En los meses de mayor afluencia turística en el litoral valenciano dar con espacios poco concurridos y de gran calidad natural es prácticamente imposible. Sin embargo, en la provincia de Castellón hay lugares de gran interés turístico y geológico todavía por descubrir.

A tan solo 50 kilómetros de la costa castellonense se encuentran un paraje de gran belleza natural en un marco incomparable y singular. Las Islas Columbretes son perfectas para una escapada en el día que ofrece una gran diversidad de actividades y planes para todos los gustos.

Este conjunto de islas volcánicas está declarado Parque Natural. Compuestas por L’Illa Grossa, la Ferrera, la Foradada y el Carallot, las Islas Columbretes son un archipiélago ideal para los amantes de la naturaleza y la historia. Sin embargo, en verano también es perfecto para desconectar y buscar un lugar más íntimo en el que realizar visitas familiares o admirar los atractivos geológicos del lugar.

Las islas están reconocidas como Reserva Natural debido a su fragilidad. Además, persigue la finalidad de "proteger el rico patrimonio natural que alberga" y forman parte del Lugar de Interés Geológico conocido como "Volcanismo Cuaternario de las Islas Columbretes".

Por si fuera poco, son el lugar ideal para los amantes del submarinismo consecuencia de la diversidad de la fauna que se esconde en su fondo marítimo. Con un recorrido abrupto y rocoso al ser una zona volcánica, alberga una gran cantidad de especies y hábitats naturales que van desde la langosta roja a poblaciones únicas de gorgonias rojas, exclusivas del Mediterráneo.

En estas aguas es posible encontrar especies como nacras, meros, barracudas y salmonetes, entre otros, que comparten espacio con esponjas y mantas marinas, además de delfines mulares y peces lunas.

Diversidad natural

L'Illa Grosa es la más grande de todas las diferentes islas y alberga el Faro de Columbretes. Esta isla, originariamente con forma de anillo, surge de un volcán extinto hace miles de años. Con el paso del tiempo y la erosión del mar, tiene ahora forma de herradura y es la única isla habitada de todas las que forman el archipiélago.

Esta es la única a la que se puede acceder desde las visitas guiadas y excursiones turísticas. Estas duran entre una y dos horas y comienzan con la llegada a la Bahía de Puerto Tofiño, refugio en el pasado de piratas y contrabandistas.

Por otro lado, La Ferrera está ubicada hacia el oeste. Formada por otros cuatro islotes y dos bancos, recibe su nombre del color gris metálico de sus paredes naturales.

La Foralada está situada más hacia el suroeste, y es famosa por el gran arco natural que alberga. Está formada por tres islotes (Lobo, Méndez Núñez y La Piedra Joaquín) y el barco Jorge Juan.

Y, por último, El Carallot está situado al sur. Es una chimenea volcánica de 32 metros de altura compuesta por dos islotes y cinco bancos cercanos a tan solo 56 km de Castellón de la Plana.

"Historia apasionante"

Las islas Columbretes albergan una "apasionante historia". En su día, fueron refugio de piratas y contrabandistas, quienes recurrían a ellas para cobijarse tras sus incursiones en el mediterráneo, hasta la llegada de los fareros.

De hecho, la Cueva del Tabaco, refugio habitual de estos, fue dinamitada a mediados del siglo XX por los carabineros porque se consideraba que ahí guardaban la mercancía de contrabando.

Además, las Islas Columbretes eran conocidas también por la importante colonia de serpientes que las habitaban, de ahí el origen de su nombre (Ophiusa o Colubraria) y que ha dejado su huella en el petroglifo con forma de serpiente que hay en L'Illa Grossa, declarado en 2019 Bien de Interés Cultural por el Ministerio de Cultura de España.

Muchos turistas que se acercan a Castellón buscan parajes de montaña o de costa, algo que combina a la perfección las Islas Columbretes. En ellas se ofrece un clima agradable y un gran atractivo geológico que son posible visitar a partir de las visitas guiadas organizadas por los servicios turísticos de la localidad.