Las dos playas poco masificadas de Valencia a las que tienes que ir al menos una vez en la vida
Recorrer las dunas de estas magníficas playas permiten "vivir una experiencia de lo más natural". Lo que destaca de ambas es su entorno.
10 julio, 2024 18:24Segunda semana de julio y las temperaturas rebasan los 30ºC en la provincia de Valencia. Algunos ya han aprovechado para estrenar conjunto de playa, mientras que otros ansían las vacaciones y cambiar su rutina por tumbarse en la arena a coger color.
Cerca de la ciudad de Valencia hay dos playas que no suelen masificarse y a las que hay que ir al menos una vez en la vida por sus enclaves dignos de admirar y visitar, tanto si uno es residente o turista.
De hecho, el turismo en la Comunitat Valenciana ha registrado durante los primeros cinco meses del año un total 4.189.742 turistas internacionales, un 20% más que el año pasado.
Los visitantes desembolsaron un total de 5.033 millones de euros, un 28,3% más que en 2023, tal como lo muestran las encuestas publicadas por el INE referentes a los Movimientos Turísticos en Frontera (Frontur) y la Encuesta de Gasto Turístico (Egatur).
Se trata de los mejores resultados de toda la serie histórica, y sigue la tendencia al alza.
Recorrer las dunas de estas magníficas playas permiten "vivir una experiencia de lo más natural", según Turisme de la Generalitat Valenciana. Las dos coinciden por ser de las menos masificadas durante la época estival, pero lo que verdaderamente destaca de ellas es su entorno.
Playa del Arbre del Gos
La Playa del Arbre del Gos se sitúa entre la de Pinedo y la de El Saler. Como está más apartada de la ciudad, no es muy conocida entre el público y la afluencia no es masiva, por lo que es una playa ideal para disfrutar del sol en tranquilidad, con sus aguas cristalinas y arenas blancas prístinas.
Se extiende a lo largo de unos 2600 metros y tiene una anchura media de 40 metros. Asimismo, se encuentra a solo 10 kilómetros de la ciudad.
Uno de sus tesoros es un carril bici junto a su paseo marítimo. Además, está próxima al Parque Natural de L'Albufera, donde uno puede adentrarse y admirar uno de los mejores atardeceres de toda la ciudad desde el embarcadero.
Un paseo en barca en La Albufera es la mejor forma de acercarse a la flora y la fauna; también de relajarse en este maravilloso entorno natural. Al atardecer, los tonos rojizos y dorados de la puesta de sol le confieren un ambiente mágico.
El embarcadero más conocido es el del Mirador de la Gola de Pujol, pero también se pueden hacer paseos en barca desde los puertos de Catarroja, Silla, Sollana y El Palmar.
Es un gran lago de agua dulce de más de 2.800 hectáreas y destaca por ser el mayor de España. Aquí se refugian aves de hasta 300 especies diferentes a lo largo de todo el año, como los flamencos.
De hecho, L’Albufera está reconocida como una de las zonas húmedas de importancia internacional Ramsar, y desde 1994, como zona de especial protección para las aves (ZEPA).
Playa de Meliana
Hay una playa que Greenpeace considerada "virgen" cerca de Valencia. Se encuentra a tan solo 20 minutos del centro de la ciudad y es una de las menos masificadas durante la época estival. Discurre paralela a la carretera nacional y simplemente hay que salir de Valencia hacia el norte, por la carretera V-21.
Esta playa se encuentra en el término municipal de Meliana, aunque está aislada del núcleo urbano; ocupa una extensión de unos 1.200 metros y tiene 50 metros de anchura.
La Playa de Meliana es una de las pocas playas vírgenes que quedan en la costa valenciana, según informa Turisme de la Generalitat de un informe de Greenpeace. "La tranquilidad y la belleza del lugar garantizan una jornada en calma en la que se disfruta del sonido de las olas del mar y la calidez del sol", detalla la web institucional.
Está rodeada por un entorno natural de huertos e incluso hay establecimientos que ofrecen rutas en carro por los caminos y otras actividades variadas.
Por lo que respecta a sus características, es una playa de arena dorada y se puede acceder a ella a pie (desde Meliana) o en coche, pues tiene un aparcamiento amplio en el que poder dejar el vehículo. Asimismo, cuenta con zonas deportivas, zonas infantiles, lavapiés, duchas, aseos y bares y restaurantes cerca de ella.
Pero por lo que hay que acudir a esta zona de playa es por el barrio variopinto que se conoce por "la pequeña Venecia": Port Saplaya. Se trata de una zona residencial al borde del mar que pertenece al municipio de Alboraya.
Sus edificios de colores, los barcos aparcados frente a las casas y sus estrechas calles convierten este "poblado marinero" en un enclave de visita obligada.
Port Saplaya nació en los años 70 del siglo pasado, inspirado en urbanizaciones de la costa francesa o italiana. Sus primeros empadronados, según el Ayuntamiento de Alboraya, datan de 1975, cuando todavía era una zona de segundas residencias.
Ahora cuenta con una población de más de 2.000 habitantes, ya que su cercanía con la ciudad de Valencia ha hecho que muchos hayan trasladado allí su residencia habitual. Sin embargo, su población aumenta durante los meses de verano.