Llega la Semana Santa y, con ella, uno de sus postres característicos, la torrija. Pero hay establecimientos que han hecho de este dulce su santo y seña y la comercializan todo el año. Es el caso del discreto bar integrado en el mercado Rojas Clemente de la ciudad, en el barrio del Botànic (distrito de Extramurs).
Se encuentra en la plaza que da nombre al mercado, recientemente remodelada. No es uno de los grandes restaurantes de la ciudad, ni se ubica en un lugar de paso para sus millones de turistas. Pero los habituales del establecimiento coinciden en que vende la mejor torrija de la capital.
"Secretos no tenemos muchos: cariño y buenos ingredientes. Pan casero, leche, huevo y azúcar", relata sobre el plato Matías Rodríguez, gerente del restaurante.
El hostelero peca de humildad. Probarla es toda una experiencia. A ella se llega satisfecho, después de un menú contundente de dos platos, todos elaborados con productos frescos del mercado que el bar tiene a sus espaldas. Cuesta todo 15 euros.
A la hora del postre, pocos dudan. "¿Cuántas torrijas?", se le escucha preguntar a los camareros. La pregunta es retórica. La misma llega a la mesa majestuosa, abundante. El trozo de pan con el que la preparan es más reande de lo habitual, de entre cuatro y cinco centímetros de alto.
Lo corona, desafiando la gravedad, una bola de helado de vainilla que la acompaña a la perfección. Pero también se puede pedir sola con canela o cubierta de chocolate. Estas dos últimas son opciones más elegidas por quienes acuden a tomarla sola.
Otro elemento sorprende sobremanera al saborear el plato estrella del Bar Restaurante Rojas Clemente:
¿Y cómo lo preparan para obtener ese sabor tan característico?, "Como siempre se ha hecho, fundiendo azúcar", relata Matías.
El resultado es un copioso postre que entra por mucho que el comensal se haya excedido previamente. "Es nuestra referencia", presume Rodríguez.
La torrija de Rojas Clemente, sin embargo, no goza en Valencia de la popularidad que merece. "Vendemos entre 50 y 60 al día, hasta las 180 llegamos en Fallas", cuenta.
Se trata de un establecimiento mucho más popular entre los vecinos de la zona que para el resto de los habitantes de la ciudad, que tienen esta Semana Santa la excusa perfecta para saborearla.