Valencia

El verano está cada vez más cerca y las ganas de alejarse del ruido y el ajetreo de la gran ciudad incrementan. Muchas son las personas que deciden comprar un apartamento o un piso al lado de la playa, como si de su propio oasis se tratase: un lugar para relajarse durante los meses más calurosos del verano.

El incremento del precio de la vivienda ha sido constante en la provincia de Valencia, con una subida del 8,8% respecto al pasado año, según el portal inmobiliario Idealista. Pero hay una zona de playa en la que resulta asequible adquirir una segunda residencia.

El metro cuadrado sale a 1.052 euros en Tavernes de la Valldigna; le sigue Bellreguard con 1.084 euros/m2, otro municipio con pisos a la venta a un buen precio, si se comparan con otros lugares costeros. Miramar es otro pueblo en el que hay varias ofertas disponibles, aunque el metro cuadrado sale bastante más caro: a 1.324 euros.

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Desde 75.990 euros se encuentra a la venta un pequeño estudio en la población de Tavernes de la Valldigna, con una superficie construida de 29 metros cuadrados, "en perfecto estado" y junto al mar.

Otra oportunidad "única" junto a la playa de Tavernes es un piso que ofrece un "estilo de vida costero excepcional", por 98.000 euros. Con una superficie de 127 metros cuadrados, esta propiedad presenta un diseño amplio y funcional, ideal para disfrutar en familia o con amigos. 

Por un poco más, 110.000 euros, Idealista publica un piso "impecable" para entrar a vivir, completamente reformado, con cuatro habitaciones con armarios empotrados y dos baños. Tiene un gran salón comedor y se ubica cerca de supermercados y de la playa.

Y así, una larga retaíla de hasta 364 pisos y apartamentos que se anuncian en la página web inmobiliaria de Idealista. 

Estudio a la venta en Tavernes de la Valldigna. Idealista

Playas

Tavernes de la Valldigna ha revalidado por onceavo año consecutivo la bandera azul en sus dos playas, que se encuentran a unos cinco kilómetros de la localidad. 

Para acceder a ellas es posible hacerlo a través de la A-7, por las salidas de Favara y de Xeresa; también por la N-332 (Valencia-Alicante), por el cruce de Bordera.

A su alrededor se han construido apartamentos, avenidas, zonas de ocio y de restauración para que el veraneante o turista disfrute de una "gran experiencia" junto al mar. 

Esta playa se divide en la playa de Tavernes, la de la Goleta y el canal que las une. En total, suma unos seis kilómetros de litoral y cuenta con servicio de socorrismo durante la temporada estival, además de primeros auxilios. 

La de Tavernes tiene una extensión 2.070 metros y su arena es dorada y fina. En ella se practican deportes acuáticos, como el windsurf y el kitesurf.

Vista de la costa de Tavernes de la Valldigna. Turisme GVA

Mientras que la playa de la Goleta tiene un tramo más corto, de 760 metros, pero la arena es igual de brillante. De hecho, uno de los mayores atractivos de esta zona es el Parc del Llac, un área recreativa para disfrutar al aire libre en familia.

La bandera azul, reconocimiento europeo que otorgó el pasado 7 de mayo la Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor (ADEAC), es un "sello de calidad" que distingue el buen estado del agua, los servicios de la playa, la accesibilidad, la seguridad y la gestión ambiental que se ofrecen a los usuarios.

Casco urbano

Tavernes de la Valldigna ya tiene la condición de municipio turístico de la Comunitat Valenciana. Así lo decidió recientemente la Consellería de Innovación, Industria, Comercio y Turismo.

La alcaldesa, Lara Romero, señaló que "este es un reconocimiento a la trayectoria de Tavernes como destino turístico y al esfuerzo colectivo para modernizar y diversificar la oferta".

"Más allá de sus atractivos de sol y playa, nuestro municipio ha puesto en valor el patrimonio natural y todas las actividades tanto culturales como deportivas que funcionan como modelo de desestacionalización", detalló la edil.

Además, visitar Tavernes de la Valldigna es "una manera distinta" de acercarse a las playas de la provincia de Valencia, según Turismo de la Generalitat Valenciana.

La pequeña localidad de La Safor cuenta con orígenes muy remotos, puesto que la zona ya estuvo habitada por ancestros que dejaron vestigios de su existencia en uno de los puntos de interés que merecen una visita: la Cueva del Bolomor.

Vistas de Tavernes de la Valldigna desde la Ermita de San Lorenzo. Turisme GVA

En el núcleo de la ciudad, los monumentos que se recomienda ver son la Iglesia Parroquial de San Pedro Apóstol y la Ermita del Santísimo Cristo del Calvario en una agradable caminata.

También puede visitarse el Castillo de Tavernes o de Alcalá de Alfàndec, una fortaleza situada en equilibrio sobre una peña. O la esbelta Torre de Guaita.

En cuanto a la gastronomía, las opciones son muy variadas: desde esgarrat, habas guisadas, gambitas con acelgas, farinetes, arròs amb fessols i naps, arroz al horno, pasas y hasta albóndigas de bacalao.

De postre es típico el arnadí, los rosegons o carquiñoles, o coca de mestall, con embutido, panceta o sardina.