1.214 turistas, 69 vecinos. Son las cifras tan dispares de un pequeño pueblo del interior de Castellón que reflejan la vida del municipio en verano y en invierno. Durante la época estival, multiplica por 19 sus residentes.
"Sobre todo buscan la tranquilidad de la naturaleza y dormir por la noche fresco", confirman fuentes municipales a EL ESPAÑOL. "La gente llega atraída por las rutas senderistas, también hay muchos ciclistas, o motoristas a los que les gustan las curvas de montaña", afirman desde el consistorio.
Los datos de población son extraídos del Instituto Nacional de Estadística (INE), pertenecientes al agosto del pasado año, que midieron el turismo nacional y receptor a partir de la posición de los teléfonos móviles, por lo tanto, no contempla los visitantes que proceden de la propia provincia.
Se trata de Sacañet y, de hecho, pertenece a la Agenda AVANT (Agenda Valenciana Antidespoblamiento), que tiene como objetivo prioritario "establecer las medidas adecuadas para conseguir un cambio de tendencia en la despoblación en los territorios donde este problema social y económico tiene una mayor incidencia en la Comunitat Valenciana".
En la actualidad, un total de 172 municipios de la Comunitat Valenciana están en riesgo de despoblación, lo que supone el 31% del total de los pueblos. Sacañet es uno de ellos, aunque el turismo le beneficia.
Sin embargo, una de las consecuencias del despoblamiento y que sí afecta a esta pequeña localidad es la pérdida de servicios básicos. Tan solo tiene un bar pequeño que hace de ultramarinos, pero no dispone de escuela, ni de centro médico. Tampoco tiene tiendas y labrarse un futuro es complicado. En cuanto al foco puesto en el turismo, no hay casas rurales ni hoteles.
Aun así, en verano se llena de gente y, por lo tanto, de vida. Este agosto celebra sus fiestas patronales en honor de San Isidro. La procesión y las verbenas se unen al reparto de La Caldera, el acto principal de los festejos donde participa toda la población.
La aldea también forma parte de La Ruta 99, una iniciativa impulsada por la Generalitat Valenciana que ofrece itinerarios que acercan al visitante a las tierras más despobladas de la región.
"Con este proyecto se ha movido todo un poco en Sacañet y hay más afluencia de gente, vienen y les pones el cuño", señalan desde el Ayuntamiento.
Es una ruta que enlaza los veinticuatro pueblos valencianos con menos de cien habitantes y consta de una credencial -al estilo del Camino de Santiago- que se puede sellar en cada uno de estos municipios, ya sea en moto, en bicicleta o a pie.
Aun así, el Ayuntamiento de Sacañet asegura que estos pueblos tienen "mucho atractivo", pero lamenta que no haya transporte público y que se encuentren "algo aislados".
Sacañet
Sacañet es un pequeño municipio de la Comunitat Valenciana. Está situado en la provincia de Castellón y pertenece a la comarca del Alto Palancia. Limita con Bejís, Jérica, Teresa, El Toro, Alcublas, Andilla y la provincia de Valencia.
Estas dos aldeas están situadas a más de 1.000 metros de altitud, en un entorno montañoso que "conserva toda la fuerza de una naturaleza aún intacta".
A caballo entre las tierras de Valencia y Castellón, en plena sierra de la Calderona, Sacañet enseña un territorio montañoso, con pequeños valles y barrancos, y de clima agreste.
Por esta razón, el motor económico se centra principalmente en una agricultura de secano extensivo basada en el cereal y la ganadería ovina.
Almacenamiento de nieve
Las alturas de más de 1000 y 1200 metros a la que se encuentra y su clima continental, extremo en invierno con fuertes vientos y nevadas, hizo de las montañas de Sacañet y Canales el lugar ideal para almacenar nieve.
En estas montañas se descubre "un patrimonio cultural único de gran valor": se localizan en ellas 47 ventisqueros o venteros, entre los cuales destaca el de Los Frailes. Este se construyó en el 1769 por monjes de la Cartuja de Portaceli.
Los ventisqueros son paredes de hasta cuatro metros de espesor, de forma redondeada o de arco con hasta 30 metros de diámetro, que ubicados sobre los barrancos tenían la función de acumular la nieve durante el invierno para abastecer de hielo a las ciudades próximas.
"La nieve se condensaba, se hacían los bloques de hielo y por la noche se trasladaba en carros y caballos por Alcublas y Llíria hasta Valencia", informan fuentes del Ayuntamiento.