Hay un pueblo costero que está a unos 30 minutos del centro de Valencia donde la arena de la playa se llena de tomateras y ofrece un auténtico tesoro gastronómico. Tanto es así, que el cineasta Bigas Luna no pudo evitar que se le saltasen las lágrimas al probar por primera vez uno de ellos.
Son los tomates de El Perelló, una entidad local menor que pertenece al municipio valenciano de Sueca. Se cultivan en arena de playa, que antes era mar y que ahora ofrece un terreno capaz de filtrar el agua con la que se riegan las tomateras.
Al estar al nivel del mar, "este agua tiene una cantidad de sales minerales que la planta convierte en azúcares y que le dan ese gusto tan poderoso", según destaca la Generalitat Valenciana. Este es el secreto del sabor único de sus tomates.
Un sabor que se caracteriza "por una dulzura especial e inconfundible". Son tomates muy carnosos y con una piel muy fina, tres características que lo convierten en un producto tan exquisito como apreciado.
Con el tiempo, se ha ganado el nombre del caviar rojo de la huerta valenciana. Se puede encontrar en fruterías del centro de Valencia a 3,8 euros el kilo, aunque a principio de temporada se sitúa entre los 5 y 6 euros el kilo, según los establecimientos consultados por EL ESPAÑOL.
El Perelló celebró desde este viernes 14 al domingo 16 de junio de 2024 la XI edición de la Fira Gastronónmica de la Tomaca de El Perelló.
La localidad costera acogió numerosos expositores durante el fin de semana, zona lúdica y de animación y, sobre todo, una exposición y venta de tomate en los espacios de la feria donde se ubica la Cooperativa Unión Protectora de El Perelló.
El público ha podido disfrutar de las mejores degustaciones de productos artesanos y de proximidad, showcookings de profesionales de la alta cocina como Edu Espejo, chef del Restaurante Flama, y expositores locales. Eso sí, siempre con el tomate valenciano como principal protagonista, una feria que se ha convertido en uno de los principales eventos gastronómicos de la Comunitat Valenciana.
Esta semana, el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, destacó la "calidad y excelencia" de los tomates de El Perelló durante un encuentro con el presidente de la Cooperativa Unión Protectora de El Perelló, David Pons.
Esta entidad se dedica, desde su constitución en 1950, a la producción y comercialización de hortalizas. El jefe del Consell recibió una cesta de tomates de esta variedad autóctona temprana.
Pueblo joven
El Perelló siempre ha sido un territorio especial, un lugar extraordinario en el que la simbiosis entre el Mediterráneo y la tierra ha permitido cultivar algunos de los productos más exquisitos de la huerta valenciana.
Históricamente, fue un pueblo de pescadores y de agricultores, que hicieron del mar y de la Albufera un estilo de vida.
Junto a los arrozales del Parque Natural de la Albufera, está la huerta de El Perelló, en el municipio de Sueca.
Según informa el ayuntamiento en su página web, es en 1845 cuando se ha documentado una población "digna de mención". Por tanto, es una localidad muy joven con apenas historia y la única referencia anterior acreditada es la existencia de "un grupo de barracas en el lugar"
La particularidad del pueblo está ligada a la pesca y la regulación de los niveles de las aguas de la Albufera para el cultivo del arroz. Esta localidad se encuentra en la cota más baja del lago y por ello se construyeron en la zona unas compuertas para regular el nivel de las aguas.
Los primeros pobladores fueron pescadores, principalmente, procedentes de El Palmar y otras pedanías del municipio de Valencia.
Años después, la agricultura fue ganando terreno en la economía local y la marisma iba convirtiéndose en minifundios de huerta, con gentes y agricultores procedentes principalmente, de toda la geografía valenciana.
Según algunos cronistas, "la desembocadura de El Perelló, no es una desembocadura natural, ya que fue abierta al mar de manera artificial para hacer posible el cultivo del arroz". Según otros cronistas, "esta desembocadura estaba abierta de forma natural según las circunstancias meteorológicas o de mareas".
Probablemente, su topónimo está ligado a estas acciones tradicionales.
"Cuando se soltaban las aguas a los arrozales, para proceder a plantar el arroz, tanto desde el Júcar como desde la Albufera, a esta acción se le llamaba y algunos mayores siguen llamando la perelloná, y cuando esta alcanzaba un nivel indicado en una hita en El Perelló, se decía que ha alcanzado el nivel de perelloná", apunta el ayuntamiento.
Ingrediente ideal
Muchos platos de la cocina valenciana cuentan con los tomates de El Perelló como protagonistas. Su jugosidad lo convierte en un ingrediente ideal para ensaladas, por ejemplo.
Se trata de un cultivo ecológico, sostenible y respetuoso, ya que no se utilizan productos fitosanitarios en el proceso.
De esta forma, todos los agricultores trabajan por y para la protección del Parque Natural de la Albufera, "un entorno con un gran valor ecológico y que le otorga al tomate de El Perelló unas peculiaridades maravillosas", según destaca la Generalitat.