis, Poveda y Cortón también fueron becarias de Pangur.

Para la empresa, tratan un "tema universal", puesto que "con todas sus peculiaridades, es una etapa de la vida por la que todos pasamos". Destacan también el "tono humorístico" de ser capaz de reírse de sí mismas sin dejar de lado la crítica social, en referencia a sus creadoras. 

Para las directoras, lo más especial es "cuando la gente lo ve y se siente un acompañada en esta etapa de la vida y piensa "podría ser yo", lo mejor es que quien quiera se divierta riéndose nuestra miseria colectiva". Consideran que la historia de 'Becarias' es real: "Parece que los demás conectan con eso".

El making of

Desde que la idea llegó a Pangur hasta el final del proceso, la realización del corto ha comportado un año y nueve meses de trabajo. Las directoras ya llevaban ocupándose del proyecto varios años antes.

El cortometraje emplea el stop motion, una técnica de animación fotograma a fotograma que consiste en aparentar el movimiento de piezas estáticas mediante una serie de imágenes fijas sucesivas.

Requiere de tiempo y dedicación, pues tanto la elaboración de los objetos y el escenario donde ocurre la acción los han hecho a mano. Por su parte, el proceso de animación fue de dos meses y medio.

El 'making of' de 'Becarias', en una imagen proporcionada por Pangur. EE

De hecho, Pangur ha trasladado a EL ESPAÑOL que los personajes están fabricados con silicona, espuma de poliuretano y resina. Los decorados se han construido con madera y otros muchos materiales, como telas para las sábanas y alfombras, alambre para las sillas metálicas, cableado para las luces practicables, y plastilina para algunos elementos a escala más grande, como las manos o las bocas en primeros planos.

La escena está configurada al detalle. Desde un cactus, un cenicero en forma de langosta que se abre o un título universitario, todo a escala pequeña. También un par de libros, un sofá y unas llaves.

Con respecto al presupuesto, la producción ha supuesto unos 93.000 euros. El Institut València de Cultura apoyó el proyecto en 2021 con 45.000 euros, mientras que los 50.000 euros restantes han sido inversión propia de Pangur Animation.

El camino para sacar hacia adelante esta obra cinematográfica ha sido "duro". Para las tres jóvenes, "dirigir por primera vez y compartir la experiencia con el equipo ha sido todo un reto". Aseguran que de todo se aprende y ahora queda disfrutar de lo que venga. 

Nominación a los Goya

Tanto para la productora valenciana como para las directoras es la primera vez que reciben una nominación a los premios Goya. Además de 'Becarias', en la categoría al mejor cortometraje de animación aspiran a conseguir el galardón otras cuatro. Son To bird or not to bird, 'Todo bien', 'Todo está perdido' y 'Txotxongiloa'. 

Poster del cortometraje 'Becarias', nominado a los Goya. EE

"Estamos muy orgullosos de haber llegado hasta aquí. Los cortometrajes tienen un espacio reducido en el panorama cinematográfico y sin duda una nominación al Goya es el mayor reconocimiento que podemos alcanzar", comunican desde Pangur.

Las tres amigas también están flipando "muy fuerte". "Un millón de gracias a todo el mundo que ha estado con nosotras apoyando y tendiendo su mano para ayudarnos a sacar esto adelante", agradecen Donderis, Poveda y Cortón.